Habitantes de favelas incendiaron el viernes dos autobuses y erigieron barricadas de neumáticos en llamas en una calle principal de Río de Janeiro después que aparecieran los cadáveres de al menos dos personas en un conflicto entre supuestos narcotraficantes por el control de tres barriadas del centro de la ciudad.
Otras dos personas resultaron heridas de bala durante una intervención del cuerpo de elite de la Policía Militarizada, el BOPE, realizada esta madrugada contra esas bandas.
Los autobuses fueron incendiados en el Largo do Estácio, una céntrica avenida que dista una cuadra de la Alcaldía de la ciudad brasileña y de la sede del comité organizador de los Juegos Olímpicos de 2016.
Los cadáveres de los dos hombres fueron descubiertos el jueves en la noche en el barrio pobre de Sao Carlos. La protesta callejera ocurrió en medio de una sangrienta disputa de territorios entre pandillas narcotraficantes en los barrios pobres asolados por la violencia y cercanos al centro histórico, en la que han muerto cuando menos 10 personas en los últimos días.
“Vivimos una pelea entre bandas rivales por la disputa del territorio y puntos de venta de drogas”, afirmó el mayor Ivan Blaz, asesor de prensa del cuerpo de la Policia Pacificadora.
Blaz subrayó que en los conflictos tiene “influencia” el capo Ricardo Chaves de Castro Lima, alias “Fú da Mineira”, que está condenado a 90 años de prisión por homicidio y narcotráfico y que se fugó durante un permiso penitenciario.
Las tres favelas afectadas por el conflicto forman parte del programa de “pacificación” desarrollado por el Gobierno de Río desde 2008, por el que se trata de expulsar a los traficantes de las barriadas pobres.
El programa de ” policial de Río es considerado clave para elevar la seguridad en esta ciudad notablemente violenta antes de los Juegos Olímpicos de 2016.