Los eventos de Libia y Japón han puesto de manifiesto lo que muchos analistas y académicos mundiales vienen pronosticando sobre una crisis energética mundial signada porque la demanda supere a la oferta provocando un alza de los precios del petróleo. El problema es la oferta y no la demanda.
Y es que el caso nuclear saca del juego energético la oferta nuclear como fuente de generación eléctrica. Ya se vio cómo en Alemania el Partido Verde sacó provecho de la situación para lograr históricas victorias en elecciones municipales, en Estados Unidos las protestas para el cierre de una planta nuclear en el estado de Nueva York crecen cada dÃa, al punto que a la población no le importa tanto un incremento del 5% en su factura eléctrica como que que cierren la planta.
En consecuencia, los gobiernos de gran parte del planeta han paralizado los proyectos nucleares, aunque se espera que en un tiempo estos regresen.
En los próximos cinco años esta oferta saldrá del mercado y será suplida por la fuente tradicional: el petróleo. Y es sobre este punto que el caso Libia demuestra lo crÃtico de la oferta de crudo en el mundo.
Los rebeldes libios, un movimiento que aún no se puede identificar con ninguna ideologÃa ni tendencia, anuncian que están dispuestos a vender 300.000 barriles diarios de petróleo de las zonas que dominan (o dominaban hasta ayer), asà como dos millones que se encuentran almacenados en terminales que ya ellos controlan.
El problema se encuentra en cómo cobrar estos jugosos montos de dinero que los ayudarÃa a comprar armas en su guerra contra Gaddafi dado que la ONU ha impuesto sanciones sobre la empresa estatal petrolera de Libia, el cobrador formal de las ventas.
La necesidad mundial de ese crudo ha llevado a Qatar a ofrecerse como intermediario de esta posible venta. Es decir, los rebeldes Libios venden a Qatar el producto y este emirato lo revende a Italia y España principalmente. Vulgarmente, Qatar limpia el dinero de estas ventas. Eni y Repsol no se pronuncian sobre el caso, nadie lo critica pero tampoco lo apoyan.
Sin embargo de darse esta triangulación se crearÃa un precedente muy peligroso en el mundo petrolero, aunque no serÃa el primer caso de triangulación en el mercado: ya conocemos lo que hacen los chinos con el petróleo venezolano proveniente del acuerdo entre ambos paÃses.
Pero éste no serÃa sólo un precedente comercial, o financiero. SerÃa un precedente polÃtico. Un precedente para paÃses petroleros en conflicto o de alta polarización. Todo está por verse.