El Gobierno venezolano nuevamente arremete contra la protesta estudiantil que se mantiene desde hace casi tres meses en diversos puntos del país.
En una operación como si se tratase de una guerra, la Guardia Nacional junto a policías se lanzaron contra los estudiantes que se encontraban a las puertas de la sede de la ONU en Caracas. Como si se tratase de una ofensiva militar, 900 oficiales participaron en una acción que busca desactivar la protesta, llevándose detenidos a 243 jóvenes que exigían la acción de la comunidad internacional frente a la crisis política que vive el país.
A pesar de las negociaciones con la oposición, el Gobierno no descansa en su objetivo de reprimir, torturar y agredir a los estudiantes que claman por un cambio de actitud del Estado. En la operación de este jueves, los alcaldes de oposición que gobiernan en las zonas donde estaban los campamentos no fueron notificados de la acción de los guardias nacionales en horas de la madrugada.
Horas después, el Ministro de Interior y Justicia de ese país, Miguel Rodríguez Torres, hizo una puesta en escena para “denunciar” que los jóvenes que se encontraban en la protestan tenían armas, droga, dólares y hasta productos de la dieta del venezolano que han desaparecido en los últimos meses, una acción que deja en evidencia los planes de desprestigiar la acción estudiantil.
A pesar de la represión, los estudiantes continúan en las universidades rechazando la represión y la violencia y desafiando al régimen en su propósito de desarticular las protestas. A medida que continué el ataque del Gobierno, los jóvenes venezolanos reafirman su compromiso de decirle basta al abuso.
