Perversos y virtuosos
CUANDO EN UN PAÍS SE PRESENTAN SITUACIONES DIFÍCILES surgen ciudadanos perversos y ciudadanos virtuosos. Así, en inundaciones y terremotos algunos individuos se dedican a saquear a las víctimas, pero también hay quienes arriesgan su vida para salvar a desconocidos. Esto también sucede en regímenes dictatoriales. Recordemos el caso de holandeses y franceses que denunciaron a judíos ante la Gestapo, pero también a los valientes virtuosos que los ocultaron y ayudaron a escapar.
Durante la dictadura de Pérez Jiménez algunos soplones o sapos denunciaron a quienes estaban en la resistencia, pero hubo muchos compatriotas, ajenos a la política, que ofrecieron “conchas” a los perseguidos, con riesgo de ir a parar a la Seguridad Nacional. También hubo destacados profesionales perversos que apoyaron al dictador. Tal fue el caso del doctor Carlos Travieso, médico destacado que aceptó ser presidente de un Congreso Nacional espurio, después del robo de las elecciones de 1952. Ante este zarpazo, los virtuosos, Vicente Grisanti y Juan Carlos Saturno Canelón, presidente y vicepresidente, respectivamente, del Consejo Electoral presentaron la renuncia para no ser cómplices del fraude. Sin embargo, un Héctor Parra Márquez, aceptó presidir el órgano electoral que decidió a favor del partido de la dictadura.
Mencionar las perversiones del régimen de Maduro es llover sobre mojado, pero es ineludible recordar que no solo son perversos los guardias nacionales, agentes del Sebin y de la Policía Nacional que torturan. También lo son los profesionales con buenas credenciales académicas, pero que se han prestado a avalar las violaciones a la Constitución y, en particular, a los derechos humanos, tales como Herman Escarrá, Carmen Zuleta de Merchán, Jorge Rodríguez, Luis Damiani, Tibisay Lucena, Juan José Mendoza , José Vicente Rangel, Eleazar Díaz Rangel y otros que constituyen una vergüenza para la humanidad. Individuos perversos como Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez, Pedro Carreño, Freddy Bernal, Gustavo González López, Maikel Moreno, Iris Varela, Mario Silva y otros están a nivel de los esbirros Ulises Ortega y Miguel Silvio Sanz, de la dictadura del nativo de Michelena. Afortunadamente son más los virtuosos que los perversos que usurpan el poder.
Para bien, abundan los caso de ciudadanos de Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Brasil que apoyan a nuestros caminantes que se desplazan por esas tierras en búsqueda de comida, medicinas y seguridad. Desde luego que en todas partes se cuecen habas y se han presentado unos pocos casos de xenofobia. Eso no debe extrañar.
En Venezuela, en el pasado hubo algunos pequeños brotes de xenofobia, situación que aumentó exponencialmente desde que los rojos llegaron al poder. Seguramente porque los nacidos en otras tierras, que se hicieron venezolanos, son gente trabajadora que valoran el mérito. A los esbirros del régimen les molesta que muchos de esos inmigrantes y sus hijos, que tanto contribuyeron a nuestro desarrollo, ahora regresan a sus países de origen. Por ello, las trabas para sacar pasaporte y la interrupción de pagos de pensiones y jubilaciones a quienes están en el exterior. Recuerdo que en una marcha, quizá en el 2004, una abuelita bastante mayor mostraba orgullosa una pancarta que decía “Hijos de inmigrantes de m…”. Desde luego que esa anciana, así como quienes derribaron la estatua de Colón y otros, actúan incentivados por la dictadura.
Hay muchos ejemplos que permiten ser optimista. Cabe citar la gran labor que realiza Gustavo Lobig, un venezolano a quien no conozco, quien conjuntamente con la maestra Doris, apoyados por vecinos de Carapita y gente caritativa, suministran casi un centenar de almuerzos a los niños necesitados de ese barrio.
En el exterior hay varios grupos que envían comida y medicinas. Uno de ellos es “Venezolanos por la vida, Canadá”, el cual recaba fondos para despachar equipos médicos y medicinas a Venezuela. La semana pasada, Sofía Vargas Nessi y Ian Shanahan contrajeron matrimonio. No hicieron la tradicional lista de regalos a la que aspira cualquier pareja. Su petición a los invitados fue que hiciesen una donación a esa organización no gubernamental ¡Qué calidad humana!
Perversos existirán siempre. Maduro y sus esbirros seguirán declarando que no hay crisis humanitaria, pero la barbarie está a punto de ceder ante la civilización. Un paso importante en ese sentido es que la dirigencia opositora acate la petición de unidad recientemente firmada por destacados compatriotas. Caso contrario, pueden caer en la lista de los perversos por omisión.
Como (había) en botica: A un perverso Rodríguez Zapatero, se contrapone un virtuoso Almagro. El mayor apoyo que podríamos recibir de Estados Unidos es que apruebe renovación de visas y otorgue nuevas a quienes no sean corruptos, además de incrementar sanciones al régimen y, junto con otros países, apoyar a Almagro para lograr la ayuda humanitaria. Para los rojos ahora no es pecado la participación de empresas privadas en convenios operativos y en empresas mixtas para extraer petróleo. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!