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Los riesgos económicos y diplomáticos de la alianza Venezuela-Libia por Adriana Boersner


Mientras el Departamento de Estado de Estados Unidos autoriza al Consejo Nacional de Transición de Libia para  abrir embajada en Washington, además de proporcionarles el acceso a los activos congelados de casi trece millones de dólares, Venezuela recibe a los emisarios del líder Muamar Gaddafi, secretario de Finanzas y Planificación, Abdul Hafid Al Zleitni, y de Comunicaciones y Transporte, Mohamed Zydan, comprometiendo no sólo a nivel diplomático al país, sino también, y muy posiblemente, la economía nacional.

Según fuentes estadounidenses, el gobierno libio habría pedido a Venezuela asumir el control de unos buques libios que se encuentran en el Golfo de México para ser colocados a su vez en el mercado petrolero internacional. Teniendo en cuenta que la guerra civil en Libia esta empeorando cada día más y la relación de amistad que tienen los gobiernos de Venezuela y Libia se estrecha, nuestra economía y relaciones diplomáticas podrían estar en riesgo en relación con otros países, si el gobierno de Hugo Chávez decide ayudar efectivamente a Gaddafi. Gran parte de la comunidad internacional veta las acciones del líder libio lo que ha resultado extensivo a aquellos países que colaboren con él.

La Organización de Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos impusieron restricciones el pasado febrero, además de bloquear cuentas de altos funcionarios libios. De querer Venezuela asumir la venta de ese petróleo tan necesario para Gaddafi, primero tendría que pasar por conversaciones con la Unión Europea y Estados Unidos-su enemigo-, a fin de evitar un impasse diplomático de envergadura.

Por otro lado, resulta lamentable la postura que asume Venezuela en una crisis que a todas luces va en contra de la defensa de los derechos humanos y de la democracia, dos aristas que según Chávez, son importantes para la revolución socialista en Venezuela.

Rechazar al Consejo de Transición por el hecho de estar apoyados desde Europa o Estados Unidos y catalogarlos como terroristas, no hace del gobierno de Venezuela más anti imperialista, sino absurdo, ante una lucha que precisamente nació de la base de una sociedad inconforme con un gobierno autoritario que lleva 42 años en el poder y que si fue en su momento y siguió siendo terrorista.

Gaddafi perdió legitimidad desde hace tiempo por no tener el respaldo de su pueblo, y de ello es lamentable el papel que deja Venezuela ante la comunidad internacional colocándose del lado de los ilegítimos y no de quien lucha por salir de un conflicto que mantiene al país magrebí bajo constantes bombardeos que le ha costado a la propia Libia 50 millones de dólares- de los cuales 20 mil millones de dólares han sido a causa de la paralización de la exportación petrolera- además de los centenares de muertos.

Por Adriana Boersner Herrera

Twitter: @aboersner @diploos

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Mientras el Departamento de Estado de Estados Unidos autoriza al Consejo Nacional de Transición de Libia para  abrir embajada en Washington, además de proporcionarles el acceso a los activos congelados de casi trece millones de dólares, Venezuela recibe a los emisarios del líder Muamar Gaddafi, secretario de Finanzas y Planificación, Abdul Hafid Al Zleitni, y de Comunicaciones y Transporte, Mohamed Zydan, comprometiendo no sólo a nivel diplomático al país, sino también, y muy posiblemente, la economía nacional.

Según fuentes estadounidenses, el gobierno libio habría pedido a Venezuela asumir el control de unos buques libios que se encuentran en el Golfo de México para ser colocados a su vez en el mercado petrolero internacional. Teniendo en cuenta que la guerra civil en Libia esta empeorando cada día más y la relación de amistad que tienen los gobiernos de Venezuela y Libia se estrecha, nuestra economía y relaciones diplomáticas podrían estar en riesgo en relación con otros países, si el gobierno de Hugo Chávez decide ayudar efectivamente a Gaddafi. Gran parte de la comunidad internacional veta las acciones del líder libio lo que ha resultado extensivo a aquellos países que colaboren con él.

La Organización de Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos impusieron restricciones el pasado febrero, además de bloquear cuentas de altos funcionarios libios. De querer Venezuela asumir la venta de ese petróleo tan necesario para Gaddafi, primero tendría que pasar por conversaciones con la Unión Europea y Estados Unidos-su enemigo-, a fin de evitar un impasse diplomático de envergadura.

Por otro lado, resulta lamentable la postura que asume Venezuela en una crisis que a todas luces va en contra de la defensa de los derechos humanos y de la democracia, dos aristas que según Chávez, son importantes para la revolución socialista en Venezuela.

Rechazar al Consejo de Transición por el hecho de estar apoyados desde Europa o Estados Unidos y catalogarlos como terroristas, no hace del gobierno de Venezuela más anti imperialista, sino absurdo, ante una lucha que precisamente nació de la base de una sociedad inconforme con un gobierno autoritario que lleva 42 años en el poder y que si fue en su momento y siguió siendo terrorista.

Gaddafi perdió legitimidad desde hace tiempo por no tener el respaldo de su pueblo, y de ello es lamentable el papel que deja Venezuela ante la comunidad internacional colocándose del lado de los ilegítimos y no de quien lucha por salir de un conflicto que mantiene al país magrebí bajo constantes bombardeos que le ha costado a la propia Libia 50 millones de dólares- de los cuales 20 mil millones de dólares han sido a causa de la paralización de la exportación petrolera- además de los centenares de muertos.

Por Adriana Boersner Herrera

Twitter: @aboersner @diploos

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