En Florida es la cosa

En el debate del lunes pasado, fue más lo que Hillary Clinton ganó que lo que Donald Trump perdió. Al tiempo que, los indecisos siguen sin cambiar. Conscientes de ello, ambos candidatos, al día siguiente del primer debate retomaron sus respectivas campañas sin perder tiempo, ni perder la brújula. El hecho que, la noche del debate, Hillary se vistiera de rojo, color republicano y Trump llevara corbata azul color demócrata, no debe llamar a nadie a engaño.
Cuando quedan pocas semanas de campaña, los desafíos de ambos lados, tienen un denominador común. Convencer a los electores de ir a votar, en un país, en el que la abstención históricamente es de 45% y ante dos candidatos particularmente impopulares, ambos partidos temen lo peor.
Dicho reto tiene un escenario propio, que no es otro que el estado de Florida y sus 29 votos para el Colegio electoral. Hablamos del tercer estado más importante para ganar las elecciones, a Florida solo lo superan, California con sus 55 votos y Texas con 38. Al gran valor electoral de Florida como swing state, se agrega el hecho que, la población de dicho estado es una de las más diversas de los Estados Unidos.
La comunidad negro-americana de Florida, principalmente compuesta por votantes originarios de Jamaica y Haití, no está muy entusiasmada con Clinton. Del lado hispano, la aplastante derrota de su candidato natural el senador Marco Rubio, perturbó las bitácoras. En cuanto a la numerosa población de la tercera edad, compuesta por jubilados blancos clase media alta, que siempre votan republicano, en esta ocasión, no se han mostrado muy entusiasmados por el populismo de Trump.
Lo antes señalado, los sondeos lo confirman, una muestra lo constituye la encuesta del NYT/Upshot en la que Clinton y Trump aparecen empatados en Florida con 43% de las preferencias.
Así las cosas, no fue nada anodina, la puesta en escena por parte de Clinton del caso Alicia Machado. Tampoco Trump esperó por Hillary, en la agenda del candidato republicano ya estaba pautado aterrizar en Miami al día siguiente del debate.
En la batalla por Florida, el equipo de campaña de Clinton, ha comenzado a difundir a través de las emisoras de radio haitianas, sus spots de campaña en lenguaje creol. Por su parte Trump estuvo el martes pasado en el emblemático café Versailles en la little Havana de Miami.
A la espera del próximo debate, ¿cuáles podrían ser los próximos ataques?
Pareciera que Trump, en el primer cara a cara, no gastó todas sus municiones. Bengazhi, Goldman Sachs y otras historias se quedaron en el arsenal. Por su parte Clinton cuenta con la nada despreciable artillería de la prensa estadounidense, la cual mayoritariamente, salvo contadas excepciones apoya públicamente a la candidata demócrata.