Estado excepcional por V.J. Los Arcos Ayape
Por ahí anda un Decreto No. 2,323, declarado “constitucional” por una basura institucional llamada tribunal supremo de justicia (tsj); es una calificación necesaria, pero no suficiente para dar vigencia legal a una norma sublegal cuya aprobación por la Asamblea Nacional (AN) es imprescindible.
Se trata de una pretensión de dar validez a un “estado de excepción” a lo que, en definitiva no es sino un estado excepcional.
Es excepcional, por ejemplo, que en un estado que se pretenda democrático:
– Entren en conchupancia, que no en entendimiento, los poderes ejecutivo y judicial para aniquilar el poder legislativo; la excepcionalidad es mayor cuanto mayor es la evidencia de hacia cuál de los tres se orienta la aprobación de los ciudadanos;
– Se desarrollen ejercicios militares en los cuales lo más evidente sea la participación inconsciente de empleados halabolas disfrazados, gente del pueblo cuya lamentable instrucción potencia la letalidad de las armas que ponen en sus manos y la riqueza que debe haber causado a alguien con la fabricación de uniformes.
– Los poderes fácticos pretendan hacer que todos los males y maléficos del mundo se hayan confabulado para no dejar prosperar el formidable éxito político, económico y social de una “revolución” mal copiada, peor desarrollada y, cargando en las espaldas un exitoso fracaso mayor que el de los modelos que la inspiraron, saque de la manga, como tahúr, un as de “guerra económica”.
– El propio gobierno robe tanto una emisora de televisión patrimonial del Poder Legislativo como una emisora de radio de propiedad de un diputado del Estado Bolívar, casualmente denunciante de las mayores desvergüenzas que ocurren alrededor de la minería.
– Que, con la excusa de desarrollos mineros, otro “préstamo chino” ponga a amplias zonas del país bajo control del capitalismo más salvaje del mundo, a cambio de alimentos que debían haber sido producidos en Venezuela y hasta quizás no lleguen a puertos venezolanos, sino demasiado tarde para contener lo incontenible.
– Su industria del plástico no tenga actualmente futuro más promisorio que el de fabricar unas bolsas plásticas con alimentos chinos, distribuidas en un diabólico esquema proselitista ideado por un general, ministro constitucionalmente destituido e inepto en finanzas, y operado por un policía, ducho en destruir policías, ambos participantes en el penúltimo golpe de estado en Venezuela.
– Que un inhumano operativo de distribución selectiva de alimentos se quiera desarrollar en paralelo con la conculcación de un derecho humano y constitucional, como el derecho a expresarse votando, merced al contubernio que carcome al Consejo Nacional Electoral (CNE)
– Que, por si fuera poco, se añada ahora también a la corte de abusadores la Corte Segunda en lo Contencioso Administrativo convalidando la estrategia de de las “cuatro jinetas del apocalipsis”.
Es obvio que en esta sucinta lista de exabruptos no aparecen muchísimos otros ítems; se trata solamente de un ejemplo en el cual cabrían también, los hospitales, las medicinas, la inflación, el caos de tránsito, los apagones, la muerte a la vuelta de la esquina, el caos eléctrico, la desvergüenza del Ministerio Público, la corrupción en toda variedad y tamaños, amenazas de corralito financiero…
El “gobierno” de Nicolás Maduro Moros, obediente de los hermanitos Fidel y Raúl Castro Ruz, conductores de las políticas interior y exterior de Venezuela, proclama un “estado de excepción”.
Sin embargo, todas las mediciones de opinión, hasta las secretas pagadas por el propio “gobierno” o supersecretas, pagadas por el bolsillo de quien quiere asaltarlo desde adentro, revelan muy claramente que los ciudadanos no quieren ningún estado excepcional, sino, simple y llanamente, un estado normal.
… simple y llanamente, un estado normal… con referéndum revocatorio, enmienda, elecciones de gobernadores y cuanta expresión democrática y libre se les ocurra, siempre dentro de la Constitución, que es donde Maduro, el tsj, el CNE,… no están ni, aparentemente, tienen intención de estar. (VJLA-Sigla)