Un total de siete personas han muerto y 146 han tenido que ser hospitalizadas como resultado del descarrilamiento de un tren de pasajeros en Filadelfia (EEUU) este martes, el cual hacía la ruta entre Washington y Nueva York, informó el alcalde de la ciudad, Michael Nutter.
El departamento de bomberos de Filadelfia (Pensilvania) anunció que el tren que corría de Washington a Nueva York descarriló. Las imágenes en la oscuridad mostraban equipos de rescate armados con linternas en busca de víctimas y heridos entre las más de 240 personas que viajaban a bordo del tren (238 pasajeros y cinco miembros de la tripulación). Las primeras investigaciones apuntaban a que el descarrilamiento había sido accidental, según fuentes oficiales.
El tren salió de la capital federal a las 19H10 locales y debía arribar a NYC a las 22H34 locales. En los trenes de Amtrak no hay cinturones de seguridad.
Los hospitales de la zona atendían a los heridos y estaban preparados para acoger a las víctimas a medida que eran desalojadas por los equipos de rescate de entre los vagones aplastados.
Un empleado de Associated Press que viajaba en el convoy, Paul Cheung, declaró que los primeros vagones del tren volcaron al entrar en una curva. “Tiene mala pinta”, dijo, declarándose afortunado de haber ido sentado en los últimos vagones.
En un escueto mensaje en Twitter, la compañía Amtrak decía que estaba al tanto de un descarrilamiento y que proporcionaría detalles según los tuviera. El siguiente mensaje de Amtrak anunciaba que había heridos entre los viajeros y que quedaba cancelado el servicio entre Washington y Nueva York.
El accidente, que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) ya ha descartado que se trate de un acto terrorista, requirió la movilización de 120 agentes de bomberos y 200 policías al lugar de los hechos. Las autoridades han informado de que la caja negra ha sido hallada y está siendo analizada.
En un comunicado publicado por la Casa Blanca, el presidente estadounidense Barack Obama se pronunció sobre el accidente del tren este martes en la noche en Filadelfia.
«Junto con los estadounidenses en todo nuestro país, Michelle y yo estábamos sorprendidos y profundamente entristecidos por el descarrilamiento del tren Amtrak 188», dice el comunicado.
«Nuestros pensamientos y oraciones están con las familias y amigos de aquellos que perdimos ayer por la noche, y para los muchos pasajeros que hoy comenzará su largo camino hacia la recuperación. A lo largo del corredor noreste, Amtrak es una forma de vida para muchos. Desde Washington, DC y Filadelfia a Nueva York y Boston, se trata de una tragedia que nos afecta a todos», dijo el mandatario.
«A medida que trabajamos para determinar exactamente lo que sucedió, Felicito a los bomberos, la policía y el personal médico que trabaja incansablemente y profesionalmente para salvar vidas. Filadelfia es conocida como la ciudad del amor fraternal – una ciudad de barrios y vecinos – y ese espíritu de bondad se reafirmó ayer por la noche, ya que cientos de socorristas y pasajeros echaron una mano a sus semejantes necesitados», concluye el comunicado.
El de este martes en Filadelfia es el segundo accidente ferroviario más grave sucedido en Estados Unidos en lo que va de año, sólo por detrás del que tuvo lugar en Valhalla, al norte de Nueva York, el 3 de febrero, en el que siete personas fallecieron y doce resultaron heridas.
