Derechos humanos de los presos
En Venezuela todos los gobiernos han tratado en forma inhumana a quienes están presos por motivos comunes. Lamentablemente la sociedad también ha sido indolente ante la tragedia que se vive a diario en nuestras ergástulas. Entre los presos comunes existen tratos diferenciales que hacen la estada ¨donde toda incomodidad tiene su asiento¨, como escribía el manco de Lepanto, un poco menos dura. Quienes tienen recursos compran protección o logran un mejor alojamiento en un pabellón con compañeros menos peligrosos, donde pueden estar a salvo de violaciones y de ser golpeados y robados. Generalmente los juicios duran años.
Algunos presos tienen acceso a comida que les llevan familiares, pero la gran mayoría debe recurrir al poco palatable ¨rancho¨ de la cocina de la cárcel. Los familiares deben esperar varias horas, generalmente al sol, para poder visitarlos los fines de semana y son sometidos a requisas degradantes. Desde luego también existen los ¨pranes¨ y sus secuaces que imponen su ley dentro del penal e incluso realizan negocios ilícitos dentro y fuera del recinto carcelario, con la complicidad de los custodios.
Por regla general y con muchas excepciones, los presos políticos tradicionalmente han tenido un tratamiento preferencial en relación a los encerrados por motivos comunes. Desde luego en nuestra historia del Siglo XX hay que señalar casos bochornosos como el de La Rotunda y Palenque, de la época de Gómez. El Obispo, Guasina y Sacupana, cuando Pérez Jiménez.
Ya en nuestra etapa democrática es obligatorio mencionar las torturas y desapariciones en algunos Teatros de Operaciones en donde ilegalmente se retenían a guerrilleros. En la Cárcel Modelo y en el cuartel San Carlos el trato era aceptable. En la Isla del Burro las condiciones eran malas y las visitas estaban restringidas a los familiares cercanos. Algunos directores de los centros de reclusión tenían un trato correcto. Tal es el caso del capitán de fragata Carlos Taylhardat, responsable del Castillo de Puerto Cabelllo, quien se negó a encerrar a unos oficiales en las bóvedas. Otros no procedieron correctamente e incluso uno no autorizó el traslado al hospital del capitán de navío Manuel Ponte Rodríguez, quien estuvo varias horas con dolor de pecho y falleció en el San Carlos.
Hugo Chávez, Arias Cárdenas y compañeros golpistas estuvieron en buenas condiciones en Yare y cualquiera podía visitarlos. Simonovis, los Guevara y otros estuvieron y están en El Helicoide sin derecho a recibir sol y a veces con visitas limitadas. Leopoldo López, Antonio Ledezma y Ceballos están aislados en Ramo Verde sin derecho a recibir visitas de amigos. A Isaías Baduel de vez en cuando le dan un trato despótico. En la Tumba están varios estudiantes y otros presos políticos sin recibir los necesarios rayos solares y es tal la presión que Rodolfo González, el aviador, fue inducido a suicidarse. Gómez y Pérez Jiménez no se molestaban en acudir a tribunales para encarcelar a sus adversarios. En el Totalitarismo Siglo XXI el régimen se vale de jueces y fiscales sumisos que acatan órdenes de Miraflores y condenan a inocentes.
El sábado 11 de abril acudí con mi esposa a visitar a los efectivos policiales Erasmo Bolívar, Luís Molina, Héctor Rovaín, Marco Hurtado y Arube Pérez, quienes llevan doce años presos por una sentencia política de la juez Marjorie Calderón a raíz de los sucesos del 11 de abril del 2002. Ya antes los había visitado, pero esta vez me negaron ese derecho de ellos y mío. Estos ciudadanos intentaron separar a quienes marchábamos de los paramilitares rojos. No asesinaron a nadie y, en el supuesto negado de que fuesen culpables, ya les corresponde el beneficio de la libertad. Son gente de escasos recursos con hijos pequeños, sobre los cuales el régimen se ha ensañado injustamente. Los grillos arrojados al mar a la muerte de Gómez, siguen torturando, ahora con modalidades adaptadas al totalitarismo del Siglo XXI. Exigimos a Tarek William Saab, Defensor del Pueblo, a que haga respetar los derechos humanos de todos los presos.
Como en botica: Bravo por Mitzi, Lilian Tintori y Rocio San Miguel. El dirigente sindical de Pdvsa Eudis Giraud denunció que los terminales de buques de Puerto La Cruz y de Jose están en muy mal estado, que 75% de los barcos de carga están fuera de servicio y que existe contaminación del peligroso gas sulfuro de hidrógeno. El respaldo de 26 expresidentes a la lucha que tenemos en Venezuela por la democracia es el apoyo más valioso que hemos recibido en estos años de totalitarismo. Una consulta a la Academia de la Lengua ¿Cómo se denomina a quienes se encabronan? ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com