Carteles antigubernamentales en Cuba
Minutos más tarde alcancé llegar hasta dicho lugar y verificar que era cierto lo que éste me comunicaba. Al instante de salir, aparecieron efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y del Departamento de la Seguridad del estado (DSE), cercaron el lugar y no dejaban pasar a nadie.
Al día siguiente alrededor de las 2 PM llegaron los uniformados a mi vivienda, y me condujeron detenido hasta la unidad de esta ciudad, según ellos porque yo había sido el autor de estos escritos, ya que me habían visto salir de este lugar. Éstos, como ya es costumbre, me amenazaron con desaparecerme si aparecía otro cartelito, a lo que respondí: que yo lo que hacía, lo hacia delante de ellos, y no tenía que esconderme tanto, ni ir tan lejos, para hacer lo que fuera hacer.
Solo que escuché rumores de este suceso y me cerqué para ver si era cierto. Me tuvieron por espacio de hora y media, y luego me soltaron.
Hechos de este tipo son los que demuestran el rechazo a la dictadura implantada por los hermanos Castro hace más de medio siglo. Ellos, a través de sus medios de difusión, intentan dar otra versión muy lejana de la realidad. Los principales escenarios del debate cubano no están en los periódicos, ni en las emisoras de radio, ni en la televisión. Tampoco en las comisiones del parlamento, ni en las reuniones de la organizaciones políticas, ni de masas, ni en las asambleas sindicales, ni en las rendiciones de cuentas de los delegados con sus electores, como ellos intentan hacer creer al mundo.
Los principales escenarios del debate en Cuba están en las paradas de guagua, en los parques, en los juegos de dominó, en las tertulias de tarde en el portal. Si de verdad quieren un termómetro de lo que piensa la gente, los (decisores) no deberían confi ar tanto en actas, encuestas y entrevistas para el noticiero, donde la gente dice más lo que supone que se quiere escuchar que lo que en realidad piensa.
Si quieren una opinión sincera sobre cualquier asunto visite uno de estos lugares y escuchen como verdaderamente piensa el cubano: sus inconformidades, necesidades, frustraciones, su desesperanza en el futuro y mucho más.
Esto es lo que hace que algunos pongan en riesgo su vida y su libertad tratando de colocar su granito de arena para que en Cuba podamos disfrutar de una verdadera democracia, la cual traerá paz y prosperidad para nuestra nación.