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El Megafono

DDHH Olvidados | A Franklin Caldera Martínez lo secuestró el ELN y se lo entregó a la DGCIM

Franklin Caldera Martínez
Andrea González
Hace 2 años
Según el padre del joven, a Franklin no solo se le acusa de presuntamente participar en la Operación Aurora, sino que ahora también se le involucra en la Operación Gedeón. Recordó que el juez Maximiliano Márquez amenazó al primer teniente de involucrarlo en otro hecho
El padre de Franklin Caldera Martínez afirma que el primer teniente del Ejército fue detenido en territorio colombiano y esta detención habría sido ejecutada por funcionarios de la Dgcim, con apoyo de elementos del grupo guerrillero colombiano ELN

@Andrea_GP21

En Venezuela hay 150 militares que son presos políticos, según la última actualización del Foro Penal Venezolano. Uno de ellos es Franklin Caldera Martínez, un militar disidente que se encuentra detenido desde el 11 de febrero del año 2021.

Caldera Martínez es primer teniente del Ejército venezolano. En su momento, su padre,  Franklin Caldera, reveló que el joven militar desertó del componente castrense el 13 de enero de 2019. Se fue a Colombia, según una nota de la ONG Justicia, Encuentro y Perdón.

Caldera padre ahora es coordinador general de la organización no gubernamental Familia S.O.S Libertad y un activo defensor de los derechos humanos, declaró que a su hijo se le atribuyen los delitos de terrorismo, asociación para delinquir, traición a la patria, fuga (por escapar de un centro de torturas), conspiración y sustracción de armas. “En nada de eso él está involucrado”, aseguró.

 

A Franklin se le acusa de ser uno de los integrantes del grupo de militares rebeldes que lideró la Operación Aurora, un alzamiento desarrollado en el fuerte Santa Elena el 22 de diciembre de 2019 en el municipio de Gran Sabana, estado Bolívar.

En redes sociales circuló un video en el que se ve que un grupo de militares del Batallón 513 de Infantería Mariano Montilla, en Bolívar, se sublevó. Los uniformados manifestaron la intención de alzarse en armas y se identificaron como Josué Abraham Hidalgo, Franklin Caldera y Ruso Cárdenas.

Los sublevados decían rechazar la corrupción de altos militares que permitió el establecimiento del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Venezuela, así como también manifestaban apoyo al pueblo pemón.

“Secuestrado por la Dgcim y el ELN”

El padre de Franklin Caldera Martínez asegura que el joven fue detenido en territorio colombiano y esta detención habría sido ejecutada por funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) con apoyo de elementos del grupo guerrillero colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN).

“Ese secuestro fue efectuado por funcionarios del gobierno venezolano, la Dgcim, junto a un grupo armado llamado ELN. Fue trasladado por trochas, llevado hasta territorio venezolano, donde fue embarcado en una aeronave y lo trasladaron a Caracas a un centro de torturas llamado La Cueva”, reveló Caldera padre en entrevista a Runrunes el 11 de febrero de 2021.

Según el padre del joven, Franklin fue torturado al ponerle una bolsa en la cabeza para causarle asfixia, le hacían cortes de uñas hasta sangrar, recibía golpes con palos, lo colgaban de manos y pies y lo  sumergían su cabeza en un balde para ahogarlo, entre otras prácticas violatorias de sus derechos humanos. 

 

A pesar de que el joven militar logró escapar de ese centro de torturas, el 23 de febrero de 2021, su libertad fue momentánea, pues al día siguiente fue capturado en un operativo  realizado en la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, entre Caracas y Guarenas.

“Estando desarmado e indefenso le dieron un tiro a quemarropa en la pierna izquierda a la altura de la rótula. Asimismo, le efectuaron una herida punzo penetrante en la pierna derecha, que lo inmovilizó totalmente y sin poder caminar”, reveló el padre.

Según Justicia, Encuentro y Perdón, Franklin Caldera Martínez también estuvo en el centro clandestino de torturas conocido como “La Casa de los sueños 3”, un área de celdas de castigo, construida en el sótano de la sede principal de la Dgcim, ubicada en Boleíta, Caracas. 

No fue sino hasta el 4 de junio de 2021 cuando fue asignado al Centro Nacional de Procesados Militares de Ramo Verde, gracias a la intervención de un equipo de la alta excomisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

Secuelas de agresiones y ataques de pánico

Debido al disparo que Franklin recibió a quemarropa en ocasiones se le dificulta caminar, a la par que siente corrientazos en sus piernas, lo que ocasiona que se caiga.

Pero no son solo las secuelas físicas de estas agresiones, porque Franklin también desarrolló fuertes problemas emocionales. “Sufre de pánico, sufre ansiedad. Hay veces que se desespera mucho por la situación por la que está pasando”, cuenta su padre.

Hace unas semanas se presentó una situación en su celda, ya que hubo problemas con aguas negras. Tanto Franklin como sus compañeros estuvieron casi 12 horas soportando malos olores, lo que le ocasionó diarreas, vómitos, dolores de cabeza y náuseas. A pesar de eso, Franklin no recibió atención médica para atender esos problemas.

Un proceso “viciado”

El proceso judicial de Franklin ha sido complicado. Su padre asegura que está “viciado”, porque en Venezuela “el sistema judicial está en manos del régimen”. Añadió, además, que a su hijo le ha afectado el retardo procesal.

“A eso se le suma que hay un juez que desde el principio lo amenazó de que se iba a pudrir en la cárcel. Al juez Maximino Márquez yo lo denuncié ante la Fiscalía de Derechos Humanos de Venezuela por la situación arbitraria en la que él trató a mi hijo”, dijo.

A todos los problemas legales y del proceso judicial, se agregan las complicaciones por falta de combustible para trasladarse a los tribunales. En ocasiones, no hay funcionarios custodios para el traslado del joven o el juez no está.

“Siempre hay una excusa para retardar el proceso y peor aún, a ellos los ponen en esas condiciones tan infrahumanas con esas cloacas negras dentro de las cárceles y también le prohíben que le lleven comida mientras ellos los tienen en los tribunales”, añade el padre.

Para Caldera el trato hacia su hijo es fuerte, “como si jugaran con el cansancio”. Esto no solo lo hacen con las víctimas detenidas, sino también con los abogados.

Acusado y re-acusado

Según el padre del joven, a Franklin no solo se le acusa de presuntamente participar en la Operación Aurora, sino que ahora también se le involucra en otra causa. Recordó que el juez Maximiliano Márquez había amenazado al primer teniente de involucrarlo en otro hecho.

“Este señor cumplió su amenaza, porque estando mi hijo preso o secuestrado, lo involucran ahora en una operación llamada Gedeón. Estando él preso, es algo que nosotros no nos explicamos. Entonces, ahora aparece una supuesta delación y en esa relación involucran a mi hijo. No le permiten a los abogados ver el expediente, no le permiten al abogado ni siquiera sacarle copia al expediente como tal”, denuncia el padre.

Caldera mantiene su posición de que esto ocurre por esas “amenazas” del juez Márquez. “Hoy por hoy mi hijo es enviado a la audiencia preliminar, donde ahora se le está acusando de haber participado en la operación Gedeón”.

 

La Operación Gedeón o el “Macutazo” ocurrió en el año 2020. Fue un intento de alzamiento de un grupo de militares disidentes que estaban exiliados desde enero del 2019, tres integrantes de una fuerza de seguridad privada con sede en EEUU para “infiltrarse” en el país a través de las costas del estado Vargas.

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Según el padre del joven, a Franklin no solo se le acusa de presuntamente participar…

“Lo más insólito de todo esto es que ellos llevan a mi hijo los miércoles para tribunales por una causa y el día jueves lo llevan nuevamente por otra causa. Los días miércoles por la operación Gedeón y los días jueves la operación Aurora”, narra el padre.

A su juicio, esto tiene que ver con que en los tribunales “están jugando al cansancio” con abogados, defensa, familiares y del mismo preso político. “Esa es una dura batalla que estamos llevando en contra del régimen, porque sabemos que los jueces están a la orden de ellos”, añadió.

Un padre víctima de “secuestro” y “tortura”

Franklin Caldera padre revela haber sido “secuestrado por cinco días” solo por ser el progenitor del joven militar. Hasta el sol, de hoy desconoce qué organismo de seguridad ejecutó ese “secuestro”, donde también fue víctima de torturas.

“Yo recibía asfixia, recibí golpes, ahogamiento en tobos con agua. Recibí amenazas de que si yo seguía denunciando ante las organizaciones internacionales, me iban a asesinar o me iban a desaparecer”, denuncia.

Pensó que esa situación empeoraría todo para su familia, pero perdió el miedo. A pesar de todas las represalias, Caldera padre ha seguido denunciando constantemente y alzando su voz para exigir la libertad de su hijo y  la de todos los presos políticos.

“Yo estoy luchando por la libertad de Venezuela, porque Venezuela también es un preso político. Yo también estoy luchando porque se haga justicia. Yo no estoy haciendo acto de terrorismo. Yo lo que estoy es luchando porque soy venezolano y quiero una Venezuela libre”, dijo.

 

Caldera cuenta que ha sido muy difícil la situación. “Nosotros vivimos muchos muchos días de angustia. Yo comencé a ser hipertenso, mi esposa también. Comencé a sufrir ataques de pánico al igual que mi esposa. Yo me despertaba de madrugada llorando y gritando”.

Los problemas financieros también forman parte de la realidad de la familia Caldera Martínez. Franklin padre tuvo que vender todo para continuar luchando por su hijo.

Aun cuando el proceso ha sido desgastante, Caldera padre mantiene viva la esperanza de ver libre a su hijo. Esta es su mayor motivación y ahora está al frente de una organización que es reconocida internacionalmente por la ONU, la Misión de Determinación de Hechos, la Organización de Estados Americanos (OEA), entre otras.

Confianza en Volker Türk

Franklin Caldera padre fue uno de los representantes de organizaciones de la sociedad civil que se reunieron con Volker Türk, alto comisionado de la ONU para los DDHH, el pasado 26 de enero, durante su visita a Venezuela. 

“Yo tengo mucha esperanza y tengo confianza en el alto comisionado. Yo representaba más de 300 pesos políticos en la visita que realizó el día 26, día en el que nos recibió a las víctimas. Yo hablé de las condiciones de salud, las condiciones de retardo procesal penal, así como también de la situación de los presos políticos y de los familiares”, contó Caldera padre.

Como tuvo la oportunidad de hablarle a Türk, le pidió que escuche a los familiares de presos políticos y le hizo saber que en Venezuela “se violan los derechos humanos, se cometen crímenes de lesa humanidad y los poderes judiciales están en manos del régimen”.

“Le dije que creíamos en Dios y creíamos en él, ya que la doctora Michelle Bachelet en realidad no pudo hacer nada por nosotros. Nunca nos dio como una muestra de esperanza para lograr libertad y justicia”, agregó.

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