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Un tribunal libio condena a muerte al segundo hijo de Gadafi

SaifalIslam

 

Un tribunal de Libia ha condenado a muerte al segundo hijo del Muamar el Gadafi, Saif al Islam, por la represión violenta cometida durante las revueltas de 2011. Junto a Saif, han sido también condenados otros ocho acusados entre los que se encuentran el ex jefe de los servicios secretos del dictador, Abdullah Senussi y el ex primer ministro libio, Baghdadi al Mahmudi. Los tres fueron acusados, entre otros cargos, de genocidio durante el levantamiento popular contra Gadafi en 2011. Los condenados pueden interponer recurso de apelación.

Saif al Islam ha sido juzgado en rebeldía, toda vez que permanece detenido en Zintan en manos de un grupo de milicianos que se niega a entregarle a las autoridades libias, por lo que ha participado en el proceso judicial por videoconferencia.

El Tribunal Penal Internacional en la Haya había pedido en 2014 la extradición de Saif al Islam Gadafi, acusado de crímenes de lesa humanidad. Varias organizaciones defensoras de los derechos humanos habían expresado el temor de que el hijo de Gadafi no tuviese un juicio justo en Libia.

Saif al Islam, capturado en 2011, y cuyo nombre se traduce como ‘la espada del islam’, fue considerado el heredero del dictador libio y fue la cara mediática durante toda la guerra.

El ‘sucesor’ de Gadafi

Nació en Trípoli el 25 de junio de 1972 y fue designado por su padre como su sucesor al frente de la Yahamiriya, nombre dado por Gadafi a la nueva República en 1977. Educado en Austria, donde estudió Arquitectura, completó su formación en la London School of Economics.

En 2000 su nombre saltó a la esfera internacional al comenzar a actuar como mediador en la liberación de un grupo de rehenes occidentales que la organización terrorista Abu Sayaf mantenía secuestrado en la isla filipina de Jolo.

A partir de este momento inició un papel de mediador en la gestión de conflictos, como el asunto de las indemnizaciones que Trípoli tuvo que abonar en 2003 a los afectados por el atentado de Lockerbie. Esto, unido a su gestión en torno al desmantelamiento del programa nuclear en 2004, permitió el regreso de Libia a la comunidad internacional.

En octubre de 2009 fue propuesto por su padre para ocupar el puesto de coordinador de los comités populares y sociales, el segundo en importancia en el país. Saif el Islam se convirtió así en el heredero político del coronel.

Leopoldo López dice que es un honor ser declarado en rebeldía

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Tras enumerar las irregularidades que se presentarían en su proceso, López reiteró su postura de no presentarse ante el tribunal. «El gobierno me apresa por mis palabras, prohíbe un juicio público y ahora quiere quitarme el derecho de hablar en él. ¿Cuál es el miedo?», indagó.

«Lo ratifico: es un orgullo que un sistema de justicia corrupto, antidemocrático y represor me declare en rebeldía. Volveré a asistir cuando la Corte de Apelaciones decida sobre las resoluciones de la ONU que ordenan mi libertad. Ustedes son los contumaces», recalcó López mediante una nota de prensa del partido Voluntad Popular (VP).

López señaló que seguirá «firme» en su decisión de no presentarse a juicio «hasta tanto la Corte de Apelaciones no acate la decisión de las Naciones Unidas (ONU) que ordena su liberación inmediata y que es de carácter vinculante», explicó.

El dirigente opositor, quien es considerado como un «preso político» por organismos como el Comité de Detenciones Arbitrarias de la ONU, decidió no presentarse ante el tribunal que lleva su caso por considerar que se le ha violentado el debido proceso, el derecho a la defensa y se han incumplido los lapsos procesales.

De igual manera, la defensa de Leopoldo López exigió al poder judicial acatar el llamado del Comité de Detenciones Arbitrarias de la ONU que pidió al Estado venezolano liberar a López por considerar que se han violentado sus derechos.

Ante esto, la jueza Susana Barreiros decidió declarar a López en contumacia (rechazo a acudir al juicio) y continuar con el proceso pese a su ausencia.

Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha calificado a López de «asesino» y «monstruo» que habría orquestado las protestas antigubernamentales del año pasado que se saldaron con 43 muertos, centenares de heridos y miles de detenidos.