Van 10 días sin fabricar cabillas en Sidor ¿Seguirán con el engaño de la “guerra económica”? por Damián Prat C.
Desde hace diez días -quizás hasta el lunes próximo- está inactivo el Laminador de Barras de Sidor, es decir, donde se fabrican las cabillas. Simplemente la producción de cabillas es “cero” la semana pasada y ésta. Ahora Maduro no tiene como emprenderla a insultos y ofensas contra los trabajadores ya que no hay paro ni protesta. No los puede acusar de “pagados por los gringos”. Tampoco puede criminalizarlos ni malponerlos ante otros venezolanos. Quizás por eso no hace una “cadena” para mostrar hombres armados y amenazar a los sidoristas con violencia “pueblo contra pueblo” como hizo un mes atrás.
¿Guerra económica? Tampoco Maduro podría acusar a nadie con su cuento chimbo de “la guerra económica” porque Sidor es totalmente estatal, porque toda la jefatura es roja rojita desde hace cinco años y porque en lo que va de 2013 (ya son 10 largos meses) todos los cargos de alta dirección están en manos de generales y coroneles.
¿Por qué está paralizado el Laminador de Barras de Sidor? ¿Acaso es algo sorpresivo de hoy? La primero que Venezuela debe saber es que desde hace unos 4 años la producción de cabillas (y la de acero en general) se ha venido desplomando. Que hace rato que Sidor produce más o menos la mitad de las cabillas que solía producir antes de la estatización de 2008. Que “paradas” como ésta ocurren cada mes aunque usualmente son de seis o siete días. Esta vez es más larga.
Es importante dejar registro de éstas cosas a medida que van sucediendo, para que al final del año no inventen algún culpable igual que hacen con la escasez de alimentos, con los apagones o con la inflación. Ni siquiera tienen dignidad para asumir sus culpas sino que siempre inventan excusas para culpar a otros. Las iguanas, los rabipelados, los “hombre arañas” o los trabajadores de Corpoelec son -según ellos- los culpables en los inescrupulosos cuentos del “saboteo” para tratar de tapar el abandono de años en las inversiones, el abandono de años en el mantenimiento y la gran corrupción roja rojita en el sector eléctrico. Nunca asumen su responsabilidad.
En Sidor los procesos de producción son continuos. Primero se fabrica el acero en dos acerías. Una de ellas, la de Palanquillas (por la forma del acero que sale de allí) alimenta los laminadores de barras (cabillas) y alambrón. También alimenta la plana VPF que produce los “tochos” de acero que a su vez siempre sirvieron para que Tavsa fabricara los tubos de acero para la industria petrolera (desde que el gobierno estatizó tavsa, los tubos son importados desde China). Ocurre que en esa acería, solo trabajan dos de cuatro hornos (los dos tiene tres años dañados) y una de las máquinas de colada continua tiene 14 meses paralizada por piezas dañadas sin que a “la robo-lución” le interesa repararla. “Obras y logros” robo-lucionarios. La “suprema felicidad” de los “socio-listos”.
Produciendo alrededor de la mitad de acero en palanquillas, se comprende que la producción de cabillas sea en similar porcentaje. Para colmo, cada “dos por tres”, algún equipo se daña en el Laminador sin que en almacén (por vez primera en su historia de 50 años) existan repuestos. O se agota algún insumo. O un lubricante. Se lo “comieron” todo sin reponer. La corrupción es, para ellos, mejor “negocio” que hacer mantenimiento. Y la cantidad de Palanquillas que les llega es tan escasa, que deben “hacer stock” poco a poco para poder trabajar en forma continua. En fin, Maduro no asume las culpas de su gobierno ni las del “gobierno anterior” que también es suyo quienes desbarataron Sidor. Insulta y amenaza, propicia odios y violencia cuando la culpa de la escasez de cabillas es de su “robo-lución” que destrozó a Sidor, igual que han hecho con Venalum, Alcasa, Carbonorca, Ferrominera, Edelca, Cadafe, EDC, las plantas de cemento (por eso la escasez), las fincas que eran productivas pero que ahora estatizadas son eriales. Igual que han hecho con las refinerías. Con las briqueteras. Pero los inescrupulosos desatan una campaña de odio e histeria culpando a otros de una “guerra económica”. Lo único que les quita el sueño es conservar el poder para seguir usufructuándolo para los negocios. Y a eso lo llaman “revolución, patria y socialismo”.