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Investigación

En el imperio carcelario de Iris Valera reina la violencia y mandan los “pranes” (Interactivo)

Lorena Meléndez
Hace 9 años

@loremelendez

MICROESTADOS QUE FUNCIONAN AL MARGEN DE LA LEY y las autoridades, o con el aval de estas últimas: eso son las cárceles venezolanas.  Las megabandas criminales que azotan al país son protegidas y coordinadas por los “pranes” de los grandes penales; la prisión de Tocorón, en Aragua, se parece más a un resort que a un centro de reclusión; de acuerdo con cifras del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), 90% de las extorsiones telefónicas se realizan desde los internados. Detrás de los barrotes, la violencia se ha desatado hacia afuera y todo ocurre bajo la égida de un ministerio creado, hace cuatro años y tres meses, bajo la administración de Iris Varela.

El nacimiento de esta instancia no fue casual. Entre junio y julio de 2011, más de treinta personas fueron asesinadas dentro del Internado Judicial Rodeo, en el estado Miranda. El poder de los “pranes” se evidenció cuando las autoridades debieron trasladar a más de 800 reclusos a otros centros, con la intención de protegerlos, y cuando se descubrió que tras las rejas había un arsenal de armas de guerra en manos de los presos.

La respuesta del gobierno, luego de casi 30 días de conflicto, fue anunciar que un nuevo organismo se encargaría de frenar las cifras rojas de los penales: el 26 de julio de ese año se publicó en Gaceta Oficial la creación del Ministerio del Servicio Penitenciario, con Iris Varela como titular de la cartera.

Pero los secuestros, motines, asesinatos y enfrentamientos con armas blancas y de fuego no han dejado de ocurrir en las cárceles. Bajo el mandato de Varela se ha registrado, hasta diciembre de 2014, la muerte de 1.622 personas. Otras 2.238 han quedado heridas en hechos violentos sucedidos en los internados, de acuerdo con los números recabados por el Observatorio Venezolano de Prisiones. Desde el Estado no se ha ofrecido un balance al respecto. Las cifras rojas son esquivas a los medios de comunicación.

Dentro de los penales, la represión también se ha hecho patente. En 2013, la desocupación del Centro Penitenciario de la Región Centro Occidental, conocido como cárcel de Uribana, se convirtió en la mayor masacre cometida en un internado judicial por funcionarios venezolanos: 66 reos cayeron. En los últimos años, los desalojos y clausuras de prisiones son sinónimo de muerte.

El Régimen Penitenciario —un control que se implementó en más de la mitad de las cárceles en manos del Ministerio— tampoco han parado los reclamos de los reclusos, quienes en 2014 protagonizaron una huelga de hambre y 10 de sangre para obligar al gobierno a escuchar sus quejas sobre el hacinamiento, la mala alimentación y los malos tratos que reciben.

En 2015, la situación no ha sido diferente. Muestra de ello es la reciente crisis ocurrida en el Rodeo el pasado 16 de octubre, cuando los presidiarios secuestraron a cinco custodios para exigir sus derechos. La tensión se mantuvo por una semana y dejó dos reclusos muertos. Al cierre del conflicto, Varela repitió una de sus frases más polémicas: “Nosotros somos campeones en Derechos Humanos”. 

Cronología de los motines

2011: Ministerio de estreno

Durante los primeros 100 días del Ministerio del Servicio Penitenciario hubo cuatro secuestros de custodios y familiares y, por lo menos, siete enfrentamientos con saldos mortales. Uno de los hechos violentos incluyó la explosión de una granada, lo que da fe a la existencia de las armas de guerra en los penales. En total, hubo 560 muertos en las cárceles, cifra que supera en 15% a la de 2010, cuando se registraron 476 decesos.

2012: Comienzan las clausuras

El año comenzó con protestas. En Yare, más de 1.300 familiares decidieron permanecer tras las rejas junto a los presos como medida de presión ante las condiciones de hacinamiento que sufrían. La situación se extendió a otras cuatro cárceles. En febrero se registró uno de los “coliseos” de Uribana más sangrientos, con 128 heridos y tres muertos. La clausura de La Planta, en Caracas, y del Internado Judicial de Coro, pusieron en tela de juicio la actuación de las fuerzas de seguridad frente a la población penitenciaria: en ambas hubo excesos contra los reclusos. En ambas hubo muertos. 2012 cerró con 591 fallecidos, 31 más que en 2011.

2013: Uribana y los caídos

Lo que iba a ser una requisa, culminó como la masacre más violenta de la historia carcelaria de Venezuela. La Guardia Nacional desocupó la cárcel de Uribana, en Lara, con un operativo que dejó 63 muertos en apenas tres días. La mayoría de ellos eran reos. En septiembre, la clausura de la cárcel de Sabaneta, en Maracaibo, acabó con un saldo mortal: cayeron 16 presos. Secuestros, motines y enfrentamientos continuaron en la lista de sucesos dentro de los penales. Por primera vez, descendió la cifra total de muertos en el año. De 591, en 2012, bajó a 506, en 2013.

2014: El año del coctel de la muerte

La antigua cárcel de Uribana, designada ahora Centro Penitenciario David Viloria, fue nuevamente el centro de la noticia. Los presos llamaron la atención de autoridades y medios cuando comenzaron una protesta para denunciar los maltratos del nuevo director del penal. Según la versión oficial, un grupo de reos asaltó de madrugada la enfermería y ligó medicamentos para drogarse. Cincuenta de ellos murieron víctimas de un coctel de alcohol absoluto y yodado con otras sustancias. Los enfrentamientos entre reclusos fueron menos numerosos, pero los motines y secuestros de custodios terminaron con cifras rojas. No se conocen los responsables de este hecho, ni se hizo justicia por este caso. Tampoco hay detenidos por la masacre de 2013.

2015: De incendios y secuestros

Este año, los traslados a otros centros de reclusión y la mala alimentación han sido la causa de motines en cárceles que funcionan bajo el Régimen Penitenciario implantado desde el Ministerio. Esto ha ocurrido, por ejemplo, en Rodeo II, donde hubo una crisis en octubre que incluyó el secuestro de los custodios. El incendio en uno de los pabellones de Tocuyito, que cobró 16 vidas, fue otro de los sucesos del año.

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