Runrun.es: En defensa de tus derechos humanos

Venezuela

Cárcel de mujeres de Los Teques

Desiree Sousa
Hace 11 años

Los traslados del Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof), después de las protestas que hicieron las internas, por la muerte de una de sus compañeras, terminaron. Como siempre, el Ministerio de Asuntos Penitenciarios, trasladó a 90 reclusas a las cárceles del Centro Penitenciario de Occidente “Santa Ana” en el estado Táchira, Comunidad Penitenciaria de Coro en el estado Falcón y la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) en el estado Guárico.

Esto deja a los familiares con más de una incertidumbre: Osfel Huizi, de 18 años, acudió desde Catia La Mar junto a su hermano de 15 años, para conocer la situación de su mamá, quien fue trasladada ayer a Táchira. La muchacha se preguntaba cómo iba a hacer para visitar a su madre, ya que la llevaron tan lejos, que va a ser casi imposible “llevarle todo lo que necesita”. Cuando el autobús trasladaba a las internas, la chama pudo ver a su mamá golpeada “y a otra mujer a quien le cortaron el pelo”. Juani Bravo, es la pareja de una de las reclusas trasladadas e indica que desde el miércoles no les han dado comida, ni les permiten bañarse y que a un grupo de ellas las esposaron y encerraron en un cuarto. Destaca que la GNB no está involucrada en los maltratos a las reclusas y que “hemos sentido el apoyo por parte de ellos”.

Nancy Bracho, explica que desde hace tres días no sabe nada de su hija, lo que le produce gran angustia, ya que la información que maneja es que las reclusas han sido presuntamente golpeadas, a las “machito” les habrían introducido un tubo por el ano y cortado el cabello, en represalia por su condición sexual.

Describe que las golpearon con un bate forrado en goma espuma, para que las lesiones sean internas y no se puedan percibir. “No puedo entender por qué tratan a estas muchachas como animales”. Marlin Villarroel señala que a las reclusas “las están sometiendo a una situación muy humillante” al dejarlas en el patio esposadas, hacerles el tacto vaginal a 100 mujeres con un solo guante, algo que a su juicio “está penado por la ley, porque no son médicos ni enfermeras”.

Dice que “a una de las machito le metieron un palo por el ano, lo que causó que se le salieran las hemorroides y esté vomitando sangre”. A otra reclusa sexodiversa también le introdujeron un objeto por el ano, “porque cuando la golpeaban no lloraba”. Los familiares pidieron que “el grupo gris” deje de tomar represalias contra las reclusas por su condición sexual, ya que no merecen ser maltratadas.

Rechazaron la homofobia y pidieron el cese de las vejaciones contra “las machito”.

Es doblemente grave esta situación, por dos razones; la primera de ellas porque la incidencia de violaciones a los derechos humanos es muy alta y frecuente, me atrevería a decir que permanente; y, en segundo lugar, porque esta violación sistemática a los derechos fundamentales de la población reclusa es producto y acción de las autoridades nacionales.

 

Humberto Prado

Conflicto VE

Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.

IR A MUJERES REFERENTES