Mensaje del Secretario General en ocasión del Día Internacional de las Viudas
Ninguna mujer debería perder su situación en la sociedad, su sustento o sus propiedades cuando su marido fallece, pero en nuestro mundo millones de viudas sufren abusos persistentes, discriminación, desheredación e indigencia. Muchas son sometidas a prácticas perniciosas como la quema de viudas o la «purificación de viudas», un aberrante ritual que a menudo constituye una violación e incrementa el riesgo de que la viuda quede infectada por el VIH. También sufren sus efectos sus hijos y personas dependientes.
Tenemos la responsabilidad colectiva de salvaguardar los derechos humanos y la dignidad de las viudas, en consonancia con la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño. Comprometámonos, en el Día Internacional de las Viudas, a empoderar a las mujeres, fomentar la igualdad entre los géneros y poner fin a todas las formas de violencia contra la mujer. Juntos podemos eliminar los desafíos a los que se enfrentan las viudas de todo el mundo y facilitar que hagan realidad su potencial como miembros de la sociedad en pie de igualdad.