Lo malo de las megaelecciones del 21-N (2/3)
Balance de los problemas que empañaron la jornada electoral
Continuando con el tríptico sobre lo bueno, lo malo y lo feo de las megaelecciones del 21-N, hoy vamos a presentar un balance de los problemas que empañaron la jornada electoral y que plantean una hoja de ruta sobre las condiciones y garantías electorales que hay que mejorar para lograr que en Venezuela los procesos electorales se realicen a la altura de los estándares internacionales. Entre los problemas pendientes se destacan los siguientes:
Inhabilitación de candidatos
La Contraloría General −mediante un procedimiento administrativo−, inhabilitó a opositores con opción de ganar y conculcó así sus derechos políticos. Forzado por este tipo de inhabilitaciones, el CNE rechazó 27 candidaturas; entre ellas, 14 afectaron al Partido Comunista de Venezuela (PCV).
Decisiones sesgadas del Tribunal Supremo de Justicia
La judicialización de los conflictos internos dio lugar a la intervención de los principales partidos de la oposición mediante la sustitución de sus autoridades y la entrega de sus tarjetas electorales a facciones rivales internas que pactan con el gobierno. Esto afectó la igualdad de condiciones, imparcialidad y transparencia de la contienda.
Ausentismo de miembros de juntas y mesas electorales
En pleno proceso electoral hubo que sustituir a muchos miembros que no se presentaron. El 54 % de los miembros de las mesas observadas correspondió a miembros originalmente elegidos por sorteo, mientras que en el otro 46 % fueron suplentes.
Uso de recursos públicos
Circularon audios por las redes sociales en los que candidatos oficialistas reclamaban a los jefes de instituciones movilizar las nóminas y llevarlas a votar. Se observó el uso de vehículos oficiales con estos fines, así como la participación de funcionarios en actos de campaña, distribución de bolsas de alimentos, bombonas de gas, plantas eléctricas, bombas de agua y operativos de vacunación con fines de campaña electoral.
Parcialidad de los medios de comunicación
La cobertura fue favorable a los candidatos del gobierno en la televisión estatal y emisoras de radio. Más de la mitad de todas las menciones y apariciones de candidatos en los medios públicos fue a favor de los candidatos oficialistas.
Pocas actividades de formación electoral
En un país que venía de tres procesos electorales en los que un importante sector de la oposición llamó a la abstención y desacreditó la institución del voto, faltó una campaña informativa y formativa más intensa y eficaz para convencer al elector de que su voto es secreto y no puede ser alterado. La opción del voto cruzado no se explicó bien.
Retraso en instalación y cierre de las mesas
En la apertura se debió principalmente a la falta de miembros de mesa y a una mala organización; la mitad de los miembros de las mesas observadas eran sustitutos. Los retrasos en el cierre son atribuidos a la operación remate que lleva a cabo el oficialismo cuando sus estimaciones lo dan como perdedor y procede a desplegar su poderosa maquinaria electoral para movilizar a última hora a los electores rezagados.
En su gran mayoría, los resultados del escrutinio se transmitieron de forma electrónica. Las auditorías ya habían comprobado previamente que el Sistema Automatizado de Votación funciona de manera segura y correcta y que cuenta bien los votos. En casi totalidad de las mesas observadas se hizo entrega de copia del acta de escrutinio a los testigos presentes.
La jornada transcurrió de manera pacífica, con apenas algunos incidentes aislados. Al cierre de mesas, escrutinio y auditoría final, en la inmensa mayoría de los estados y municipios no se denunciaron irregularidades, reclamos ni impugnaciones por inconsistencias en los resultados ni denuncias de fraude.
Aunque todavía queda mucho por hacer para lograr unas condiciones electorales a tono con los estándares internacionales, los avances logrados no deben subestimarse, toda vez que contribuyen a recuperar la confianza en la institución del voto y a retomar la ruta electoral para alcanzar una solución democrática y pacífica a la crisis venezolana.
En el próximo y último artículo del tríptico Lo bueno, lo malo y lo feo de las megaelecciones del 21-N nos enfocaremos en analizar a qué responde la maniobra del gobierno de desconocer la voluntad de los electores en el estado Barinas para volver a convocar la elección del gobernador. ¿Se unirá la oposición? ¿Le saldrá al gobierno el tiro por la culata? ¿Ante semejante despojo irá la ciudadanía descontenta a votar? ¿Error del gobierno o jugada fríamente calculada? Lo analizaremos en nuestro próximo artículo. Hasta entonces.
CNE acató decisión del TSJ y convocó nuevas elecciones en Barinas
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Lo bueno de las megaelecciones del 21-N (1/3)
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