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Robert Serra: “No sabía que mi hijo tenía un jefe de escoltas”

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A un mes del homicidio del diputado Robert Serra, cadenas, declaraciones, titulares de prensa y muchas especulaciones han circulado. Hasta la fecha hay diez detenidos, pero las interrogantes sobre el caso persisten. El padre del parlamentario habló en exclusiva para runrun.es. Aunque no tiene muy clara la imagen de Edwin Torres, el escolta involucrado en el asesinato de su hijo, está seguro de haberlo conocido. “Yo no estuve ahí ese día porque mi Dios logró salvarme a mí, pero sí le pasaron esas cosas a mi hijo”, afirmó Serra

 

Ronna Rísquez

@ronnarisquez

Robert Serra, padre del diputado Robert Serra Aguirre, atiende el teléfono y confirma su identidad. Se sorprende ligeramente al enterarse que al otro lado de la línea se encuentra una periodista y advierte que todavía no se recupera de lo que le ocurrió a su hijo hace un mes, sin embargo no se niega a hablar.

Explica que ha estado en tratamiento con medicamentos especiales y que el psicólogo le recomendó que comenzará a salir a la calle nuevamente y a atender las llamadas, que “recuperara su vida”. Tímidamente inicia la conversación, quizás siguiendo las sugerencias del terapista.

“Toda la familia está tratando de superar esto”, comenta refiriéndose al ala paterna de la familia del diputado, pues aclara que se divorció de Zulay Aguirre, madre del parlamentario, cuando Robert todavía era un niño pequeño. Relata que también sus padres -los abuelos del parlamentario- se encuentran muy afectados emocionalmente y que han requerido de cuidados y atenciones.

El señor Serra recuerda con precisión el último contacto que tuvo con su hijo mayor, el diputado, quien llevaba su nombre. Fue a través de un mensaje de texto que le envió la tarde del 1ro de octubre, apenas unas horas antes de que el joven parlamentario fuera asesinado junto a su asistente María Herrera, en su casa en La Pastora.

“A las 6:45 de la tarde le mandé un mensaje a María diciéndole que no iba a llegar a dormir a la casa y le puse: ‘por favor cierra la puerta bien’. El mismo mensaje se lo reboté a Robert, aquí lo tengo, le agregué: ‘Que Dios te bendiga y los santos te cuiden hijo”, contaba mientras se le cortaba la voz cuando pronunciaba la última frase.

El padre de Serra explica que tenía tres meses viviendo en la residencia de su hijo, la casa con el número 120 entre las esquinas de Nazareno y San Fernando, en La Pastora. Se mudó allí por recomendación del propio parlamentario, mientras resolvía una situación personal. “Robert me dijo: ‘vente para la casa papá. Allí hay un cuarto que está vacío”. Era una habitación ubicada en el fondo de la vivienda, en la segunda planta, al igual que la oficina donde fue sorprendido el diputado. Sin embargo, para llegar había que subir por unas escaleras independientes.

Hace 15 días acudió al Cicpc y allí le mostraron tres breves videos de lo ocurrido la noche del crimen. “En unos videos que mostraron en el Cicpc se ve como los hombres también subieron hasta la habitación donde yo dormía. Todos los que estuvieramos ahí ibamos a morir ese día”, señala, no con mucho entusiasmo.

Aunque agradece el estár vivo, no encuentra explicación al terrible destino de su hijo Robert. “Estoy aferrado a eso. Mi familia me dice eso. Yo no estuve ahí ese día porque mi Dios logró salvarme a mí, pero sí le pasaron esas cosas a mi hijo”.

Hace una pausa en la conversación y se repite: “Si Dios es tan grande y logró que yo no estuviera ahí, ¿por qué mi hijo sí?”, se pregunta el padre del diputado, nuevamente con la voz matizada por la tristeza.

Serra trabaja como supervisor en una empresa de consumo masivo y cada 15 días le corresponde visitar la zona de los Valles del Tuy. El día que mataron a su hijo se quedó en un hotel en Charallave porque al día siguiente debía ir a Ocumare.

“No sabía que mi hijo tenía un jefe de escoltas”

El padre de Serra explica que esa visita al Cicpc es el único contacto que ha tenido con la investigación sobre el asesinato de su hijo. “No he querido saber mucho. Me he enterado de algunas cosas por televisión. Sé que me llamaron de la Fiscalía. Yo dije que estaba a la orden, pero casi todos estos días he tenido el teléfono apagado. En el Cicpc me mostraron 3 videos con imagenes muy pequeñas que casi no se veían. Yo ahí no pude identificar a nadie”, dijo.

-¿Usted conocía a Edwin Torres, el escolta que está involucrado en el crimen de su hijo?

-Yo tenía tres meses viviendo en la casa de mi hijo y conocía a casi todos sus escoltas, pero era muy poco lo que yo coincidía con ellos por las mismas actividades de Robert. Las imágenes que recuerdo de quien pudo ser él (Edwin) son confusas. Claro, si estaba actualmente como escolta de Robert tengo que haberlo visto, pero Edwin muy poco me suena.

-Pero dicen que Edwin Torres era el jefe de escoltas de su hijo.

-Yo no sabía que él tenía un jefe de escoltas. Yo no sé. Me entero.

El padre de Serra explica que su hijo tenía aproximadamente 6 escoltas que se turnaban y hacían guardias, según las actividades que tuviera el parlamentario. Cuando describe a su hijo se le aviva la voz nuevamente: “El siempre tenía muchas cosas, cargaba hasta 3 celulares. Siempre tenía reuniones con las comunidades y con la gente. No paraba, era incansable”.

Sin embargo, los escoltas nunca se quedaban en la vivienda del diputado en las noches. Dos de ellos permanecían alerta o en guardia desde sus casas ante cualquier eventualidad.

El día del asesinato de su hijo, el padre de Serra desayunó con María Herrera y la señora que les cocinaba. No vio a Robert. “En la semana casi no coincidíamos. Yo salía antes de que él se levantará y a veces yo llegaba y él todavía no estaba en la casa”, cuenta que por eso no estaba familiarizado con la mayoría de los escoltas de su hijo.

“Robert y María eran como hermanos. Desde que comenzó la actividad política de Robert, estando en la universidad, él andaba con María”. Era con ella con quien el padre del diputado tenía más comunicación.

El respaldo de las cámaras de video estaba en la habitación del diputado

Las imágenes grabadas de noche por las cámaras de la casa del diputado no eran nítidas porque estaba dañada una unidad de corriente que hacía funcionar los vision nocturna para una mejor definición en la oscuridad. “Sabíamos que las cámaras tenían un problema porque hacía 15 días había venido un técnico a revisarlas, pero el repuesto no se conseguía”, dijo Serra.

-¿Además de los equipos de grabación los delincuentes se robaron algo más de la casa?

-Sé que se llevaron el CPU y los dos monitores de las cámaras que estaban grabando la actividad. Esos estaban en el estudio. Pero en el closet del cuarto de Robert estaba el equipo de respaldo.

-¿Usted piensa que el asesinato de su hijo sí fue planificado por paramilitares?

-Eso no lo voy a responder. Prefiero que se aclaren más las cosas. Estoy tratando de curarme y de sanarme del rencor y la rabia que tengo. Pero eso fue planificado.

Antes de finalizar la conversación, el señor Robert Serra, advirtió que no tenía problemas en atender a los periodistas, sin importar su inclinación política o el medio para el que trabajan. Solo pide que no se cambien sus palabras y se dé un tratamiento respetuoso a lo que se publique sobre su la muerte de su hijo, el diputado Robert Serra.