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Lorena Meléndez May 09, 2019 | Actualizado hace 2 meses
¿Dónde está la ayuda humanitaria?

@loremelendez

El 16 de abril de 2019 se grabó una imagen jamás vista en suelo venezolano: alrededor de 30 camiones con el emblema de la Cruz Roja atravesaron la autopista Caracas – La Guaira cargados con medicinas e insumos médicos. La ayuda humanitaria, que desde 2015 habían exigido las organizaciones no gubernamentales que trabajan con la atención a pacientes y a la que durante años se opuso el gobierno de Nicolás Maduro, había llegado.

Pero luego de aquella caravana, poco se supo sobre el cargamento. A través de la cuenta en Twitter de la Cruz Roja se conoció que a su sede en la capital venezolana, el Hospital Carlos J. Bello en la parroquia Candelaria, llegó un lote de lo que acababan de traer. También se difundió que el Hospital Central de San Cristóbal, en Táchira, había recibido una donación de la institución.

Días después, en una entrevista a la AFP, el director de Comunicaciones del organismo en Venezuela, Luis Farías, declaró que la ayuda humanitaria se repartiría en 8 hospitales y 30 ambulatorios de la Cruz Roja, así como en centros públicos. En toda la operación intervendrían 3.000 voluntarios. Hoy, casi nada de lo que llegó a bordo de los camiones que cruzaron Caracas hace tres semanas ha llegado a su destino final: los pacientes. En Caracas solo se han repartido pastillas potabilizadoras y bidones en algunas comunidades populares como parte del programa de Agua y Saneamiento Ambiental.

“La Cruz Roja tiene una forma de trabajar muy específica en todo el mundo y para evitar que lo que ellos digan sea puesto de una manera o de otra, ellos tienen una estructura de declarar lo menos posible. Creo que ellos están en una lógica de transparencia, no tenemos ninguna duda de lo que están haciendo como equipo de trabajo. Estamos en contacto perenne con ellos. Cuando algo no nos gusta, se lo decimos. Cuando a ellos algo no les gusta, nos lo dicen. Tenemos una comunicación de varias veces al día”, comentó Julio Castro, médico infectólogo que coordina el área técnica de la Comisión Especial de Seguimiento a la Ayuda Humanitaria de la Asamblea Nacional.

Castro afirmó que, desde el principio, al parlamento venezolano se le ha contactado para que participe en la verificación del proceso. “Hemos visto lo que ha llegado, fuimos al depósito, documentamos y cotejamos lo que hay con la información que ellos nos dieron y eso coincide, hasta ahora”, agregó.

La Cruz Roja, dijo el médico, le ha informado a la AN cuál es el cronograma de entregas pautado y ambas partes han conversado sobre cómo se debe hacer esta distribución. Aunque las entregas formales de ayuda humanitaria comenzarían la primera semana de mayo, esto no pasó.

Para este miércoles, 8 de mayo, estaba prevista la llegada de un barco proveniente de Panamá con al menos ocho kits estandarizados de emergencia (Interagency Emergency Health Kit o IEHK) –cada uno de estos, de acuerdo con información suministrada a la AFP, puede atender a 10.000 personas durante tres meses con 1.200 kilos de medicamentos e insumos médicos básicos–, pero su arribo no se pudo confirmar. A principios de abril de este año, Runrun.es solicitó una entrevista a la institución, pero hasta ahora no ha sido concedida.

“Desde mi punto de vista, la ayuda humanitaria de la Cruz Roja fue una desilusión. Fue más un compromiso que entabló el gobierno de Nicolás Maduro ante la comunidad internacional para poder hacer ver que se atendía a la población. No entendemos cómo, hasta ahora, no han llegado más cargamentos y, aunque llegaran semanalmente, no serían suficientes”, resaltó Francisco Valencia, director de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida).

Para el activista, la Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela continuará mientras el gobierno de Maduro no reconozca la situación del país y permita que se activen todos los protocolos para atender a la población en riesgo.

Tal protocolo, señaló el activista, pasa por permitir que la ayuda humanitaria llegue a través de otras instancias, que sea amplia, continua y abra paso a la llegada de aportes provenientes de “países amigos” que quieran cooperar para aliviar a quienes lo necesitan.

“Pensamos que es una cooperación muy limitada porque llegó hace 20 días un solo avión, no está muy claro qué fue lo que vino y a dónde se ha distribuido”, comentó Valencia.

Ayuda humanitaria en Maiquetía

 

El silencio de los cargamentos

Para Castro, el hecho de no difundir cuáles centros de salud reciben las donaciones de material médico y medicinas responde a una “política de seguridad” de la Cruz Roja, a fin de evitar que los camiones que la transportan sean robados en el camino o que los insumos desaparezcan dentro de los hospitales.

El diputado Miguel Pizarro, quien preside la Comisión de Ayuda Humanitaria de la AN, tiene una opinión similar. Apela, además, a la mesura que caracteriza este tipo de procesos. “Nosotros estamos muy acostumbrados a una dinámica donde todo es como un ‘reality show’: cada capítulo y cada minuto a minuto se va narrando. Pero el tema humanitario tiene el principio de no hacer más daño y de protección y eso hace que tengan que sean muy discretos”, explicó.

Otra de las razones por las cuales esa discreción se mantiene en las operaciones de entrega, según Pizarro, es la insuficiencia de la misma con respecto a la población que la necesita. Si bien un reciente informe de la Organización de Naciones Unidas señala que al menos 7 millones de personas requieren la ayuda humanitaria, los cargamentos que prevé traer la Cruz Roja solo pueden atender a 650 mil.

“No hay manera de que cuando tú arrancas por un espacio pequeño, todo el mundo lo sepa. Porque si haces la comunicación grande para buscar el cobro político y no la eficiencia de cómo operativizas esto en la población que lo necesita, le estás haciendo daño al mecanismo humanitario, entonces es complicado”, indicó el parlamentario.

A esto se suma una percepción adicional: “Nosotros nunca hemos vivido esto y no sabemos cómo vivirlo (…) En un país donde todo el mundo tiene un bando, no entendemos que haya un organismo que sea neutral. No estamos acostumbrados al principio de protección del ciudadano, a eso de hacer algo discreto para que el beneficiario no se vea en riesgo. No estamos acostumbrados a no ver al político tomándose la foto y, como no lo tenemos, no sabemos lo que está pasando. Es normal que esto sea tan complicado porque todos estamos aprendiendo a manejar la bicicleta”, apuntó.

Francisco Valencia alertó que los donativos serán inútiles si no se enfrenta la situación hospitalaria: un saneamiento profundo de las infraestructuras y la necesaria reparación de los equipos de diagnóstico, que son los que determinan qué requiere cada paciente.

“Tenemos hoy una situación que cada vez se complica más. Naciones Unidas debe decretar a Venezuela como Estado en emergencia”, enfatizó.

Valencia exigió al presidente de la Asamblea Nacional y presidente encargado de la República, Juan Guaidó, a conformar una coalición de países que activen el mecanismo de protección a la población venezolana para aliviar la Emergencia Humanitaria Compleja”.

Los veedores

Tanto Castro como Pizarro subrayaron la importancia del rol de la comisión en la entrega de la ayuda humanitaria: la veeduría. El médico, por ejemplo, señaló que justo ahora trabajan en la conformación de una plataforma de observadores que permita asegurar que la carga llega a los pacientes, sobre todo aquella que proviene de organismos como la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) o el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Castro acotó que la Cruz Roja contará con su propia plataforma de voluntarios y transporte. “Nuestro rol ahorita es que estamos haciendo unos talleres para generar una logística y una estructura de monitoreo para saber que lo que llegue se entregue y use de forma adecuada”, dijo.

El médico resaltó que la idea de estos intercambios es que se usen criterios técnicos para decidir a dónde va cada donación.  “Nosotros hacemos el monitoreo de la Encuesta de Hospitales y tenemos una idea bastante clara de cuáles son los hospitales que están mucho peor y cuáles no tan peores, porque todos están mal (…) Nosotros opinamos, ellos (la Cruz Roja) toman la decisión, pero no es una decisión del gobierno. No es que el gobierno está mandando a la Cruz Roja a hacer cosas. La Cruz Roja tiene autonomía en ese sentido. Ellos pidieron autonomía y nosotros la respetamos”, aclaró.

Pizarro insistió en que durante las reuniones con la Cruz Roja Venezolana, la Federación Internacional de la Cruz Roja, el Comité Internacional de la Cruz Roja y las agencias de la ONU, ha existido un intercambio técnico en el que se han entregado informes y planteado prioridades. A su vez, los diputados son informados sobre cómo y de dónde llegan los insumos.

“El sistema humanitario es un sistema de donaciones. Países u organismos donantes le dan a agencias u organismos implementadores para que vengan a campo e implementen con principios humanitarios. Y eso siempre hace que en varios eslabones de la cadena tengamos niveles de interacción”, afirmó el parlamentario.

«Quienes usurpan el poder nos trajeron a una emergencia humanitaria producto de la corrupción, de la indolencia, de lo que han hecho y después quieren politizarla para utilizarla de propaganda y la herramienta política, para decir ‘aquí estábamos nosotros, somos los únicos que traemos las cosas y solo con nosotros puede funcionar. Ante eso, nosotros no podemos hacer la respuesta politiquera o ir a pelear por quién se toma la foto con la caja en Maiquetía. Creemos en los principios humanitarios de interferencia, neutralidad, transparencia, respeto a la dignidad humana y nuestra victoria no es la foto con la caja, nuestra victoria es salvar vidas”, sentenció.

 

¿Y la ayuda humanitaria en la frontera?

“Si uno echa el cuento del truco, nadie va a pagar entradas para ver al mago”, soltó entre risas el diputado que preside la comisión de ayuda humanitaria cuando se le preguntó por los cargamentos de la USAID –con insumos médicos, compuestos nutricionales y alimentos– que se quedaron varados en las fronteras de Venezuela con Brasil y Colombia, y en las islas del Caribe, luego de que el gobierno de Nicolás Maduro prohibiera su paso el pasado 23 de febrero.

Reveló, no obstante, que una parte de los implementos médicos están ahora en el “protocolo de asunción” usado por los organismo multilaterales de ayuda humanitaria. A estos se les entregaron para que trajeran la carga hasta Venezuela por medio de sus instituciones.

Sin entrar en detalles, explicó que “otras cosas entran por los caminos alternos y algunas otras se implementan con muchas discreción a través de la sociedad civil”.

Pero a pesar de los esfuerzos por hacer que lleguen algunos insumos, el tiempo transcurre y la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa Venezuela desde 2015 no se detiene. La llegada del cargamento de la Cruz Roja continúa almacenada y los pacientes la esperan.

“Podría ser mucho más rápido si Maduro no estuviera en el poder. Tendría un ‘coordinador país’ y una oficina de acción humanitaria, ministerios rindiendo cuentas para saber cómo están los puertos y carreteras, la logística de la Fuerza Armada. Las ONG recibirían lo que necesitan sin tener que esconderse, la carga pudiera transitar por el país sin que fuese casi una carga clandestina”, argumentó Pizarro cuando se cuestionó la lentitud de la entrega.

Advirtió que aunque la ayuda humanitaria de todos los organismos involucrado es un paliativo, no es la solución. “Esto va a permitir que lleguemos a una parte de la población en necesidad, pero no es toda la ayuda ni la solución, porque mientras no haya cambio de modelo político, tú vas teniendo una suerte de puerta giratoria, de donde sacas a algunos del espiral de miseria, pero entra otro. La dinámica del país, la hiperinflación, la dificultad de oportunidades, la propia migración, va haciendo que cada día más difícil que la ciudadanía compita contra la realidad del día a día”, acotó.