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Editorial de El País: Respiro en Venezuela

respiro

 

Da el lídeos buenas decisiones han aliviado algo la angustia que se deriva de la difícil situación que atraviesa Venezuela. Se trata de la convocatoria de elecciones legislativas para el próximo 6 de diciembre y del abandono de la huelga de hambre que mantenía el opositor y preso político Leopoldo López. Ambas noticias tendrán un notable impacto en lo que suceda en el país sudamericano en los próximos meses.

Las elecciones son una gran oportunidad para que el país salga de la parálisis política, institucional y económica que sufre. Y esa expectación se ha generado también entre la población, que en un 78% ya ha declarado su intención de votar. Ahora es necesario que la oposición supere sus diferencias y presente una opción creíble y sin fisuras ante el chavismo representado por Nicolás Maduro, que no pierde oportunidad de azuzar el enfrentamiento: ha asegurado que “se lanzará a la calle” en caso de que los resultados no le sean favorables.

Un Parlamento en manos de la oposición probablemente forzaría al impetuoso presidente al diálogo que el país tanto necesita. Y en esto desempeña un papel clave Leopoldo López, que sufre desde febrero de 2014 un injustificado encarcelamiento en una prisión militar sometido a un proceso sin las debidas garantías y que ha llevado a Gobiernos y personalidades —como el español Felipe González— a tratar de mediar. La huelga de hambre, iniciada junto al también opositor Daniel Ceballos y otros 78 presos políticos a fines de mayo, estaba poniendo en peligro su vida.

Venezuela precisa a López en perfecto estado de salud ante los retos a los que se enfrenta y pensando en la reconciliación que necesita. Su caso ya es conocido en todo el mundo y ha movilizado a miles de personas. El daño a su salud que pudiera causar la prolongación de la huelga de hambre no es beneficioso para él, para su familia ni, desde luego, para su país.

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Da el lídeos buenas decisiones han aliviado algo la angustia que se deriva de la difícil situación que atraviesa Venezuela. Se trata de la convocatoria de elecciones legislativas para el próximo 6 de diciembre y del abandono de la huelga de hambre que mantenía el opositor y preso político Leopoldo López. Ambas noticias tendrán un notable impacto en lo que suceda en el país sudamericano en los próximos meses.

Las elecciones son una gran oportunidad para que el país salga de la parálisis política, institucional y económica que sufre. Y esa expectación se ha generado también entre la población, que en un 78% ya ha declarado su intención de votar. Ahora es necesario que la oposición supere sus diferencias y presente una opción creíble y sin fisuras ante el chavismo representado por Nicolás Maduro, que no pierde oportunidad de azuzar el enfrentamiento: ha asegurado que “se lanzará a la calle” en caso de que los resultados no le sean favorables.

Un Parlamento en manos de la oposición probablemente forzaría al impetuoso presidente al diálogo que el país tanto necesita. Y en esto desempeña un papel clave Leopoldo López, que sufre desde febrero de 2014 un injustificado encarcelamiento en una prisión militar sometido a un proceso sin las debidas garantías y que ha llevado a Gobiernos y personalidades —como el español Felipe González— a tratar de mediar. La huelga de hambre, iniciada junto al también opositor Daniel Ceballos y otros 78 presos políticos a fines de mayo, estaba poniendo en peligro su vida.

Venezuela precisa a López en perfecto estado de salud ante los retos a los que se enfrenta y pensando en la reconciliación que necesita. Su caso ya es conocido en todo el mundo y ha movilizado a miles de personas. El daño a su salud que pudiera causar la prolongación de la huelga de hambre no es beneficioso para él, para su familia ni, desde luego, para su país.

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Da el lídeos buenas decisiones han aliviado algo la angustia que se deriva de la difícil situación que atraviesa Venezuela. Se trata de la convocatoria de elecciones legislativas para el próximo 6 de diciembre y del abandono de la huelga de hambre que mantenía el opositor y preso político Leopoldo López. Ambas noticias tendrán un notable impacto en lo que suceda en el país sudamericano en los próximos meses.

Las elecciones son una gran oportunidad para que el país salga de la parálisis política, institucional y económica que sufre. Y esa expectación se ha generado también entre la población, que en un 78% ya ha declarado su intención de votar. Ahora es necesario que la oposición supere sus diferencias y presente una opción creíble y sin fisuras ante el chavismo representado por Nicolás Maduro, que no pierde oportunidad de azuzar el enfrentamiento: ha asegurado que “se lanzará a la calle” en caso de que los resultados no le sean favorables.

Un Parlamento en manos de la oposición probablemente forzaría al impetuoso presidente al diálogo que el país tanto necesita. Y en esto desempeña un papel clave Leopoldo López, que sufre desde febrero de 2014 un injustificado encarcelamiento en una prisión militar sometido a un proceso sin las debidas garantías y que ha llevado a Gobiernos y personalidades —como el español Felipe González— a tratar de mediar. La huelga de hambre, iniciada junto al también opositor Daniel Ceballos y otros 78 presos políticos a fines de mayo, estaba poniendo en peligro su vida.

Venezuela precisa a López en perfecto estado de salud ante los retos a los que se enfrenta y pensando en la reconciliación que necesita. Su caso ya es conocido en todo el mundo y ha movilizado a miles de personas. El daño a su salud que pudiera causar la prolongación de la huelga de hambre no es beneficioso para él, para su familia ni, desde luego, para su país.

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