El ser humano vuelve a la barbarie, regresa a los tiempos de las cavernas… y todo el avance de siglos queda hecho trizas a sus pies.
El Hombre da paso al Bárbaro que lleva consigo, dormido, pero latente en todos estos años.
Se vuelve Bestia y descarga sus odios y bajas pasiones abusando y golpeando a los más débiles; y lo que es peor… en su furia goza con lo que está haciendo.
No hay nada más cruel que las escenas de una guerra.
Y hoy lo estamos comprobando, no en la revisión de una escena de la Segunda Guerra Mundial con sus horrores del nazismo, sino con enfrentamientos se están desarrollando frente a nosotros, en un horroroso espectáculo de carnicerÃa humana.
Los hechos están transcurriendo frente a nuestros ojos, en Venezuela, bajo las órdenes del gobierno de Nicolás Maduro de aplastar sin contemplaciones a los manifestantes.
Las escenas que han producidos estos mandatos son increÃbles, dantescas, que llenan de horror. Pareciera que están desfilando -una por una, cuadro por cuadro- dentro de una cámara silenciosa, que no registra en su justa medida, la justa alarma de ningún órgano internacional.
La OEA demostró frente a la crisis de Venezuela su fracaso, al igual que la ONU. Después de esta derrota de los gobiernos que la integran, ambas organizaciones deberÃan desaparecer por ineficientes y burocráticas.
Es que el grito de auxilio de Venezuela nadie lo escucha.
Mañana los que callan se rasgarán las vestiduras y dirán, como frente al Holocausto, que no estaban enterados de las atrocidades llevadas a cabo por el gobierno de Nicolás Maduro, hombre que ni siquiera se ha comprobado que es venezolano.
¿Qué hay que hacer para que el grito de auxilio de Venezuela sea escuchado?
¿Cuándo reaccionaran todos los militares dignos, a tanta atrocidad?
¿Cuántos muertos, heridos y detenidos deberemos llorar para que el plazo se cumpla?
Porque, déjenme asegurarles, todo llega… y para tanta angustia pronto llegará un final.
FUENTE:Â miscelaneasdecuba.net