La ONU designó a Michelle Bachelet como nueva jefa de derechos humanos
La ONU designó a Michelle Bachelet como nueva jefa de derechos humanos

 

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, eligió el miércoles a la expresidenta chilena Michelle Bachelet para ser la próxima alta comisionada para los derechos humanos de la organización, un cargo de gran repercusión que suele provocar las críticas de los gobiernos acusados de violarlos.

Guterres anunció el nombramiento de Bachelet en una nota dirigida a la Asamblea General y pidió a los 193 estados miembros que lo aprueben. El presidente de la asamblea, Miroslav Lajcak, envió después cartas a todos los embajadores de la ONU para avisarles que el viernes en la mañana se efectuará una reunión en la que se someterá a votación el nombramiento, cuya aprobación es prácticamente segura.

Por experiencia propia, la exmandataria conoce las violaciones a los derechos humanos.

Bachelet, hija de un general de la fuerza aérea, estudiaba medicina cuando el presidente marxista Salvador Allende fue derrocado en un golpe de Estado en septiembre de 1973. El padre de ella, el general Alberto Bachelet, fue encarcelado bajo el cargo de traición por oponerse al golpe, y después Michelle, entonces de 23 años, y su madre fueron torturadas durante dos semanas en una prisión secreta antes de que se exiliaran. Tras meses de tortura, su padre murió de un paro cardiaco en marzo de 1975.

Bachelet _pediatra, una política socialista moderada y madre soltera de tres hijos_ también ha defendido el desarrollo y los derechos de las mujeres.

Fue la primera presidenta de Chile, de 2006 a 2010. Después el entonces secretario general Ban Ki-moon la designó para presidir ONU Mujeres, una agencia creada por la Asamblea General en 2010 para combinar cuatro organismos de la ONU que promueven la igualdad de género y el avance de los derechos de las mujeres.

En 2013, Bachelet regresó a Chile y fue elegida para un segundo mandato presidencial de 2014 a 2018.

En Santiago, Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Detenidos Desaparecidos de Chile, recordó que “nosotros como organización hemos tenido serias diferencias con el actuar de la expresidenta Bachelet en materia de derechos humanos”.

Aunque activistas de derechos humanos y parientes de víctimas de la dictadura militar (1973-1990) pidieron en repetidas ocasiones que cerrara una cárcel especial para criminales de lesa humanidad, Bachelet no lo hizo.

Pizarro añadió que desde el retorno a la democracia, “no ha habido voluntad política para enfrentar la necesaria y justa demanda de verdad y justicia”.

Por otro lado, Samuel Fernández, experto en derecho internacional, calificó el nombramiento de Bachelet como “una distinción doble: una a ella por lo que representa” y otra para Chile.

Antes del anuncio de Guterres, Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, había dicho en un comunicado que “si la seleccionan, Bachelet asumirá uno de los cargos más difíciles del mundo en un momento en que los derechos humanos están bajo ataque generalizado”.

“Como víctima, ella aporta una perspectiva única al papel sobre la importancia de una vigorosa defensa de los derechos humanos”, declaró Roth en un comunicado. “Las personas en el mundo confían en que sea una defensora pública y enérgica, en especial donde los infractores son poderosos”.

Si la ratifican como jefa de derechos humanos, Bachelet sucederá a Zeid Ra’ad Al-Hussein, un diplomático y miembro de la familia real jordana cuyo período de cuatro años finaliza el 31 de agosto.

La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, de la que Bachelet será la titular, encabeza las acciones de la ONU para proteger y promover los derechos y censurar las violaciones que ocurran en el mundo.

En una conferencia de prensa de despedida la semana pasada, Zeid defendió sus críticas francas a los abusos cometidos por decenas de países, desde Myanmar hasta Hungría y desde Estados Unidos hasta Siria. Insistió en que su oficina “no deshonra a los gobiernos, éstos se deshonran a sí mismos”.

En su cargo como alto comisionado con sede en Ginebra, Zeid declaró que “el silencio no te gana el respeto de nadie”.

Dijo que le dará a su sucesor los mismos consejos que su antecesora, Navi Pillay, le dio a él: “Sé justo y no discrimines a ningún país”, y “trabaja desde el primer día”.

Zeid ha enfrentado las críticas de diversas partes debido a sus pronunciamientos demasiado directos.

El embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon, celebró el miércoles en un comunicado la próxima partida de Zeid, y afirmó que este “jamás perdió una oportunidad de inventar falsedades y mentiras sobre Israel”.

Durante los cuatro años de Zeid en el cargo, dijo Danon, el Consejo de Derechos Humanos de 47 naciones “se convirtió en un teatro de lo absurdo, en el que la hipocresía y la doble moral se volvieron comunes entre sus procedimientos e informes”.

La embajadora de Estados Unidos, Nikki Haley, que anunció en junio el retiro de Washington del Consejo de Derechos Humanos del que dijo tenía obsesión con Israel, señaló que Bachelet debe “evitar las fallas del pasado”.

Haley dijo que el consejo ha fracasado en abordar “las violaciones extremas a los derechos humanos en el Hemisferio Occidental, en Venezuela y Cuba en Particular”, así como las “grandes crisis de derechos humanos” en Irán, Corea del Norte y el Congo.

“Corresponde a la señora Bachelet pronunciarse en contra de esos fracasos en lugar de aceptar la situación imperante”, afirmó Haley en un comunicado. “Confiamos en que ella lo hará. Estados Unidos lo hará”.