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¡Morir cada día! por Carlos Dorado

Carlos Dorado
31/07/2016

Colas

“La resignación, es un suicidio cotidiano”, decía Honoré de Balzac. Es como morirse un poco cada día. ¿Quién quiere morirse un poco cada día? ¡Seguramente nadie! Pero la mayoría están resignados, desilusionados, cansados.

Sin embargo; la mejor manera de contrarrestar una emoción negativa es tener una positiva más fuerte a través del entusiasmo, la capacidad de soñar, la  esperanza, la fe; las cuales están profundamente arraigadas en la capacidad de elegirlas, no en las circunstancias. ¿Pero quién puede sentir entusiasmo y tener ánimo bajo las condiciones actuales?

El otro día una señora me dijo: “Mire, usted escribe muy bonito; pero para lectores que vivan en Europa donde hay de todo y tienen una buena calidad de vida. Debería de escribir sobre el desastre económico, y de este gobierno que no sirve. Aquí estamos muriendo cada día

Hay muchos (dirían la mayoría de los columnistas), que dan algunas buenas soluciones políticas y económicas, para que podamos volver a tener un gran país, y por consiguiente una calidad de vida mejor. Sin lugar a dudas, que el tener que enfrentarse a la inseguridad, a las colas, a la escasez, a la inflación, sumado a los problemas normales de cualquier ciudadano; no es como para estar ilusionado, seguir soñando, seguir con esperanza, seguir con fe, y seguir creyendo en nuestro país. Pero es precisamente en estos momentos, cuando tenemos que volver a re-ilusionarnos, o moriremos cada día.

¡Ánimo! Todo pasa, y a pesar de las grandes adversidades, deberíamos intentar vivir tratando de que lo que nos rodea, no afecte nuestro ánimo, y más bien hacer que nuestro ánimo afecte a lo que nos rodea. Presencia de ánimo y valor en la adversidad, valen para conquistar el futuro, más que un ejército; y en la vida no hay que temer a perder una partida, sino al decaimiento del ánimo que nos pueda ocasionar la partida perdida. ¡El ánimo de cambiar lo que tenemos, por lo que queremos no debe apagarse!

¡Seguir soñando! No rechazar los sueños. ¿Sin la ilusión, la vida qué sería? Perder una ilusión, hiere. Perderlas todas, mata. Por eso, la mayor ilusión tiene que ser el seguir teniendo ilusiones, ya que la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza son las mejores armas que pueden tener las personas y la sociedad.

¡Esperanza! Es la que hace que el momento presente sea más fácil de soportar, es algo así como el sueño de los que están despiertos, y hay que tratar de mantenerla viva, porque mientras hay esperanza, hay vida. Afortunadamente, la esperanza genera gran poder de resistencia y se mantiene en las circunstancias más difíciles, pues hasta quienes lo han perdido todo, siempre les suele quedar la esperanza. ¡No hemos perdido todo, mientras no hayamos perdido nuestra esperanza!

 

¡La fe! Imposible vivir sin ella, es la fuerza de la vida; y si vivimos es porque creemos en algo. Quizás podamos hacer muy poco con ella; pero no podemos hacer nada sin ella, y somos precisamente aquello en lo que creemos, aún sin darnos cuenta. Es una conquista difícil, que exige combates diarios para mantenerla, sobre todo en las circunstancias actuales. ¡Tengamos fe! Es un criterio muy poderoso; y con esa fe, avancemos hasta el fin, haciendo la parte que nos toca ¡La fe consiste en creer que lo que deseamos va ocurrir!

Carlos, como no puedes cambiar el mundo, trata de cambiar tú, trata de cambiar al menos a una persona”; me solía decir mi madre.

” ¿Quizás, debería dejar de escribir?”, le respondí a la señora.

cdoradof@hotmail.com

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