Editorial Diario Las Américas: Las voces silenciadas de Venezuela
Sucre, al nororiente de Venezuela, es un estado esencialmente dominado por el chavismo, que en 2012 triunfó con 63,30% de los votos en las elecciones regionales. Pero un año más tarde, en esa región, el municipio Arismendi cayó en manos del opositor Enrique Franceschi, asesinado este sábado a puñaladas, por motivos desconocidos.
Franceschi militaba en las filas de Acción Democrática, pero hoy engrosa otra lista: la de los venezolanos fallecidos a manos de la inseguridad, que junto al alto costo de la vida, encabeza las encuestas como principal preocupación de los ciudadanos.
No es para menos, pues en los últimos 15 años se han identificado más de 200.000 asesinatos, una tasa de 79 homicidios por cada 100.000 habitantes, únicamente por debajo de Honduras, donde la cifra es de 85 por cada 100.000 personas, según fija la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La respuesta de la “Revolución Bolivariana” al flagelo, ha sido el lanzamiento y relanzamiento de 20 planes en la materia, cuya ineficiencia habla por sí sola. De hecho, mientras la inseguridad azota las calles, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- que pronto coronará a Nicolás Maduro como su Presidente para bajar del trono a Hugo Chávez-, celebra elecciones internas para escoger a los delegados que acudirán al III Congreso Nacional, del 26 al 28 de julio.
Este Congreso representa justamente la esperanza del Gobierno, inmerso en su peor crisis interna, tras el fallecimiento de Chávez. Pero el carácter ratificador, dominará al reformador, en vista de que las caras postuladas son las más criticadas por el ala radical del partido, (Diosdado Cabello, Cilia Flores, Jorge Rodríguez, Elías Jaua o Rafael Ramírez) que ha salido a denunciar corrupción, exclusión y mutismo, pues carecerá de voz durante este concilio.