TelegramWhatsAppFacebookX

Los Agachados

silencio-t14139

En los últimos cinco años un creciente número de intelectuales y escritores tales como Paul Marek de Canadá han venido señalando las razones del por qué  y advirtiendo que la “mayoría silenciosa es inútil”  y que más bien su silencio representa un peligro adicional en muchos países.

Por mayoría silenciosa o callada ( silent mayority en inglés) se entiende la masa de ciudadanos cerca de o que supera el 50 por ciento de la población que a pesar de ser precisamente una mayoría no influye en las tomas de decisiones de sus gobiernos y en el manejo de sus países precisamente por quedarse callada o agachada. Estos casos son casi exclusivamente relacionados a países cuya democracia es cuestionable, no funciona democracia alguna por ser dictaduras y/o tienen gobiernos que promueven el fanatismo religioso.

Como ejemplo inicial Marek indica a la Alemania de la Segunda Guerra Mundial y cita a un sicólogo que sobrevivió un campo de concentración Nazi luego que su familia fue despojada de sus propiedades y de varias empresas. A la pregunta de cuantos Alemanes eran realmente nazistas, éste contestó:
“Pocos eran verdaderos Nazi. Pero muchos celebraron el renovado orgullo alemán respaldado por el poderío industrial y armamentista del Tercer Reich. Personalmente yo pensaba que los Nazis eran una cuerda de tontos y muchos alemanes como yo decidimos de dejarlos tranquilos con sus locuras. Luego antes que nos diéramos cuenta se adueñaron completamente del país y nadie pudo acabar con ellos y evitar la catástrofe bélica y racista que siguió.”

Desde ese entonces ejemplos como Alemania se han venido repitiendo en forma alarmante. Durante el mismo periodo y el inmediato post guerra los rusos también querían vivir en paz y para olvidar los abusos monárquicos zaristas dejaron  las puertas abiertas  a la revolución comunista permitiendo que los lideres rojos tomaran el control total del país.  El pueblo se dividió, una parte colaboró con la revolución hasta participar en la matanza de 20 millones de disidentes rusos y la otra parte se convirtió en una mayoría silenciosa, aplastada por la dictadura de Joseph Stalin.

Igualmente la inmensa población de China que deseaba paz y tranquilidad, fue dominada por el monstruoso sistema  comunista de Mao Tse Tung  responsable por la muerte de no menos de 70 millones de personas consideradas enemigas del estado. Luego de esta cruel “limpieza” política la mayoría de los chinos se agacharon y pasaron más de 40 años antes de producir un primer disidente en público.

Hartos de la dictadura de Fulgencio Batista los cubanos inicialmente apoyaron masivamente a Fidel Castro hasta que éste también se convirtiera en un dictador comunista dejando en claro que los disidentes o eran eliminados o terminaban  en las cárceles de por vida. Incapaz de oponerse a un régimen muy bien entrenado por la Unión Soviética la mayoría de los cubanos, victima también de un inútil bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos que terminó causándoles al pueblo más hambre y daños que beneficios, también se convirtió en una mayoría silenciosa.

En los últimos 15 años la gran amenaza que ha aparecido en escala  mundial se origina en el Medio Oriente. No queda duda alguna que la gran mayoría de los musulmanes se apegan a una religión que claramente condena la violencia, respeta a los demás seres humanos y desea la paz. Pero ha sido suficiente que un número limitado de fanáticos se hayan  aprovechado del poder para dominar el mundo islámico  para  promover el odio hacia otras  países y sus  religiones, organizar atentados de los cuales el más  conocido el  de las torres gemelas de Nueva York y siguen promoviendo actos terroristas y hasta enfrentamientos bélicos.

En general, no son los pueblos o sus mayorías silenciosas los causantes de innumerables muertes, atentados, actos criminales y abusos de los derechos humanos en el mundo sino precisos grupos de extremistas, fanáticos o anárquicos que se adueñan arbitrariamente del poder y forman regímenes dictatoriales que actúan fuera de las leyes y conceptos de paz de un mundo civilizado.

Pero, aunque en proporción muy inferior, las mayorías silenciosas también tienen su culpa por  no haber prevenido el peligro y por agacharse en lugar de oponerse decididamente en contra  de los usurpadores. Es obvio que estas mayoría silenciosas no pueden perder más tiempo y necesitan juntarse urgentemente con los gobiernos de los países civilizados, organizaciones y todas posibles instancias internacionales para abrirle los ojos al mundo entero y encontrar una manera de defenderse y eliminar estos focos extremistas y regímenes autoritarios sin llegar necesariamente a los enfrentamientos armados como en Libia y en Siria.

 por Tony Bianchi

TelegramWhatsAppFacebookX

silencio-t14139

En los últimos cinco años un creciente número de intelectuales y escritores tales como Paul Marek de Canadá han venido señalando las razones del por qué  y advirtiendo que la “mayoría silenciosa es inútil”  y que más bien su silencio representa un peligro adicional en muchos países.

Por mayoría silenciosa o callada ( silent mayority en inglés) se entiende la masa de ciudadanos cerca de o que supera el 50 por ciento de la población que a pesar de ser precisamente una mayoría no influye en las tomas de decisiones de sus gobiernos y en el manejo de sus países precisamente por quedarse callada o agachada. Estos casos son casi exclusivamente relacionados a países cuya democracia es cuestionable, no funciona democracia alguna por ser dictaduras y/o tienen gobiernos que promueven el fanatismo religioso.

Como ejemplo inicial Marek indica a la Alemania de la Segunda Guerra Mundial y cita a un sicólogo que sobrevivió un campo de concentración Nazi luego que su familia fue despojada de sus propiedades y de varias empresas. A la pregunta de cuantos Alemanes eran realmente nazistas, éste contestó:
“Pocos eran verdaderos Nazi. Pero muchos celebraron el renovado orgullo alemán respaldado por el poderío industrial y armamentista del Tercer Reich. Personalmente yo pensaba que los Nazis eran una cuerda de tontos y muchos alemanes como yo decidimos de dejarlos tranquilos con sus locuras. Luego antes que nos diéramos cuenta se adueñaron completamente del país y nadie pudo acabar con ellos y evitar la catástrofe bélica y racista que siguió.”

Desde ese entonces ejemplos como Alemania se han venido repitiendo en forma alarmante. Durante el mismo periodo y el inmediato post guerra los rusos también querían vivir en paz y para olvidar los abusos monárquicos zaristas dejaron  las puertas abiertas  a la revolución comunista permitiendo que los lideres rojos tomaran el control total del país.  El pueblo se dividió, una parte colaboró con la revolución hasta participar en la matanza de 20 millones de disidentes rusos y la otra parte se convirtió en una mayoría silenciosa, aplastada por la dictadura de Joseph Stalin.

Igualmente la inmensa población de China que deseaba paz y tranquilidad, fue dominada por el monstruoso sistema  comunista de Mao Tse Tung  responsable por la muerte de no menos de 70 millones de personas consideradas enemigas del estado. Luego de esta cruel “limpieza” política la mayoría de los chinos se agacharon y pasaron más de 40 años antes de producir un primer disidente en público.

Hartos de la dictadura de Fulgencio Batista los cubanos inicialmente apoyaron masivamente a Fidel Castro hasta que éste también se convirtiera en un dictador comunista dejando en claro que los disidentes o eran eliminados o terminaban  en las cárceles de por vida. Incapaz de oponerse a un régimen muy bien entrenado por la Unión Soviética la mayoría de los cubanos, victima también de un inútil bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos que terminó causándoles al pueblo más hambre y daños que beneficios, también se convirtió en una mayoría silenciosa.

En los últimos 15 años la gran amenaza que ha aparecido en escala  mundial se origina en el Medio Oriente. No queda duda alguna que la gran mayoría de los musulmanes se apegan a una religión que claramente condena la violencia, respeta a los demás seres humanos y desea la paz. Pero ha sido suficiente que un número limitado de fanáticos se hayan  aprovechado del poder para dominar el mundo islámico  para  promover el odio hacia otras  países y sus  religiones, organizar atentados de los cuales el más  conocido el  de las torres gemelas de Nueva York y siguen promoviendo actos terroristas y hasta enfrentamientos bélicos.

En general, no son los pueblos o sus mayorías silenciosas los causantes de innumerables muertes, atentados, actos criminales y abusos de los derechos humanos en el mundo sino precisos grupos de extremistas, fanáticos o anárquicos que se adueñan arbitrariamente del poder y forman regímenes dictatoriales que actúan fuera de las leyes y conceptos de paz de un mundo civilizado.

Pero, aunque en proporción muy inferior, las mayorías silenciosas también tienen su culpa por  no haber prevenido el peligro y por agacharse en lugar de oponerse decididamente en contra  de los usurpadores. Es obvio que estas mayoría silenciosas no pueden perder más tiempo y necesitan juntarse urgentemente con los gobiernos de los países civilizados, organizaciones y todas posibles instancias internacionales para abrirle los ojos al mundo entero y encontrar una manera de defenderse y eliminar estos focos extremistas y regímenes autoritarios sin llegar necesariamente a los enfrentamientos armados como en Libia y en Siria.

 por Tony Bianchi

Todavia hay más
Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.