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Líder de las FARC ya está en La Habana para reunirse con Juan Manuel Santos

procesopaz

 

El máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, ya está en La Habana para anunciar hoy junto con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, un acuerdo alcanzado por las partes en materia de justicia transicional, confirmaron a Efe los negociadores de la guerrilla.

Timochenko, cuyo paradero hasta ahora se desconocía, llegó a La Habana, según las fotografías publicadas por la guerrilla en su cuenta de Twitter, pero se desconoce el momento exacto de su arribo a la capital cubana.

Fuentes consultadas por The Associated Press cercanas a la guerrilla y que no desean ser identificadas por no estar autorizadas para hablar del tema, confirmaron que el gobierno anunciará el miércoles un alto al fuego bilateral como parte de lo pactado con la guerrilla y el histórico anuncio sobre justicia transicional.

En las últimas horas, Colombia ha sido un hervidero de rumores ante la posibilidad de que el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hubieran alcanzado un acuerdo sobre este polémico punto relacionado con las condenas que deberían pagar los líderes guerrilleros por abusos cometidos en contra de los derechos humanos.

De confirmarse el acuerdo, se habría superado el punto más espinoso y quizás el último obstáculo antes de llegar a un acuerdo final para poner fin a medio siglo de conflicto interno que ha incluido sangrientos combates, muertes, desplazamientos, y secuestros, alimentados por el tráfico de las drogas.

El anuncio llegaría después de que el papa Francisco visitara Cuba y advirtiera que esta es la última oportunidad para alcanzar la paz. El pontífice agregó que las partes que no tienen el derecho a fracasar en esta, su mejor oportunidad de paz en décadas.

Después de tres años de negociaciones, las partes llegaron a acuerdos sobre una reforma agraria, la participación política para los guerrilleros que dejen las armas y la forma de combatir conjuntamente el tráfico de drogas.

Como un gesto de buena voluntad respecto del proceso de paz, las FARC iniciaron el 20 de julio un cese unilateral al fuego que ha reducido la violencia política en el país a niveles también históricos. Paralelamente, la guerrilla participa conjuntamente con soldados colombianos en un plan para la eliminación de miles de minas antipersona terrestres sembradas por los rebeldes en algunas zonas del país.

Pero en medio de estos gestos simbólicos un tema ralentizaba los avances: cómo castigar a los comandantes de las FARC, protagonistas de salvajes matanzas, desplazamientos y secuestros de colombianos, que en algunos casos tuvieron de años de duración.

El gobierno colombiano insistió en que no habría impunidad y, a la vez, que se quería proteger el acuerdo final de paz del Derecho Internacional y de los convenios internacionales que Colombia ha ratificado.

Este martes Santos dijo que “no todo el mundo va a quedar contento, pero estoy seguro de que a la larga será mucho mejor”, apuntó durante un acto público.

Las FARC, movimiento armado compuesto hoy por unos 6.400 guerrilleros cuando hace algo más de una década eran más de 20.000 según cálculos oficiales, han insistido en que no pagarán un día de cárcel y que no dejarán el campo de batalla para ser tratados como criminales, en contra de lo que han pedido organismos internacionales como la Corte Penal Internacional.

 

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El máximo líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, ya está en La Habana para anunciar hoy junto con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, un acuerdo alcanzado por las partes en materia de justicia transicional, confirmaron a Efe los negociadores de la guerrilla.

Timochenko, cuyo paradero hasta ahora se desconocía, llegó a La Habana, según las fotografías publicadas por la guerrilla en su cuenta de Twitter, pero se desconoce el momento exacto de su arribo a la capital cubana.

Fuentes consultadas por The Associated Press cercanas a la guerrilla y que no desean ser identificadas por no estar autorizadas para hablar del tema, confirmaron que el gobierno anunciará el miércoles un alto al fuego bilateral como parte de lo pactado con la guerrilla y el histórico anuncio sobre justicia transicional.

En las últimas horas, Colombia ha sido un hervidero de rumores ante la posibilidad de que el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hubieran alcanzado un acuerdo sobre este polémico punto relacionado con las condenas que deberían pagar los líderes guerrilleros por abusos cometidos en contra de los derechos humanos.

De confirmarse el acuerdo, se habría superado el punto más espinoso y quizás el último obstáculo antes de llegar a un acuerdo final para poner fin a medio siglo de conflicto interno que ha incluido sangrientos combates, muertes, desplazamientos, y secuestros, alimentados por el tráfico de las drogas.

El anuncio llegaría después de que el papa Francisco visitara Cuba y advirtiera que esta es la última oportunidad para alcanzar la paz. El pontífice agregó que las partes que no tienen el derecho a fracasar en esta, su mejor oportunidad de paz en décadas.

Después de tres años de negociaciones, las partes llegaron a acuerdos sobre una reforma agraria, la participación política para los guerrilleros que dejen las armas y la forma de combatir conjuntamente el tráfico de drogas.

Como un gesto de buena voluntad respecto del proceso de paz, las FARC iniciaron el 20 de julio un cese unilateral al fuego que ha reducido la violencia política en el país a niveles también históricos. Paralelamente, la guerrilla participa conjuntamente con soldados colombianos en un plan para la eliminación de miles de minas antipersona terrestres sembradas por los rebeldes en algunas zonas del país.

Pero en medio de estos gestos simbólicos un tema ralentizaba los avances: cómo castigar a los comandantes de las FARC, protagonistas de salvajes matanzas, desplazamientos y secuestros de colombianos, que en algunos casos tuvieron de años de duración.

El gobierno colombiano insistió en que no habría impunidad y, a la vez, que se quería proteger el acuerdo final de paz del Derecho Internacional y de los convenios internacionales que Colombia ha ratificado.

Este martes Santos dijo que “no todo el mundo va a quedar contento, pero estoy seguro de que a la larga será mucho mejor”, apuntó durante un acto público.

Las FARC, movimiento armado compuesto hoy por unos 6.400 guerrilleros cuando hace algo más de una década eran más de 20.000 según cálculos oficiales, han insistido en que no pagarán un día de cárcel y que no dejarán el campo de batalla para ser tratados como criminales, en contra de lo que han pedido organismos internacionales como la Corte Penal Internacional.

 

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