Una mirada colectiva sobre la noche caraqueña

Cada dos viernes a las 7:00 pm, más de cien observadores salen a caminar por los municipios del Área Metropolitana de Caracas
Gracias a estos recorridos, se ha elaborado un promedio de la percepción de iluminación de cada municipio, a partir de lo que observan los voluntarios y que califican en una escala del 0 al 4, para luego enviar sus reportes a través de WhatsApp.
En el primer caso, zonas como La Alameda y La Boyera promedian una percepción de 4, en el caso contrario, Santa Rosa de Lima apenas alcanza el dos en su calificación. Colinas de Bello Monte y El Cafetal casi alcanzan el 3 en promedio.
En el caso de Chacao, el barrio El Pedregal alcanza una calificación promedio de 4, con unos Palos Grandes cerca del mismo puntaje. Mientras que Bello Campo y El Dorado aparecen con 3, el puntaje más bajo dentro un municipio cuya alcaldía frecuentemente anuncia la instalación de luminarias en sus avenidas con la frase “Chacao de noche parece de día”. Importante hacer énfasis que las calles necesitan una mejor iluminación, lo que no implica una luz que se confunda con el día.
Zonas como la avenida Roosevelt y Las Palmas, nuestros voluntarios las perciben con una iluminación que llega al 4.
Es importante recordar que estas calificaciones se basan en las percepción de cada participante y depende de las cuadras por las que caminen, las cuales pueden cambiar de un paso a otro.
De acuerdo con los resultados promediados, tenemos que las zonas de usos mixtos cuentan con una mejor percepción de seguridad y gente en las calles, comparadas con aquellas de uso estrictamente residencial.
Gilda, una observadora residente de La Pastora comentó: “¿Qué me haría sentir más seguridad en la noche? Mejor iluminación. Definitivamente, el que hayan nuevos quioscos cerca abiertos, vendiendo comida chatarra, hace que haya más gente y generan más seguridad”.
Estos testimonios se pueden escuchar de la voz de los voluntarios y voluntarias, en el podcast “Hacia la noche vamos”, estrenado el pasado 30 de agosto. Cuenta con dos capítulos que pueden ser escuchados en las plataformas Anchor y Spotify cada mes.
Los relatos narran las percepciones y el deseo de cómo quisieran ver sus calles. En el primer capítulo un observador relató: “Faltan más postes, porque actualmente lo único que permite alumbrar a medias es precisamente los propios vehículos y la iluminación que irradian las residencias de los laterales”.
En el segundo se escuchan comentarios sobre qué los hace sentir seguros y seguras en las calles, una pregunta que tuvo una respuesta en común: ver a otros caminando, sentirse acompañados. “Si hay gente en la calle, no me importa que sean las 12 de la noche. Me siento segura”, se escucha en el nuevo episodio estrenado el 22 de septiembre. Todas estas actividades forman parte del Observatorio de la Noche, un proyecto de Ciudad Laboratorio, que tiene poco más de dos años metiendo el cuerpo y la mirada a la vida nocturna de los espacios públicos de Caracas, para examinar, a pie o en bicicleta, la gente que la atraviesa, la iluminación que ofrece, la presencia policial que tiene (o le falta), los comercios abiertos o cerrados y el transporte público que pasa por ese punto. Es un proyecto que, desde diversos puntos de la ciudad, ofrece una crónica colectiva para mostrar que andar es posible.
