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“A Stefany no la han liberado porque no han querido”

A Stefany Díaz el destino le jugó una mala pasada. Salir a surtir gasolina junto a su hermano, su novio y otras dos personas el 29 de julio de 2024 le costó su libertad.

La noche del 28 de julio, luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) declarara a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales, decenas de manifestantes tomaron las calles de La Guaira para expresar su rechazo e inconformidad.

La mañana siguiente, la entidad costera -así como otros estados del país- estaba convulsionada. Civiles y policías se enfrentaron en una lucha que dejó, al menos, 56 personas detenidas y 30 heridos, según información aportada por el gobernador de la entidad para ese momento. 

Luego de poner gasolina, Stefany junto a sus acompañantes, transitaban por el distribuidor El Trébol cuando se encontraron con la marcha opositora. Aunque intentaron tomar otra salida, no pudieron, quedaron atrapados en el tumulto.

“Ellos salieron temprano a echar gasolina porque el hijo de una de las amigas de Stefany estaba muy enfermo y tenían que llevarlo al hospital, eso fue en horas de la mañana y a mi hija la detuvieron a las tres de la tarde”, explicó Daysi Díaz, madre de Stefany. 

“Ellos van a pagar los platos rotos de la noche”

Daysi Díaz narró que el 29 de julio se llevaron detenidos a sus dos hijos, su yerno y dos amigos de la familia, pero que en total eran 19 personas las que estaban arrestadas por la misma causa. 

La madre de Stefany detalló que en el momento en el que se enteró que sus hijos estaban detenidos fue de gran confusión, porque no entendía lo que estaba pasando. 

“Yo me entero que mis dos hijos y mi yerno están detenidos por el esposo de una de las amigas de Stefany. Cuando salí a buscarlos por varios comandos, en ninguno me daban información de ellos”, contó.

Fue a las dos de la mañana del 30 de julio que Daysi Díaz recibió una llamada anónima en la que le indicaron que su hija estaba detenida en el comando de la Guardia Nacional del estado de La Guaira y que sería trasladada a Macuto.

Cuando llegó a la comisaría, un policía le dijo que sus hijos, su yerno y las otras dos personas iban “a pagar los platos rotos de la noche”.

La única detenida es Stefany

Daisy Díaz pudo averiguar que ese 29 de julio la policía iba montando en la patrulla a quien podía: “A personas que venían de la farmacia, de comprar comida, ancianos, menores de edad, a quien fuera”.

Díaz denunció que en la comandancia de Macuto los presentaron a “toditos” y varios días después los acusaron de terrorismo y asociación para delinquir, “aunque no los agarraron protestando, ni con palos o piedras en las manos”. 

Daisy Díaz comentó que a su hijo y a su yerno los liberaron en enero de 2025, pero que su hija aún sigue tras las rejas. 

“De 19 detenidos la única que aún queda tras las rejas es mi hija, sin motivo, sin razón, sin nada. A Stefany no la han liberado porque ellos no han querido”, aseguró la preocupada madre. 

De acuerdo con el último balance de la ONG Foro Penal, publicado el pasado 16 de junio, 95 mujeres están detenidas en Venezuela por motivos políticos.

Sueños rotos

Daysi Díaz define a su hija como una muchacha alegre y optimista que solo quería estudiar y progresar.

Stefany empezó a estudiar para ser policía, duró un año, pero por falta de recursos económicos tuvo que abandonar los estudios. También intentó estudiar para tripulante de cabina, pero la misma carencia de recursos económicos le impidió avanzar. 

La joven decidió dedicarse a hacer uñas y cejas en una peluquería mientras su situación económica mejoraba. Ahora, su madre debe hacer “malabares” para visitarla en la cárcel. 

Daysi viaja una vez al mes desde La Guaira al Centro para Procesadas Femeninas La Crisálida, en Los Teques, estado Miranda, para llevarle a Stefany alimentos, medicinas y productos de aseo personal.

“Tengo que sacar plata de donde no tengo, hacer rifas, vender cualquier cosa para llevarle sus cositas a ella. En eso me puedo gastar fácilmente 100 dólares”, precisó Díaz.

La madre reconoció que el trato en el penal femenino es “menos humillante” que en cualquier otra cárcel y agradece que al menos puede pasarle todo tipo de comida para que pueda alimentarse.

El pasado 11 de junio la ONG Provea denunció en su cuenta de X que las presas en Venezuela sobreviven en condiciones inhumanas “hacinadas, sin acceso regular a agua potable, sin atención médica especializada o productos para una menstruación con dignidad”.

La ONG señaló que el Estado venezolano se desentiende por completo de lo más básico, puesto que son los familiares quienes deben encargarse de todo el sustento de las detenidas. 

“Venezuela incumple las Reglas de Bangkok de la ONU, que exigen proveer condiciones dignas, productos de higiene gratuitos y atención médica adecuada en los centros de reclusión”, resaltó Provea 

Díaz siente rabia porque sabe de personas que sí causaron destrozos y que “hicieron desastre” la noche del 28 de julio y gozan de plena libertad, mientras que su hija lleva casi 11 meses “injustamente detenida, porque ni es terrorista ni es delincuente”.


*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

Stefany Díaz de 19 años lleva casi 11 meses detenida acusada de terrorismo. Su madre exige su liberación inmediata porque "no es terrorista ni delincuente"
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A Stefany Díaz el destino le jugó una mala pasada. Salir a surtir gasolina junto a su hermano, su novio y otras dos personas el 29 de julio de 2024 le costó su libertad.

La noche del 28 de julio, luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) declarara a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales, decenas de manifestantes tomaron las calles de La Guaira para expresar su rechazo e inconformidad.

La mañana siguiente, la entidad costera -así como otros estados del país- estaba convulsionada. Civiles y policías se enfrentaron en una lucha que dejó, al menos, 56 personas detenidas y 30 heridos, según información aportada por el gobernador de la entidad para ese momento. 

Luego de poner gasolina, Stefany junto a sus acompañantes, transitaban por el distribuidor El Trébol cuando se encontraron con la marcha opositora. Aunque intentaron tomar otra salida, no pudieron, quedaron atrapados en el tumulto.

“Ellos salieron temprano a echar gasolina porque el hijo de una de las amigas de Stefany estaba muy enfermo y tenían que llevarlo al hospital, eso fue en horas de la mañana y a mi hija la detuvieron a las tres de la tarde”, explicó Daysi Díaz, madre de Stefany. 

“Ellos van a pagar los platos rotos de la noche”

Daysi Díaz narró que el 29 de julio se llevaron detenidos a sus dos hijos, su yerno y dos amigos de la familia, pero que en total eran 19 personas las que estaban arrestadas por la misma causa. 

La madre de Stefany detalló que en el momento en el que se enteró que sus hijos estaban detenidos fue de gran confusión, porque no entendía lo que estaba pasando. 

“Yo me entero que mis dos hijos y mi yerno están detenidos por el esposo de una de las amigas de Stefany. Cuando salí a buscarlos por varios comandos, en ninguno me daban información de ellos”, contó.

Fue a las dos de la mañana del 30 de julio que Daysi Díaz recibió una llamada anónima en la que le indicaron que su hija estaba detenida en el comando de la Guardia Nacional del estado de La Guaira y que sería trasladada a Macuto.

Cuando llegó a la comisaría, un policía le dijo que sus hijos, su yerno y las otras dos personas iban “a pagar los platos rotos de la noche”.

La única detenida es Stefany

Daisy Díaz pudo averiguar que ese 29 de julio la policía iba montando en la patrulla a quien podía: “A personas que venían de la farmacia, de comprar comida, ancianos, menores de edad, a quien fuera”.

Díaz denunció que en la comandancia de Macuto los presentaron a “toditos” y varios días después los acusaron de terrorismo y asociación para delinquir, “aunque no los agarraron protestando, ni con palos o piedras en las manos”. 

Daisy Díaz comentó que a su hijo y a su yerno los liberaron en enero de 2025, pero que su hija aún sigue tras las rejas. 

“De 19 detenidos la única que aún queda tras las rejas es mi hija, sin motivo, sin razón, sin nada. A Stefany no la han liberado porque ellos no han querido”, aseguró la preocupada madre. 

De acuerdo con el último balance de la ONG Foro Penal, publicado el pasado 16 de junio, 95 mujeres están detenidas en Venezuela por motivos políticos.

Sueños rotos

Daysi Díaz define a su hija como una muchacha alegre y optimista que solo quería estudiar y progresar.

Stefany empezó a estudiar para ser policía, duró un año, pero por falta de recursos económicos tuvo que abandonar los estudios. También intentó estudiar para tripulante de cabina, pero la misma carencia de recursos económicos le impidió avanzar. 

La joven decidió dedicarse a hacer uñas y cejas en una peluquería mientras su situación económica mejoraba. Ahora, su madre debe hacer “malabares” para visitarla en la cárcel. 

Daysi viaja una vez al mes desde La Guaira al Centro para Procesadas Femeninas La Crisálida, en Los Teques, estado Miranda, para llevarle a Stefany alimentos, medicinas y productos de aseo personal.

“Tengo que sacar plata de donde no tengo, hacer rifas, vender cualquier cosa para llevarle sus cositas a ella. En eso me puedo gastar fácilmente 100 dólares”, precisó Díaz.

La madre reconoció que el trato en el penal femenino es “menos humillante” que en cualquier otra cárcel y agradece que al menos puede pasarle todo tipo de comida para que pueda alimentarse.

El pasado 11 de junio la ONG Provea denunció en su cuenta de X que las presas en Venezuela sobreviven en condiciones inhumanas “hacinadas, sin acceso regular a agua potable, sin atención médica especializada o productos para una menstruación con dignidad”.

La ONG señaló que el Estado venezolano se desentiende por completo de lo más básico, puesto que son los familiares quienes deben encargarse de todo el sustento de las detenidas. 

“Venezuela incumple las Reglas de Bangkok de la ONU, que exigen proveer condiciones dignas, productos de higiene gratuitos y atención médica adecuada en los centros de reclusión”, resaltó Provea 

Díaz siente rabia porque sabe de personas que sí causaron destrozos y que “hicieron desastre” la noche del 28 de julio y gozan de plena libertad, mientras que su hija lleva casi 11 meses “injustamente detenida, porque ni es terrorista ni es delincuente”.


*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

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