La oposición venezolana realizó el año pasado unas elecciones primarias para escoger sus candidatos a gobernadores y alcaldes, dando así una muestra de madurez política que gustó mucho a los electores. La aceptación de las primarias fue tan grande, que más de 3 millones de personas participaron en ella. Sin embargo, como todo en política, hubo ciertas decisiones que generaron mucha polémica.
Entre las decisiones polémicas estuvo la de no someter a elección a aquellos gobernadores de oposición que para ese entonces estaban en gestión. Esto fue la manera más elegante que encontró la mesa de unidad de repartir cuotas de poder a diferentes partidos y así todos permanecían contentos. Esta decisión no permitió al electorado evaluar la gestión de sus gobernadores, mucho de los cuales venían haciendo una mala gestión. Esto se tradujo unos meses más tarde en la pérdida de estados como Carabobo y Táchira que eran bastiones de la oposición.
La moraleja de las primarias del año 2012 fue que en muchas ocasiones el candidato para un cargo no siempre es la persona que más liderazgo tiene en la zona, es decir, el llamado “consenso” de la oposición no siempre se realiza de la manera más transparente y objetiva posible, ese consenso en la práctica es simplemente una repartición de cargos y cuotas de poder.
Esa repartición de cuotas de poder es justamente lo que se quiere evitar en el municipio el Hatillo en Caracas. Este municipio actualmente no tiene un candidato para las elecciones del 8 de diciembre debido al fallecimiento de José Manuel Hernández, el cual fue el ganador de las primarias del año pasado. Justamente por esta ausencia es que sus habitantes quieren tener la posibilidad de escoger a su próximo líder y no tener que sufrir una imposición de los dirigentes.
El Hatillo es un municipio netamente opositor el cual ha mejorado notablemente su participación en las últimas elecciones. Sin embargo, sus autoridades en los últimos años han tenido una pésima gestión. En lo personal no me queda la menor duda que si El Hatillo estuviera compuesto socioeconómicamente por más personas de pocos recursos hace mucho tiempo se le hubiese pasado factura a la oposición. En todo caso este municipio que prácticamente se comporta solamente como un municipio dormitorio tiene mucha campo para poder mejorar.
Por eso aplaudo la iniciativa del partido Voluntad Popular de sostener unas elecciones primarias este fin de semana. Con estas elecciones el partido naranja podrá escoger quien será su abanderado, si será David Smolansky quien ha tenido un trabajo político fuerte en el país desde el año 2007 o Eduardo Battistini quien es actualmente concejal del municipio pero quien ya sufrió una dura derrota en las primarias del 2012.
Ahora bien, con estas primarias los dirigentes de la mesa de unidad deben reflexionar y pensar muy bien sus próximos pasos. Los hatillanos ya se pronunciaron en el 2012 y su deseo es muy claro: quieren escoger. Si unas nuevas primarias generales son inviables por razones de tiempo o dinero, la decisión más sana es que los candidatos de los distintos partidos compitan libremente en las elecciones de diciembre.
Ya se han escuchado rumores de posibles negociaciones para el puesto de alcalde del hatillo y muchos se atreven a afirmar que esa persona viene directamente del equipo y del partido de la alcaldesa Do Nacimento.
Ya los venezolanos hemos sufrido suficiente por la dedocracia y los famosos consensos. Ya basta de las roscas y de las negociaciones, especialmente cuando la gestión de una persona ha sido tan mala. Como ciudadanos debemos ejercer presión a los dirigentes para que finalmente el hatillo sea tomado en serio. El hatillano quiere resultados pero sobre toda las cosas quiere que se le respete su derecho a elegir.