Masacre en cárcel de Amazonas, por Carlos Nieto Palma
Masacre en cárcel de Amazonas, por Carlos Nieto Palma

@cnietopalma

EN LA MADRUGADA DEL PASADO miércoles 16, en el Centro de Detención Judicial de Amazonas, Cedja, en Puerto Ayacucho, cuando la Unidad Especial del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz conjuntamente con la Guardia Nacional Bolivariana intentaban tomar este recinto para practicar una requisa, ocurrió la más grande masacre sucedida en un centro de detención preventiva de Venezuela en su historia, con un saldo de 39 reclusos muertos y 6 funcionarios heridos.

Durante más de 8 horas hubo un enfrentamiento armado entre reclusos y funcionarios policiales que creó gran zozobra y alarma en la población de este estado del sur venezolano.

Desde Una Ventana a la Libertad, organización que dirijo, hemos venido trabajando desde hace ya un año en visibilizar la situación de los centros de detención preventiva porque consideramos que se vive una situación muy grave que ha creado un sistema penitenciario paralelo que agrava la ya existente crisis carcelaria.

Esta masacre en el Cedja, en Amazonas, vuelve a poner en el tapete la terrible situación de nuestras cárceles y la negligencia manifiesta del Ministerio para el Servicio Penitenciario para resolver el problema, así como las graves violaciones de los derechos humanos de los hombres y mujeres privados de libertad en Venezuela.

La responsabilidad de todo lo que ocurrió en el Amazonas recae de manera total en el Ministerio Penitenciario por no asumir las funciones que le da tanto el Código Orgánico Penitenciario como el decreto de creación de este ministerio donde se le da la competencia absoluta de velar por el respeto a los derechos humanos de las personas privadas de libertad en Venezuela, independientemente de la situación procesal en que se encuentren.

Este organismo, de manera descarada, pretende desconocer su responsabilidad sobre los privados de libertad en centros de detención preventiva, aludiendo que son responsabilidad de los cuerpos policiales, cosa que es falsa, las policías y otros cuerpos de seguridad del Estado como la Guardia Nacional Bolivariana y el Cicpc no tienen competencia en cuidar presos más allá de las 48 horas que les corresponden por ley.

Evidentemente, el Ministerio Penitenciario desconoce su responsabilidad en la masacre de Amazonas y pretende endosarla a la gobernación de ese estado, porque el Centro de Detención Judicial de Amazonas pertenece a la Policía de Amazonas y no a ellos, cosa que es cierta, aunque no tomaron en cuenta que la policía de ese estado fue intervenida por el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz el pasado 25 de enero de 2017, por lo que la gobernación no tiene ninguna responsabilidad en este hecho.

Es importante destacar que Amazonas no tiene cárceles, a pesar de que cuando fue creado el Ministerio Penitenciario hace 6 años, en julio de 2011, la para entonces titular de ese despacho, Iris Varela, ofreció construir un nuevo recinto carcelario en cada estado del país, esto nunca ocurrió; tal vez si se hubiera cumplido con esta promesa hoy no estaríamos lamentando esta nueva masacre carcelaria.

En Venezuela hay en la actualidad un aproximado de 105.000 personas privadas de libertad, 57.000 en cárceles dependientes del Ministerio Penitenciario y 48.000 en centros de detención preventiva; tenemos la cifra más alta de presos en la historia de Venezuela, una tasa de 354,7 reclusos por cada 100.000 habitantes.

Una Ventana a la Libertad ha venido denunciando esta grave situación de los centros de detención preventiva en Venezuela y la instauración de un sistema penitenciario paralelo, creado por la negativa del Ministerio Penitenciario de asumir su responsabilidad en atender a todos los privados de libertad de Venezuela, sin haber obtenido respuesta alguna por parte de los organismos encargados de dar solución a este grave problema.

El hacinamiento en estos recintos alcanza 432%, aunado a la falta de alimentación, que solo es proporcionada por los familiares porque no hay instalaciones para proveer comida a los reclusos, se han reportado muertes por desnutrición, por falta de alimentación. Igualmente, son graves los problemas de salud, sobre todo enfermedades de la piel debido al poco acceso al agua potable.

Mientras todo esto ocurre, nuestras autoridades penitenciarias siguen haciéndole creer al mundo que en Venezuela tenemos las mejores cárceles del mundo.

El Nacional