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No podemos hablar del agua. Ni siquiera en su día por Tomas Horacio Hernández

No soy un experto para saber si el agua en Maturín está contaminada pero tengo amigos y familiares en esa zona que me han comentado que llevan semanas sin agua en sus casas. No soy científico para comprobar que las acusaciones del gobernador Salas Feo, en cuanto al mal estado del agua en los estados Aragua, Carabobo y Miranda, sean ciertas,  pero si puedo darme cuenta a simple vista que las plantas de tratamiento están muy mal mantenidas.

En todo caso, al igual que yo, muchos de ustedes se habrán enterado por los medios de comunicación  de la ineficiencia de este gobierno en el tema del agua. Tan nefasta ha sido su labor, que hasta uno de sus gobernadores rojos se les volteó, porque las cúpulas del PSUV querían ignorar la irresponsabilidad de PDVSA en el estado Monagas.

Ante esta situación  de incertidumbre y preocupación por la sustancia que es vital para el hombre,  a nuestro ilustre gobierno no se le ocurrió otra brillante idea que censurar a los medios que hablen del agua “sin tener una prueba que tenga el debido soporte técnico”.

La Asamblea General de la ONU aprobó una resolución  en 1992 en la cual se declaró el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua. En estos 20 años lo que se ha fomentado es que las personas en sí sean  más conscientes sobre la necesidad vital de la preservación y protección del agua. Paradójicamente hoy en Venezuela no podremos hablar ni bien ni mal del agua, ya que cualquier intento será catalogado como “campaña de terror” según ha dicho la Fiscal General de la República.

De tal manera que estamos viviendo nuevamente en nuestro país un claro ejemplo de censura y amenaza a la libertad de expresión. Anoten entonces otra raya más para este tigre autoritario, que es mejor conocido en el mundo académico como el perfecto idiota latinoamericano.

En conclusión, ¡A tomar todos agua de chorro y sigamos tapando el sol con un dedo!

En twitter: @TomasHHR

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No soy un experto para saber si el agua en Maturín está contaminada pero tengo amigos y familiares en esa zona que me han comentado que llevan semanas sin agua en sus casas. No soy científico para comprobar que las acusaciones del gobernador Salas Feo, en cuanto al mal estado del agua en los estados Aragua, Carabobo y Miranda, sean ciertas,  pero si puedo darme cuenta a simple vista que las plantas de tratamiento están muy mal mantenidas.

En todo caso, al igual que yo, muchos de ustedes se habrán enterado por los medios de comunicación  de la ineficiencia de este gobierno en el tema del agua. Tan nefasta ha sido su labor, que hasta uno de sus gobernadores rojos se les volteó, porque las cúpulas del PSUV querían ignorar la irresponsabilidad de PDVSA en el estado Monagas.

Ante esta situación  de incertidumbre y preocupación por la sustancia que es vital para el hombre,  a nuestro ilustre gobierno no se le ocurrió otra brillante idea que censurar a los medios que hablen del agua “sin tener una prueba que tenga el debido soporte técnico”.

La Asamblea General de la ONU aprobó una resolución  en 1992 en la cual se declaró el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua. En estos 20 años lo que se ha fomentado es que las personas en sí sean  más conscientes sobre la necesidad vital de la preservación y protección del agua. Paradójicamente hoy en Venezuela no podremos hablar ni bien ni mal del agua, ya que cualquier intento será catalogado como “campaña de terror” según ha dicho la Fiscal General de la República.

De tal manera que estamos viviendo nuevamente en nuestro país un claro ejemplo de censura y amenaza a la libertad de expresión. Anoten entonces otra raya más para este tigre autoritario, que es mejor conocido en el mundo académico como el perfecto idiota latinoamericano.

En conclusión, ¡A tomar todos agua de chorro y sigamos tapando el sol con un dedo!

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