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chavismo

Armando Martini Pietri Dic 23, 2021 | Actualizado hace 1 mes
La vida sigue
Las tiranías se desgastan por el esfuerzo constante de controlar y mantener el poder. Lo que sigue sin parar es la vida, ese es el problema de los dictadores

 

@ArmandoMartini

Tomando conceptos del poeta Jorge Manrique, un año que se va, ¡cuántos se han ido! La vida no depende de navidades ni años nuevos, estriba de sí misma. Nadie muere en la víspera, sino cuando se va a morir, ni un día antes ni uno después.

De nada valen los propósitos sin la voluntad de luchar por ellos y cumplirlos. No sirve recordar errores y triunfos pasados si no se está dispuesto a corregirlos y evitar repetirlos.

Muchos se han ido, no volverán, otros se nos vienen encima, dependen de nosotros para que sean mejores o peores. El destino no es cuestión de intenciones y sueños, sino de voluntad. Se es bueno porque se quiere serlo, se es malo porque se acepta serlo.

Desear feliz Navidad, más que buena educación y costumbre, es de solidaridad con rebote: deseamos a los demás lo que anhelamos para nosotros, y eso no depende del año que se va ni del que viene, sino de lo que estemos dispuestos a hacer por voluntad propia.

Decía alguien: el pueblo tiene el gobierno que se merece. Significa que se constituyen y permanecen porque los ciudadanos creyeron en los compatriotas que los plantaron en el poder.

Si disfrutamos democracia es porque estamos dispuestos a defenderla, si tenemos dictadura es porque la toleramos y soportamos.

No importa por quién votó cuando los partidos se agrietaron y la contienda quedó entre las promesas de un mediocre embustero y las expectativas de un presumido, soberbio pero instruido, competente profesional. A una mayoría de venezolanos, pobres y ricos, empleados y empresarios, les pareció que con un anodino podría hacer lo que el otro no les ofrecía.

Se equivocaron. Pudientes favorecidos, creídos dueños de verdades e intelectuales apasionados, interpretaron que un muchachón simpático e ignorante haría en el Gobierno lo que ellos le dijeran. Los menos favorecidos y excluidos pensaron que era un enviado de Dios para gobernar según a ellos les conviniera. Y juntos insistieron en creer que los militares, por serlo, hubiesen ganado o perdido batallas, tenían lo que había que tener para regir.

Pero aquel de Barinas nunca manifestó lo que realmente pensaba. Ofreció lo que cada oído quería escuchar y mantuvo oculto lo que verdaderamente eran sus intenciones. Incluso para sus compañeros de insurgencia inventándose la argucia del juramento alrededor de un árbol muerto, el Samán de Güere.

A empresarios les quitó -los robó, como le expresara en su presencia la valiente señora en la sede de la Asamblea Nacional ante la mirada incrédula de los parlamentarios- sus empresas con la excusa de darlas al pueblo soberano, para luego negárselas y manejarlas o dejarlas morir con sus indoctos leales y obedientes sumisos.

A los pobres les ofreció lo que casi todo político ofrece y pocas veces cumple, bienestar. Y la venganza de quitar la riqueza ajena para repartirla entre los indigentes. Lo que cumplió en parte, solo que los favorecidos menesterosos eran sus propios que ahora son millonarios como corresponde a la corrupción en un país abarrotado de riqueza y secuestrado por el comunismo socialista castrista.

Han pasado muchos años, y el comandante ahora es “eterno” sin voz ni voto pero sus pensamientos recónditos continúan. Mientras el hambre, frustración, falta de prosperidad y real justicia social han ido sacando, de las profundidades de todos, el pensamiento de que se equivocaron y es hora de cambiar.

Tarea cada vez más ardua y espinosa, porque mientras las masas se dedicaban a esperar nuevos desagravios, esta vez de dirigentes vacíos de conciencia, usurpadores e incoherentes pero rebosantes de palabras, el sistema que desarrolló el socialismo bolivariano del siglo XXI, sus cómplices y asociados se fortalecen.

Sin embargo, la vida no se suspende ni paraliza. Las tiranías se desgastan, y en consecuencia se debilitan por el esfuerzo constante de controlar y mantener el poder. Es más difícil, exige más brío fiscalizar que incentivar. Lo que sigue sin parar es la vida, y el control se aminora. Pasan los años, uno tras otro, y esa represión debe gastar más energía mientras la existencia continúa y el cansancio crece abonado por la reprimenda y el fracaso en otorgar algo tan simple en la vida moderna, a la vez complicada, como es la dicha, felicidad y bienandanza para los ciudadanos.

La vida sigue, ese es el problema de las tiranías.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Después de todos estos años o la madre de Frankenstein
No hay posibilidad de mea culpa en un país de constante simulación, de constante refundación, de eterna juventud, de falsas reservas morales, de aprovechadores y cínicos. «El país de la alegría»

 

@YsaacLpez

Al recuerdo de mi primo Domingo Hidalgo López/ A la presencia de mi sobrino Felipe López Lugo, dedico

«Detrás de todos estos años, detrás del miedo y el dolor, vivimos añorando algo, algo que nunca más volvió. Detrás de los que no se fueron, detrás de los que ya no están, hay una foto de familia donde lloramos al final. (…) Tratando de mirar por el ojo de la aguja, tratando de vivir dentro de una misma burbuja, solos, solos…»

Yo cuento un país en ruinas. Un país que cree que fue mejor, feliz, pero que por culpa de la roja conspiración perdió el rumbo. La memoria es corta. El pueblo no siempre tiene la razón. De ayer medio me acuerdo, de anteayer no. Las noticias de indígenas cazados como chigüires, los tratos de la corrupción de amantes-secretarias privadas y de ministros destacados, los muchachitos disfrazados de Chávez, la muchedumbre feliz en los petrodólares de 2010 −profesores universitarios incluidos− mientras los bárbaros desmontaban la institucionalidad… Todo eso son inventos de las revistas.

Metáfora de los ciegos. Luz que no encontramos. En el espacio público nos vemos, nos mostramos. Un país de sabelotodos, de incontinentes verbales. De los que tienen todas las respuestas a los males del extravío. De gente que no sabe callarse la boca.

El país destemplado, con una moral y una ética sinuosas, de aceptación de canalladas. El profesor que toma fotografías a documentos únicos con flash sabiendo que eso acorta la vida de los materiales que deberían utilizar nuevas generaciones es tan criminal como aquellos que devastan fuentes de agua en el Arco Minero del Orinoco. Nada importa después que pase yo, nada importa después de que yo saque provecho.

El régimen juega a normalizar el caos. Unos seres en harapos escarban la basura de la esquina, mientras los bodegones rebosan de productos y de clientes. La oposición juega a liderar un nuevo reparto, a recoger las sobras del negocio. No puede con el dominio militar y pacta el reparto.

Los intelectuales −historiadores, politólogos, ilustres hombres del pensar− se dividen entre cuestiones de distinto rango. Según los intereses serán más o menos críticos. Favorecerán la adoración al liberalismo, la socialdemocracia, el fortalecimiento del libre acceso a las oportunidades…

Un país sin legados, sino con falsas herencias. Donde la reflexión se sustituye con la reacción aprovechadora.

Qué quieres que diga para que me pongas a salir en la televisión, para que me entrevistes, para que suene en tu emisora o me dejes escribir en tu revista.

Muchos de los que hasta ayer ocupaban cargos públicos, prestaban su pluma a elogiar a «el proceso» o erguían sus pechos orgullosos tras sus camisas rojas hoy se travisten de intelectuales críticos, de articulistas comprometidos con el cambio, de escritores anhelantes de la libertad. Payasos que juegan a que nadie los reconozca.

Circo y manicomio. Lugar de lágrimas y fiesta sin fin. Desorden. Bochinche. Las excrecencias se extienden en las aceras. Los zamuros parecen gallinas en su corral. Cloacas chorrean por toda la avenida. Todas las palabras son grosería. Denigración y atropello. Al fin ganaron, hablamos como ellos.

No hay posibilidad de mea culpa en un país de constante simulación, de constante refundación, de eterna juventud, de falsas reservas morales, de aprovechadores y cínicos. «El país de la alegría».

Hace poco murió en España la escritora Almudena Grandes, autora de la novela La madre de Frankenstein que cuenta los males de «la madre patria» a través de la historia de Aurora Rodríguez Carbelleida, quien mató a su hija de cuatro tiros y fue recluida en el manicomio de Ciempozuelos, donde pasó sus últimos días construyendo muñecas de trapo a las cuales pasaba horas mirando para transferirles su espíritu.

Así nosotros ante una geografía de hilachas, ante un cuero sin brillo, ante una parcela que no se enfrenta a sí misma en sus múltiples miserias. Pisadero de mulas empeñado en llamarse país.

El exilio no es el de Ángel Rama o Alfredo Zitarrosa, el de Tomás Eloy Martínez o Mario Benedetti, no. El exilio son los free cover en los solares de Orlando del Pollo Brito. Los otros destierros, las otras penas, tienen menos cobertura. Nadie quiere saber de ese sufrimiento, a menos que sirva para tirarle otra raya al tigre.

Como canta Carlos Varela: «Detrás de toda la nostalgia, de la mentira y la traición, detrás de toda la distancia, detrás de la separación (…) Detrás de todos estos años, detrás del miedo y el dolor, vivimos añorando algo, y descubrimos con desilusión: que no sirvió de nada, de nada, de nada… O casi nada que no es lo mismo, pero es igual».

28 de noviembre de 2021.

* Historiador. Profesor. Universidad de Los Andes. Mérida

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Rafael Ramírez sostiene que Maduro persigue a chavistas
Dijo que las cárceles están llenas de presos políticos

El exministro de Petróleo Rafael Ramírez dijo este domingo 19 de diciembre que ha sido objeto de persecuciones por parte del madurismo. 

“La feroz persecución en contra del chavismo, nos ha llevado a nosotros al exilio, hemos sido objeto de todo tipo de acciones judiciales con base en expedientes amañados, fabricados por el fiscal sicario y el poder judicial corrupto, somos vilipendiados y acusados de miles de falsedades”, aseguró.

“Para maduro y los cinco que manejan el país, muy especialmente para su entorno, cualquiera que se oponga a sus designios o intereses, sea chavista o de la oposición tradicional, sea civil o militar, es su enemigo y contra ellos o contra nosotros, se desata toda la violencia del Estado, utilizando para ello, a su fiscal-sicario, Tarek Willian Saab”, resaltó en un artículo publicado en su blog RR. 

Ramírez señaló que las cárceles y centros de detención del país “están llenos de presos políticos”, y que el gobierno de Nicolás Maduro ha sido calificado por organismo como la Organización de Naciones Unidas (ONU) “como un gobierno represor, violador de los Derechos Fundamentales de los venezolanos”.

También recordó las “ejecuciones extrajudiciales” del gobierno, y a sus policías enmascarados en los barrios pobres de las ciudades del país.

Pidió a las ONG y defensores de derechos humanos levantar la voz por estos seguidores del chavismo que “están presos, secuestrados por el gobierno”, y aseguró que “no puede existir el silencio ni la indiferencia hacía los presos políticos de cualquier bando”.

77 alcaldías cambiaron su configuración política el #21Nov
Tras conocerse los resultados de la elección, algunos municipios dieron el salto del chavismo a la oposición y viceversa, mientras que otras tomaron un rumbo diferente y eligieron candidatos de otras facciones políticas

 

Valentina Gil – Roger Ruiz – Dayimar Ayala Altuve

 

De acuerdo con los datos divulgados en el segundo boletín del Consejo Nacional Electoral, de las 335 alcaldías a elegir el 21 de noviembre, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) obtuvo 205, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) 59, la Alianza Democrática 37 y otros partidos 21.

Tras una revisión exhaustiva de cuáles fueron los resultados en los municipios, 77 de las 335 alcaldías (23%) cambiaron su configuración política, bien porque sus nuevos gobernantes exploran terrenos que solo pertenecían al chavismo, o porque tras la victoria opositora en 2017, ahora pasan a manos del PSUV o de la llamada oposición disidente.

En el Guachimán Electoral repasamos lo que ocurrió:

 

Oposición

La Unidad le arrebató al Psuv cinco alcaldías en Barinas: Andrés Eloy Blanco, Pedraza, Cruz Paredes, Rojas, Sosa y Obispos. Los nuevos alcaldes son Jackson Barboza, Frenchi Díaz, Henry Maldonado, Pedro Abreu, Gaudencio Díaz y José Azuaje, respectivamente.

En Bolívar, Jesús Coromoto Lugo regresó a la alcaldía del municipio El Callao, luego de que el peseuvista Alberto Hurtado lo reemplazara en las regionales 2017.

Siete alcaldías pasaron a la MUD en Falcón: Buchivacoa (José Esteban Díaz); Manaure (Ángel Henríquez); Dabajuro (Daniel Villa); Democracia (Pedro Fernández); Falcón (Harold Dávila); San Francisco (Carlos Escalona) y Silva (Osnel Arnias). En promedio, el Psuv gobernó durante 13 años en dichos municipios.

Tras 17 años de dominio oficialista, Javier Oropeza ganó la alcaldía de Torres, en Lara, con el 43,13% de los votos, desplazando al candidato del Psuv, Ramón Suárez. Ya había ocupado el cargo de elección popular entre 2000 y 2004.

Es la primera vez en 21 años que el municipio Cardenal Quintero de Mérida gana un opositor: Yovani González. Durante ese mismo período, solo hubo alcaldes del Psuv en el municipio Caracciolo Parra, el cual eligió ahora a José Suárez.

En Arzobispo Chacón resultó electo Omar Fernández, después de 17 años con el Psuv. La situación se repitió en Guaraque, donde la comunidad votó por Herlis Méndez. De igual modo,  Luis Balza en ganó en el municipio Justo Briceño, que desde el 2008 no tenía un alcalde opositor.

En Miranda, la MUD ganó con José Morales el municipio Carrizal, territorio dominado por el Psuv desde el 2017. Asimismo, José Nicasio Narváez fue electo alcalde de la Península de Macanao, Nueva Esparta, donde el Psuv estuvo en el poder durante 13 años.

Lo mismo pasó en el municipio Acosta, del estado Monagas, pues desde el 2008 había sido gobernado por el oficialismo. El opositor Jesús Velásquez resultó ganador el 21 de noviembre.

El tiempo de estadía oficialista fue mayor en el municipio Bolívar. Luego de 21 años de mandato, los votantes se decantaron por la opción de la Unidad, Ambrosio García. Igualmente, Evelin Martínez obtuvo la victoria en el municipio Uracoa, después de 4 años de chavismo.

De igual forma, Jobito Villegas y Carlos Barrios obtuvieron la mayoría de votos en los municipios Sucre y Ospino de Portuguesa, respectivamente. Desde el 2008 no había alcaldes opositores en el estado. Villegas ocupó el cargo desde 1995 hasta el 2008, mientras que Barrios fue alcalde por dos períodos consecutivos (1992-2000), ambos respaldados por Copei.

En el Táchira, Adul Salcedo venció a Yolimar Hernández, del Psuv, después de 8 años en la alcaldía del municipio Libertador. Jhon Méndez venció en el municipio Michelena al oficialista Ely Pernia, quien gobernó durante 4 años.

Lo mismo duró Sonia Correa en la alcaldía de Panamericano, donde Jonathan Rangel fue electo por la oposición, al igual que la oficialista Belkis Contreras en el municipio Maldonado, reemplazada por Eduardo Negrette.

En el municipio San Judas Tadeo lidera Jesús Pérez por la Unidad, luego de 13 años sin un candidato de la oposición. En la alcaldía de Seboruco, Luisnel Guerrero sustituyó a José García, militante del Psuv electo en 2017. También el municipio Simón Rodríguez se vistió de azul con la victoria de Carlos Márquez.

Destaca el cambio de chavismo a oposición en el municipio tachirense de Sucre, con el triunfo de Lorena Araujo, pues pasó 17 años en las manos José Gregorio Araque, del Psuv.

Asimismo, desde el 2013, la alcaldía de Uribante le perteneció a los partidos de izquierda (primero el PCV y luego el Psuv) y ahora quedó Olinto Contreras al mando.

El Psuv perdió 8 alcaldías en Trujillo. Luego de 21 años de gestión chavista, el municipio Urdaneta ahora es opositor, con el nuevo alcalde José Carrillo. En Carache, municipio chavista desde el 2004, Yohanthi Domínguez obtuvo la mayoría de votos.

Las alcaldías Andrés Bello y Monte Carmelo, ocupadas por el Psuv desde hace 13 años, pasaron a los opositores Francisco Aguilar y Wilmer Delgado. Igualmente, la Unidad ganó en el municipio José Felipe Márquez Cañizales, donde Cervando Godoy puso fin a 8 años de oficialismo.

Además, resultó ganador Keiver Peña en el municipio Sucre, territorio chavista desde hace 21 años. Dilcia Rojas se quedó con la alcaldía de Campo Elías, la cual fue ocupada por el Psuv en el 2004. Igualmente, Heriberto Materán fue electo en Motatán, municipio que en 13 años no tuvo una administración opositora.

La alcaldía zuliana de Baralt pasó a manos de la MUD con el triunfo de Ramón Bracho, luego de 17 años de control chavista. El municipio San Francisco también era controlado por el oficialismo desde 2008, hasta que ganó Gustavo Fernández (UNT).

Asimismo, los municipios Cabimas y Colón estaban en manos del chavismo desde hace 13 años y ahora pasaron a ser opositores, con Nabil Maalouf y Nervins Sarcos a la cabeza.

En cambio, el municipio Simón Bolívar pasó 8 años bajo el dominio oficialista y Argelio Riera, antiguo militante del Psuv quien se pasó a la MUD, fue electo como alcalde. Igualmente, Fernando Loaiza recuperó el municipio Catatumbo para la oposición. El Psuv solo estuvo un período en dicha alcaldía (2017-2021), con Wilmer Ariza al frente.

 

Chavismo

La nueva alcaldesa del municipio Bruzual de Anzoátegui es Ingrid Cortez, la cual sustituyó a Francisca Rojas, quien ganó la alcaldía en 2017 con la tarjeta de Acción Democrática (AD).

Jesús Ríos pasó al frente de la alcaldía del municipio Anaco, anteriormente gobernada por Luis Guevara Morón, también militante de la tolda blanca. De igual forma, el chavista Freddy Hernández sustituyó a Gerson Martínez (AD) como alcalde de Santa Ana.

La alcaldía del municipio San Cristóbal, Táchira, por primera vez en más de dos décadas será ocupada por un alcalde oficialista. Silfredo Zambrano fue electo con el 40% de los votos. Las administraciones anteriores estuvieron a cargo de Gustavo Delgado (2017-2021), de Copei; Daniel Ceballos, de Voluntad Popular (2014-2017);  Mónica de Méndez (2008-2014) y William Méndez (2000-2008), ambos de Copei.

En Bolívar, el oficialista Manuel Vallés quedó electo como alcalde del municipio Gran Sabana. Antes gobernaba Emilio González, pero luego del fallido ingreso de la ayuda humanitaria en 2019, el opositor se exilió en Brasil. En aquel entonces, el exgobernador Justo Noguera Pietri (Psuv) designó a Nancy Ascencio como “comisionada especial de ese municipio”.

 

Zona gris

En Anzoátegui, municipio Simón Rodríguez, Ernesto Paraqueima, abanderado de Alianza Democrática, reemplazó a Ernesto Raydán de la MUD. Por otro lado, el opositor disidente Jesús Méndez sustituyó al oficialista William Petit en el municipio Píritu.

Igualmente, Carlos Marcano, quien pertenece a la mismo coalición de partidos que no son opositores ni chavistas, quedó al frente de la alcaldía del municipio Peñalver, cargo que era ocupado por Jhonny Gagarín, militante del Psuv.

En Barinas, la Alianza Democrática ganó la alcaldía de Ezequiel Zamora con Nelson García Mora. La oficialista Maigualida Santana gobernó durante 8 años.

También en el municipio Angostura, estado Bolívar, el CNE adjudicó a un candidato de la Alianza Democrática, Yorgi Arciniega. El Psuv estuvo al mando de la alcaldía durante 13 años.

En Carabobo, municipio Montalbán, el nuevo alcalde no es ni del Psuv ni de la MUD, sino del partido Por Mi Pueblo. José Alí Soto acumuló el 38,34 % de los votos, mientras que el segundo lugar fue para Pedro Suárez (Psuv), con el 30,30%.

Por otro lado, Julio Andrade y Orlando Millán fueron electos en las alcaldías de Unión y Zamora, municipios falconianos dominados por el chavismo desde el 2004. Igualmente, Dannys Aguirrey ahora está al frente del municipio Acosta, territorio chavista desde hace 4 años.

En el municipio Andrés Eloy Blanco de Lara, el candidato de Fuerza Vecinal, Daniel Quiñonez, se alzó con el 55,53% de los votos. Ya Quiñonez había estado al frente de la alcaldía en el período 2000-2004, respaldado por Copei. Luego el chavismo asumió el mando y así se mantuvo por 17 años, hasta ahora.

En Mérida, los habitantes del municipio Andrés Bello escogieron a María Villasmil como su próxima alcaldesa, después de 21 años rojos, rojitos. Lisandro Segura ganó el municipio Alberto Adrian y Gregorio Peña el municipio Julio César Salas, donde el Psuv mandó 4 y 17 años, respectivamente. También Nelson Márquez resultó electo por la Alianza como el nuevo alcalde de Aricagua, acabando así con 8 años de gestión oficialista.

La oposición disidente también consiguió la alcaldía de Zamora, con el triunfo de Raziel Rodríguez en Miranda. El chavismo venía gobernando el municipio desde el año 2000.

En Nueva Esparta, los municipios Tubores, Villalba, Mariño y Gómez salieron del dominio del Gran Polo Patriótico y pasaron a las manos de la Alianza Democrática. Los nuevos alcaldes son Irma Vásquez, José María Fermín, Antonio González y Emilio Velásquez, respectivamente.

En el municipio Benítez del estado Sucre, los electores acabaron con 17 años de gestión chavista y eligieron a Emilio Rojas como el nuevo alcalde. También resultó ganador el opositor disidente Jordan Sifuentes en el municipio Mejías, donde el Psuv tenía 20 años mandando.

Asimismo, Eduardo Maureira fue electo en el municipio Aguasay, en el estado Monagas. Desde el 2008, el oficialista José Galindo había estado al frente de la alcaldía.

En Portuguesa, Valmore Betancourt y Oswaldo Zerpa ganaron las alcaldías de Guanarito y Monseñor de Unda, respectivamente, para la Alianza Democrática. Betancourt fue alcalde desde 1992 al 2000. Igualmente, Zerpa ejerció el cargo tres veces , pero con partidos afines al chavismo: MVR (2004), Psuv (2009) y Tupamaro (2014).

Por su parte, Jackson Carrillo fue electo alcalde de Junín, estado Táchira. El chavismo gobernó este municipio por cuatro años. De igual forma, Ernesto Becerra se quedó con la alcaldía de Libertad, la cual fue dominada por el Psuv desde el 2013.

 

El mapa de las alcaldías es más realista con los resultados del 21N

Si bien la mayorías de las gobernaciones y alcaldías de las capitales de los estados quedaron en manos del PSUV, para la politóloga y profesora de la Universidad de Navarra, Carmen Beatriz Fernández esa no es la lectura que debe quedar tras las elecciones del domingo.

Afirmó que se evidencia el surgimiento de nuevos liderazgos municipales y que se debe dar la correcta interpretación al mapa de las alcaldías, porque es mucho más realista y representa mucho mejor lo que significaron las elecciones y los resultados.

“Hay un tercer mapa al que yo le doy mucha más importancia aún y es el mapa poblacional de qué tanta gente está bajo gobiernos municipales de la oposición y del oficialismo. Ese mapa, que todavía está por hacer, nos daría con mucha probabilidad un resultado mucho más parecido a lo que cuantitativamente se obtuvo en contra de Maduro, que fue de un 55%, y un 45% de votos a favor de los candidatos de Maduro”, explicó.

Para la especialista, a pesar de la victoria oficialista, la decadencia de los votos se hace cada vez más evidente y fue notorio en los resultados del domingo.

*Con aportes de los corresponsales de El Pitazo.

Laureano Márquez P. Nov 24, 2021 | Actualizado hace 1 mes
La derrota
Reconoce la «derrota» de todos aquellos valores y principios que alguna vez se proclamaron defender y por los cuales se ofreció luchar

 

@laureanomar

Yo quizá no sepa mucho de elecciones, pero de psiquiatría tampoco. Sin embargo, no hace falta ser Sigmund Freud para darse cuenta de que los llamados lapsus linguae son jugarretas del inconsciente. Los errores de la lengua no son inocentes, ocultan reales intenciones, auténticas convicciones, verdades profundas interiormente asumidas que, a la hora de ser expresadas en palabras, la lengua termina articulando lo que el cerebro quiere ocultar, como si no obedeciera freno ni la pararan falsas riendas.

Analicemos una frase cualquiera. Por ejemplo: «¡es imposible que nos arrebaten la derrota!», dicha en el contexto de un cierre de campaña electoral, cuando se quiso decir, supone uno: «es imposible que nos arrebaten la victoria», porque la lógica indica que nadie puede pretender arrebatar una derrota, siendo esta algo malo, particularmente para quien está compitiendo en unas elecciones. No obstante, si quien comete este lapsus linguae es consciente de que pertenece a una agrupación política que cuenta con la animadversión de la mayoría de la población, es probable que su lengua haya soltado, de manera inconsciente, una convicción interiormente asumida que –resulta obvio– el hablante no quería expresar.

Claro que se puede analizar la frase más allá del contexto electoral. Si quien la pronuncia –pongamos por hipotético caso– es parte de un régimen político que lleva veinte años destruyendo a una nación en el terreno económico, político, cultural y social; que ha devaluado la moneda de ese país hasta volverla inservible, obligando a la gente a transarse en moneda extranjera; que ha acabado con la educación, con la independencia de la cultura, con la libertad de prensa; que ha perseguido, hostigado, ejecutado y torturado a quienes se le oponen y que ha obligado al 20 % de la población a abandonar el país, entonces la frase cobra otro sentido, uno filosófico de mayor trascendencia aun, que reconoce la «derrota» de todos aquellos valores y principios que alguna vez se proclamaron defender y por los cuales se ofreció luchar.

Y es que, en efecto, nadie puede arrebatarnos las derrotas del alma, porque estas, como el alma misma, son eternas.

Para finalizar, dos refranes castizos asociados al tema del lapsus linguae: «lengua, lengua, de quien la tiene es mengua» y el otro que aparecía ya recogido en el Libro del buen amor: «quien mucho habla, mucho yerra», aunque en el caso que nos ocupa podríamos agregar: «y algunas veces acierta».

Anatomía del mal

Anatomía del mal

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Oposición no tiene nada que ofrecer para facilitar transición democrática
Cuáles serían las consecuencias para la Plataforma Unitaria y Guaidó de una eventual debacle en las megaelecciones del #21-N? Conversa con Margarita López Maya

 

@victoralvarezr

Entre 2014 y 2021 se cuentan al menos cinco intentos de diálogo y negociación entre gobierno y oposición: Conferencia Nacional por la Paz (2014), Mesa de Diálogo Nacional (2016), Mesa de Diálogo en la República Dominicana (2017-2018), Conversaciones de Oslo-Barbados (2019) y la Mesa de Negociación en México (2021).

Para el gobierno, el diálogo ha sido una maniobra de contención del conflicto que le ha permitido ganar tiempo y debilitar las ofensivas de sus opositores.

Los costos políticos de cada intento fallido de diálogo los ha pagado sobre todo el liderazgo de la oposición que es visto por los más tolerantes como un actor ingenuo, mientras que los más intransigentes y extremistas lo ven como cómplice de un gobierno que no parece estar dispuesto a ceder el poder por la vía electoral.

El régimen aprovecha cualquier pretexto para levantarse de la mesa de negociación. Luego de conocerse la extradición de Alex Saab, Maduro acusó a EE. UU. de darle una puñalada mortal a la negociación y dijo: “Nosotros en protesta nos fuimos de México y punto. Después evaluaremos qué va a pasar con estos diálogos. Por ahora estamos indignados, protestando y enfrentando la injusticia. Después veremos…”.

Esta excusa tan rebuscada recrudece las dudas sobre el verdadero compromiso con una solución pactada a la crisis. Si bien Maduro repite que nunca se niega a dialogar, lo hace mientras no se incluyan temas que pudieran precipitar su salida del poder. Ahora bien, si hay tan pocas expectativas de una solución democrática y electoral del conflicto venezolano: ¿Por qué la Plataforma Unitaria vuelve a sentarse con un régimen que utiliza el diálogo para ganar tiempo y atornillarse en el poder? ¿Qué se puede esperar de las negociaciones en México?

En los anteriores procesos de negociación, la inestabilidad de Nicolás Maduro era mayor que ahora. Aun así, nada se pudo lograr para llevarlo a pactar una transición democrática en Venezuela. Ante la división de la oposición, Maduro luce fortalecido, sin la presión de una amenaza interna realmente creíble. Si la continuidad del régimen no se ve amenazada por factores exógenos, nada que arriesgue la permanencia de Maduro en el poder tendrá cabida en la negociación.

¿Qué se pueden esperar, entonces, de las negociaciones en México? ¿Cuáles son las demandas del gobierno y cuáles las de la oposición? ¿Es posible que dos fuerzas tan antagónicas puedan llegar a un pacto? ¿Cómo medir el éxito de las negociaciones en México?

Nicolás Maduro busca el reconocimiento de su legitimidad e instituciones, entre estas la AN cuyo presidente encabeza su equipo de negociadores. También busca el levantamiento de las sanciones para oxigenar las precarias finanzas del régimen. Las sanciones han generado efectos colaterales, pero siguen siendo el mecanismo de presión más importante sobre el gobierno.

¿Para evitar el impacto negativo sobre la economía y la sociedad no sería mejor plantear en México un canje de sanciones por incentivos a cambio de la conformación de gobierno de coalición que saque al país de la crisis? ¿Cuáles serían los incentivos y cuáles las condiciones para hacer posible ese Acuerdo de Salvación Nacional entre el gobierno y la oposición?

Al no lograr candidaturas unitarias, el caudal electoral del país opositor se dispersará y esto facilitará el triunfo del oficialismo. Una barrida del gobierno consolidará su hegemonía territorial y acelerará la disputa por el liderazgo de la oposición. Para proyectar internacionalmente que la única oposición en Venezuela no es la Plataforma Unitaria, el gobierno puede plantear la incorporación de la Alianza Democrática en las negociaciones en México.

¿Cuáles serían las consecuencias para la Plataforma Unitaria y el liderazgo de Guaidó de una eventual debacle en las megaelecciones del 21-N? ¿Crees que el gobierno cederá a la presión de la Alianza Democrática para ser incorporada a las negociaciones en México? ¿Esto es aceptable para la Plataforma Unitaria?

Plataformas de la sociedad civil organizada como Foro Cívico y Diálogo Social han hecho un “llamado a los actores que participan en el mecanismo de negociación a demostrar un compromiso firme, serio y responsable con la vida y la dignidad de todos los venezolanos”. Sin embargo, estas organizaciones no participan directamente en las negociaciones en México.

¿Qué presión eficaz puede ejercer la sociedad civil para incorporarse a la mesa de negociación? ¿Cuál es la gama de acciones cívicas que se pueden desplegar con ese fin? ¿Si fracasa la negociación en México cuáles alternativas le quedan a la sociedad civil para lograr una solución pacífica del conflicto venezolano?

Se menciona el caso de Chile para argumentar que una dictadura sí puede caer con votos y que participar en unas elecciones convocadas por el régimen no implica legitimarlo. Ahora bien, si los partidarios del NO en el plebiscito de Chile hubiesen amenazado a Pinochet diciéndole que lo único que negociarían con él sería el salvoconducto que lo sacaría al exilio o el color del uniforme de la cárcel donde pagaría su condena, seguramente el dictador habría gobernado hasta su muerte. Para hacer posible la transición democrática, sus adversarios aceptaron que Pinochet continuara como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y pactaron su inmunidad al reconocerlo como senador vitalicio.

¿Cuáles incentivos se pueden ofrecer al régimen de Maduro para que facilite una transición democrática?

¿Cómo hacer para que una solución electoral al conflicto venezolano no se convierta en una cacería de brujas, en una tragedia para quien resulte perdedor?

Para abordar estos temas y responder a estas preguntas, en esta nueva entrega de la serie Diez conversaciones estelares con diez mujeres comprometidas con una solución electoral y pacífica del conflicto venezolano hemos invitado a Margarita López Maya (@mlopezmaya), historiadora, con doctorado en Ciencias Sociales, articulista, ensayista, escritora y una larga carrera como investigadora y académica a través de la cual ha hecho importantísimos aportes al estudio, comprensión y transformación de nuestra realidad.

Vea la conversación completa aquí

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Las condiciones que han variado entre las regionales de 2017 y los comicios de 2021
Ambos expertos consideran que un aspecto que mejoró para los comicios regionales de 2021, es la presencia de la misión de la Unión Europea para observar el proceso electoral

Las últimas elecciones regionales fueron celebradas el 15 de octubre de 2017. Desde entonces, las condiciones electorales han registrado algunos cambios. Sin embargo, lo cierto es que estos cambios responden más a la sonoridad que a la efectividad. 

Para la política Paola Bautista, las elecciones regionales de 2017 se hicieron con unas condiciones electorales bastante reducidas, alejadas de los principios de competitividad mínimos que pueden garantizar transparencia y justicia electoral.

Mientras que el politólogo Jesús Castellanos Vásquez indicó que las condiciones electorales en 2021 son distintas a las de 2017, sin que ello signifique que es una elección democrática o competitiva.

«En términos de condiciones, la verdad es que el panorama ha cambiado muy poco por no decir que no ha cambiado nada», señaló Bautista.

Elecciones después de las protestas de 2017

Después de poco más de tres meses de protestas, entre abril y julio de 2017, Venezuela celebró unas elecciones regionales que estuvieron protagonizadas por irregularidades y carencia de condiciones.

Según Castellanos, las elecciones regionales de 2017 se dieron en un marco de abierto y flagrante ventajismo institucional luego del desconocimiento de los triunfos de diputados a la Asamblea Nacional en Amazonas por parte del Tribunal Supremo de Justicia y la denuncia de Smartmatic de alteración de la participación electoral en la elección de la asamblea nacional constituyente (ANC).

«Es una administración electoral claramente asimétrica en su composición, tanto en su directiva como en los organismos electorales subalternos», dijo el politólogo.

Bautista respaldó esa afirmación, señalando que la configuración del Consejo Nacional Electoral respondía plenamente, tanto en su directiva como en su estructura, al partido de gobierno PSUV.

A pesar de eso, la oposición decidió participar en los comicios de octubre de 2017. Castellanos reiteró que el desconocimiento de los resultados electorales de la elección de gobernador en Bolívar, fue otro elemento de desconfianza y desesperanza de la vía electoral en Venezuela.

«Un patrón que se consolidó en 2017, es que en Venezuela ganar las elecciones no significa que vas a ejercer el poder. Una de las cosas que se vieron ese año, fue que los candidatos que ganaron, luego no se tenían que juramentar según lo establecido en la ley», aseguró la política. 

Según Bautista, el caso más emblemático fue el de Juan Pablo Guanipa en el estado Zulia. Al ganar la elección de gobernador, lo que corresponde es recibir el certificado de triunfo y ser juramentado ante la Asamblea Legislativa del Estado Zulia (CLEZ). A Guanipa lo querían obligar a juramentarse ante la ANC.

«En 2017 se consolidaron signos de reversión en términos de transparencia electoral», afirmó Bautista.

Ese año, el CNE se encargó de hacer cambios de electores de circunscripción, cambios de centros de votación. Según Bautista, la toma de estas decisiones lastimó gravemente lo que era la transparencia electoral del proceso.

Las elecciones con preparación atropellada

Las elecciones regionales de 2021 se llevarán a cabo el próximo 21 de noviembre. Según Castellanos, las condiciones electorales en 2021 son distintas, sin que ello signifique que es una elección democrática o competitiva

El politólogo explicó que existe una administración electoral menos desequilibrada, cuantitativa y cualitativamente.

«Hay avances muy importantes en la revisión técnica del sistema automatizado de votación y la presencia de una real observación electoral internacional, no el acompañamiento electoral de 2017 el cual constituyó un monitoreo no riguroso y parcializado», dijo Castellanos.

Bautista catalogó estos cambios de «baja incidencia, pero de gran sonoridad propagandística».

Uno de ellos es la poca pluralidad dentro de la directiva y estructura del Consejo Nacional Electoral. Bautista explicó que los rectores no deben tener ninguna afiliación política.

«Hay tres rectores del CNE, incluyendo su presidente, que tiene una clara afiliación política, y hay otros dos rectores que tradicionalmente han trabajado para la oposición, pero su nivel de incidencia frente a la toma de decisiones del CNE es casi nulo», reiteró la política.

Los 24 representantes del CNE en las entidades federales pertenecen y fueron designados directo desde la presidencia y pertenecen al PSUV. «Lo mismo ocurre con los 335 municipales y los 14 mil del centro», dijo Bautista. 

«Ha habido un cambio estrictamente nominal, que es la presencia de Roberto Picón y de Enrique Márquez en el CNE, pero la presencia de ellos dos ahí tiene una capacidad de incidencia bastante limitada en la mejora de las condiciones electorales, debido a la estructura del sistema electoral», reiteró Bautista.

Según Bautista, en 2021 hay un cambio interesante: el surgimiento de nuevas fuerzas políticas que se autodenominan como opositoras y tienen campañas electorales donde se ve mucha inversión de dinero. «No queda claro cuál es el origen de esos fondos y cómo funcionan», reiteró. 

Frente a eso, están los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), de demostrada trayectoria y lucha democrática desde 2005, con unas campañas que lucen y son muy pobres, porque falta de dinero.

Uno de los aspectos más preocupantes de las elecciones de 2021 según Bautista, es que no hay pedagogía del voto. «La gente no sabe por quién votar, esto hace que no sea un proceso transparente», dijo.

Lo que ha mejorado

Ambos expertos consideran que un aspecto que mejoró para los comicios regionales de 2021 es la presencia de la misión de la Unión Europea para observar el proceso electoral

Bautista indicó que la presencia de la Unión Europea puede ser una ocasión para que todas las irregularidades, que obstaculizan gravemente el ejercicio ciudadano del voto, sean registradas, tipificadas y denunciadas por un organismo de ese prestigio. Además, que sea una herramienta de lucha para las fuerzas opositoras. 

Para Castellanos, la misión de observación de la UE es una presencia que genera respeto, pues levantan información sobre las elecciones.

«De hecho se les consideran un factor de disuasión del fraude. Pero además, sus recomendaciones constituyen una oportunidad de mejorar las prácticas electorales», reiteró el politólogo.

Además de ello, Castellano considera que otros puntos positivos que han variado son los siguientes:

Administración electoral.

Auditoría Integral.

Establecimiento de una veeduría electoral nacional más participativa y de forma más temprana.

Avances en el número de días, puntos y máquinas de la jornada de inscripción y actualización del registro electoral.

Avances en la Auditoría del registro electoral (nuevas metodologías).

Lo que ha empeorado

Bautista considera que el elemento principal que ha empeorado desde 2017 es el contexto.

La política explicó que con el inicio de la investigación de la Corte Penal Internacional, se afirma que desde 2017 se comienzan a registrar crímenes de lesa humanidad en Venezuela.

«Unas elecciones en un entorno donde la violación de los DDHH es una política de Estado, y que a nivel internacional está tipificado de esa manera. Es un entorno de Estado criminal, donde el motor de la economía es la economía negra. Un entorno donde el régimen sistemáticamente, desde 2015, ha ido desmantelando la capacidad de articulación de la oposición», señaló Bautista.

Para Bautista, este contexto político, además de las condiciones electorales que tiene Venezuela, obstaculiza gravemente la realización de unas elecciones que realmente transmitan la voluntad del votante.

Según la política, la desarticulación que sufre la oposición venezolana no responde únicamente a temas de desgaste naturales, como el tiempo. «Cuando se observa lo que es el ecosistema político venezolano. nos damos cuenta de que los principales partidos políticos tienen a su jefatura política en el exilio y a los principales candidatos de cada región inhabilitados», dijo. 

Castellanos reiteró que hay elementos que se han agravado desde 2017, como los siguientes: 

Las inhabilitaciones políticas han elevado el nivel de gravedad e inconstitucionalidad, al formularse durante y posterior al de postulaciones.

No hay información sobre el Plan de Fiscalización.

No hay información sobre las estadísticas de la capacitación a miembros de mesa (ahora principalmente vía remota).

El sistema de votación dificulta el voto alternativo o cruzado y promueve el voto en bloque o “tubo”.

¿Chavismo reflotado por la clase media?
¿Qué está pasando? ¿Se trata de una anomalía o es más bien de un cambio estructural? ¿Una arista más en el poliedro de la evolución del cuasi estalinismo a la perestroika bananera?

 

@AAAD25

Estas elecciones (o como las quieran llamar) regionales y locales que tendremos en un par de semanas nos han provisto de material para reírnos a carcajadas o para llorar a moco suelto por la suerte de Venezuela. Incluso asumiendo que los comicios serán poco o nada relevantes para el futuro del país (caso de quien escribe), las escenas de campaña inevitablemente llaman la atención e ilustran sobre el tipo de clase política que tenemos. Desde riñas infantiles por un segundo lugar en el Distrito Capital y Miranda, pasando por la ingesta de cerveza en actos públicos en Lara hasta una rifa de carro para quienes movilicen votantes a favor de cierto partido en Zulia.

Y… Luego tenemos el curioso fenómeno de chavistas haciendo campaña como si fueran cualquier cosa menos chavistas. En Caracas tenemos el caso muy evidente de Georgette Topalián, quien aspira a ser la primera alcaldesa roja rojita del siempre desproporcionadamente opositor municipio Baruta. Pero el carmesí socialista no figura en su propaganda. Por el contrario, en sus afiches que adornan los postes de la autopista de Prados del Este, así como en su perfil de redes sociales, luce un verde casi copeyano. Aunque, por supuesto, el rostro de Rafael Caldera no la acompaña en los pendones, tampoco están los orwellianos ojitos de Hugo Chávez, emblema del PSUV.

Considerando que Topalián intentó en 2017 hacerse con esta misma alcaldía, que en aquella ocasión sí lo hizo con toda la parafernalia revolucionaria de rigor y que predeciblemente fue derrotada, sería sencillo y tal vez acertado atribuir su cambio a un razonable aprendizaje de los errores del pasado y a la vocación de intentar algo nuevo, más afín al entorno que le tocó. De ser así, la metamorfosis sería algo exclusivamente local y de poca importancia para la ontología del chavismo.

Pero resulta que la Topalián no está sola. Al menos una parte de la campaña del gobernador Rafael Lacava en Carabobo va por el mismo sendero. Ello a pesar de que demográficamente el estado entero es muy diferente al municipio Baruta y contiene amplias zonas donde el chavismo, por vías puras o no, ha contado con importantes poblaciones para movilizar hacia su rectángulo en el tarjetón electoral. Su predecesor, Francisco Ameliach, así como el mismo Lacava en 2017, hicieron con éxito campañas en general tradicionalmente chavistas.

A pesar de todo eso, llamó la atención un video propagandístico en el que una celebridad local sin militancia conocida, la modelo Arianna Pitino, invita a los “independientes” a reelegir al gobernador. La pieza audiovisual no identifica en ningún momento a Lacava como miembro del PSUV. No se invoca el espíritu de Chávez. No hay consignas socialistas. Solo alusiones a una “gestión que les devolvió el optimismo” e instrucciones para respaldar a Lacava mediante una tarjeta llamada “Carabobeños por Carabobo”, convenientemente purgada de cualquier connotación ideológica. Es un mensaje claramente dirigido a personas que nunca han sido chavistas, como diciéndoles “Olvídate del partido de Lacava y vota por él porque hace cosas”.

Entonces, ¿qué está pasando? ¿Se trata de una anomalía o es más bien de un cambio estructural? ¿Una arista más en el poliedro de la evolución del cuasi estalinismo a la perestroika bananera?

He podido recoger varias hipótesis al respecto, con interpretaciones igualmente distintas sobre las implicaciones para la muy mermada base de apoyo del chavismo.

Personalmente, creo que no es algo coyuntural. Lo veo como parte del discreto abandono del socialismo marxista como la ideología oficial de la elite gobernante. Comenzó a manifestarse en aquellas áreas donde le es más fácil, pero poco a poco pudiera expandirse.

Lo que no creo es que, como algunos han insinuado, esto permitirá al chavismo volver a sus días de gloria en cuanto a apoyo masivo se refiere, pero de la mano de la clase media, o ex clase media, en lugar de los sectores más humildes. Es decir, que el chavismo como movimiento de masas reflote impulsado por un segmento demográfico que siempre se le opuso en su inmensa mayoría, pero que ahora, al igual que el grueso de la población venezolana, está desencantado con la política y no se identifica con la dirigencia opositora por sus fracasos.

No creo que ocurra porque ese argumento reposa sobre una subestimación enorme de la percepción del igualmente pantagruélico daño que hizo el chavismo. Una percepción que tal vez sea especialmente difícil de revertir entre los estratos que alguna vez tuvieron ingreso medio. Hablamos de personas que vieron el valor de sus ahorros líquidos y activos físicos (viviendas, carros, etc.) evaporarse en unos pocos años. Personas cuyo poder adquisitivo y calidad de vida relativamente altos se desplomaron. Semejantes tragedias individuales solo pudieron confirmar los temores que el chavismo les inspiró desde su llegada al poder.

Ahora, de paso, con el surgimiento de una nueva oligarquía política y empresarial que exhibe negocios y lujos con cada vez mayor desparpajo, a la desolación de esa clase media se une una repulsión profunda hacia las fortunas hechas en revolución. Veo más probable que, para los desposeídos, el giro business-friendly del chavismo es visto más como una confirmación cruel de su estatus como los nuevos excluidos, que como una oportunidad para la recuperación.

Las fortunas del socialismo

Las fortunas del socialismo

No obstante, nada de lo anterior quiere decir que el plan no atraerá a absolutamente nadie en su población blanco. Lo puedo afirmar por mi propia experiencia. Unos pocos conocidos míos, opositores a rabiar de toda la vida, evalúan abiertamente la posibilidad de votar por candidatos del PSUV. Sus razones varían, pero tienen algo en común: todas parten de la premisa de que el chavismo no dejará el poder en el corto o mediano plazo. O sea, por pura frustración se desprendieron de su identidad como adversarios activos de la elite gobernante. En medio de esta triste resignación, algunos consideran que tiene más sentido votar por un chavista que “al menos trabaja”, como Lacava, que por un opositor al que no darán recursos para siquiera arreglar las calles. Otros ven saludable alentar la transición del chavismo lejos de la extrema izquierda, asumiendo, está de más decir que con razón, que algunos de sus elementos más destructivos son los que vienen del marxismo.

Tal vez la elite gobernante, cuya permanencia en el poder de todas formas se emancipó de la voluntad ciudadana y de sus propias facciones más dogmáticamente socialistas, es consciente de los límites de esta estrategia, pero aun así piensa que vale la pena. Tal vez el punto de todo esto sea atraer a un puñado de opositores desilusionados. Y tal vez (este último es un enorme “tal vez”) dicho puñado de opositores desilusionados, más la apatía generalizada hacia la política, la existencia de múltiples candidatos ajenos al PSUV y el descontento con la gestión del burgomaestre actual sean suficientes para que Georgette Topalián obtenga la alcaldía de Baruta.

¿Un nuevo ciclo?

¿Un nuevo ciclo?

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