RedReto busca donar 500 copas menstruales para que mujeres venezolanas menstrúen con dignidad

La periodista Anamaría González Oxford vio un reportaje sobre la pobreza menstrual e inmediatamente el tema llamó su atención. Era febrero de 2021. Desde la organización que dirige desde España llamada RedReto, que busca ayudar a los venezolanos y promover el desarrollo social de las comunidades menos favorecidas, comenzaron a indagar más y más sobre la problemática que afecta a un gran número de mujeres en el mundo en situaciones de vulnerabilidad.
Si la pobreza menstrual era algo que ocurría en otros países, que pasara en una Venezuela en crisis, con índices de pobreza extrema en 96% y en medio de una Emergencia Humanitaria Compleja era algo casi lógico para ella.
Y en su equipo encontraron lo que buscaban: en Venezuela muchas mujeres, adolescentes y niñas sufren de pobreza menstrual. Para ellas, la toallas sanitarias o los tampones se han convertido en bienes de lujo, primero fue por la desaparición de los productos menstruales de los anaqueles y luego debido a la imposibilidad de poder adquirirlos por limitaciones económicas.
La pobreza y las crisis humanitaria de Venezuela, limitan el acceso de suministros para la salud menstrual a las mujeres y niñas del país.
Hemos creado este reto de enviar 500 copas menstruales para paliar esta situación. ¡Únete al reto!
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— ongredreto (@ongredreto) December 15, 2021
El simple hecho de no contar con los recursos básicos para llevar una menstruación con dignidad, ha provocado una deficiencia en la correcta higiene de cientos de mujeres y niñas. Lo que ha traído como consecuencia una desigualdad social que aumenta cada día. Y que no parece parar.
Para estas mujeres, menstruar es una preocupación más porque se deben debatir entre comprar alimentos o productos para su higiene menstrual.
Ante esta situación, muchas mujeres o adolescentes se han visto en la obligación de usar compresas, paños o incluso cartón, lo que puede generar consecuencias en su salud. Y aunque en los últimos años ha habido un mayor abastecimiento de productos menstruales en las farmacias, los precios son más altos que un sueldo mínimo en Venezuela.
Al ver que era un problema que afectaba a las mujeres de forma diferenciada, en RedReto decidieron crear una campaña de crowdfunding con la finalidad de reunir 7.500 euros para comprar 500 copas para mujeres y niñas en Venezuela.
#12Ene Anamaria González Oxford, directora de ONG Red Reto, nos ofrece detalles de la falta de acceso a productos sanitarios que afecta a las mujeres venezolanas en este momento, por lo que dicha organización intentan ayudar a paliar esta crisis. #TVV pic.twitter.com/X3bqYN7eML
— TVV Noticias (@TVVnoticias) January 12, 2022
Por cada 15 euros, puedes dignificar la menstruación de una mujer venezolana por 10 años.
La copa menstrual es un recipiente fabricado en silicona quirúrgica que se introduce en el interior de la vagina, durante la menstruación, adaptándose a las paredes vaginales.
Iniciaron la campaña el 20 de diciembre de 2021 y la meta es cerrarla para finales de febrero de 2022. Todo para poder gestionar el envío de las copas menstruales desde España a Venezuela para ser entregadas el 8 de marzo, Día de la Mujer.
Únete al reto de enviar 500 copas menstruales a mujeres y niñas en #Venezuela. ¡No las dejemos solas!https://t.co/E7YBBvefqn
— ongredreto (@ongredreto) February 7, 2022
En alianza con Centro de Justicia y Paz (Cepaz), tienen contemplado entregar las 500 copas menstruales a mujeres y niñas de zonas populares, no solo de Caracas sino del interior del país.
Emprendimientos venezolanos para venezolanas
Para Anamaría era importante encontrar un producto que fuera de calidad. Entre la búsqueda de emprendimientos, llegaron a Nazz Organic, una iniciativa de una venezolana en España que crea copas menstruales que permitan ser una alternativa más sostenible para las mujeres.
Las copas menstruales son de silicón quirúrgico y tienen una duración de 10 años. Cada una de ellas tiene un costo de 15 euros.
“Nosotros reconocemos que 15 euros no es cualquier gasto, pero es una inversión a 10 años. Solo la esterilizas antes de utilizarla y cuando termina tu período menstrual. Te la pones y puedes tenerla durante 12 horas sin sacarla ni tener que lavarla”.
Con solo 15€, una niña o una mujer en Venezuela puede dignificar su salud menstrual durante 10 años. Nos hemos propuesto el reto de enviar 500 copas menstruales y necesitamos tu aporte. ¡Contamos contigo!https://t.co/TkGizkqA3r
— ongredreto (@ongredreto) February 4, 2022
Para ella, no solo es importante el tema de que las mujeres puedan tener garantizado su derecho a una salud menstrual digna, sino el ahorro que pueda significar para cada una de las mujeres o una familia.
“Imaginate el gasto de una familia sin poder comprar toallas sanitarias que debe ser lo normal o usando una toalla sanitaria por tres días seguidos. Eso vulnera tu dignidad, tu derecho a la salud porque puede generar infecciones, herpes, bacterias. Imagina lo que te puedes ahorrar durante 10 años”, señala González.
Derechos humanos vulnerados
Anamaría González Oxford, periodista venezolana viviendo en Madrid desde hace un par de años, cuenta que la pobreza menstrual que viven las venezolanas debe ser vista de manera integral. Y, por supuesto, como un problema de derechos humanos.
“La regla sí es un proceso normal de la mujer, pero no podemos normalizar la condición en la que estamos tratando la regla. El hecho de que las venezolanas no puedan tener una higiene menstrual óptima está vulnerando tus derechos. No solo se trata de usar toallas sanitarias o copas, es el hecho de que no puedas acceder a una higiene porque no tienes recursos económicos”, explica la periodista.
Entre los derechos vulnerados, González menciona:
- Derecho a la salud: las mujeres pueden sufrir consecuencias negativas para la salud cuando carecen de suministros y servicios para manejar su salud menstrual. Infecciones, tumores, afecciones a su sistema reproductivo, etc.
- Derecho a la educación: la falta de suministros para la menstruación contribuyen a elevar las tasas de ausentismo escolar y los deficientes resultados educativos. “Los baños en los colegios no están acondicionados para una mejor higiene menstrual. Las niñas dejan de ir al colegio cuando están menstruando, hay deserción escolar”, dice González.
- Derecho al trabajo: el escaso acceso a medios seguros de manejo de la higiene menstrual, limitan las oportunidades de empleo para las mujeres y las niñas. Se ven obligadas a ausentarse de los trabajos durante el período menstrual, siendo objeto de despidos y en caso de autoempleo de reducir sus ingresos. “Incluso afecta a las mujeres que tienen autoempleos y eso genera más pobreza porque se vuelven improducivas en esos momentos”.
- Derecho a la igualdad de género: los obstáculos relacionados con la menstruación en la escuela, el trabajo, los servicios de salud y las actividades públicas también perpetúan las desigualdades de género.
- Derecho a la dignidad: las mujeres y las niñas que no tienen acceso a productos menstruales recurren a trapos, hojas, periódicos u otros elementos improvisados para absorber o recoger la sangre menstrual. “No poder menstruar de manera digna tiene un impacto importante en la emocionalidad de las mujeres y las niñas”.