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Plan Maduro

Plan Maduro o Viernes Rojo, por Alejandro Grisanti Capriles

Alejandro Grisanti Capriles

Director de Ecoanalítica

El viernes 17 de agosto, los venezolanos quedamos sorprendidos por un conjunto de medidas anunciadas de manera autoritaria por Nicolás Maduro. Resalto el tema autoritario y de confrontación en el anuncio de las medidas, puesto que un aspecto fundamental para que las mismas lleguen a buen término es que se tiene que generar credibilidad y confianza, y la manera como las expuso Maduro, ciertamente no generó ninguna de las dos. Es difícil generar credibilidad si lo que se termina haciendo son anuncios de que vienen anuncios o anuncios incompletos. Si bien nos quedaron más preguntas que respuestas, me gustaría dar mis primeras impresiones al “Plan Maduro”.

Luego de los muchos excesos cometidos durante el período de los altos precios petroleros, donde el gobierno se gastó toda la bonanza y además se endeudó, Nicolás Maduro quiso mantener el exorbitante gasto fiscal a través de la impresión de dinero. Es claro que los gobiernos se vuelven adictos a esta estrategia y Maduro no fue la excepción. Por cada mes que ha pasado Maduro en el poder, se han incrementado los montos de impresión de dinero, lo que se ha traducido en más bolívares detrás del mismo número de bienes y en un alza en precios hasta llegar a una hiperinflación. En palabras del propio Maduro:

“Tuvimos que ir a la emisión de dinero para respaldar las misiones socialistas, la construcción de viviendas, el sistema de bonos, los aumentos bimensuales de salarios.”

El “Plan Maduro” o la propuesta del gobierno para dejar de emitir dinero es un fuerte incremento de los impuestos, sin reducir el gasto y en un ambiente de restricción al financiamiento y de caída de los ingresos petroleros. Es decir, los venezolanos vamos a pagar la gasolina a precios internacionales, vamos a pagar 4 puntos adicionales en IVA, vamos a pagar 1% de las ventas como adelanto del Impuesto Sobre la Renta sin saber si las empresas han producido rentabilidad, vamos a pagar hasta 2% en las transacciones financieras y, por último, vamos a soportar la imposición de una muy fuerte devaluación que lleva la divisa americana a 6 millones de bolívares fuertes[1]. Pero del lado del gobierno, nada. Nicolás Maduro no anuncia una reestructuración del Estado para disminuir el número de ministerios, tampoco dice nada de las 70 empresas del Estado que están en rojo, de los subsidios que solo reciben los que tienen el carnet de la patria[2]Muchos venezolanos no estamos dispuestos a sacarnos el carnet de la Patria, ya que el mismo ha sido utilizado como un mecanismo de movilización electoral para beneficio del partido gobernante.

Nuestros primeros cálculos indican que no se detendrá la Híper-inflación

El primer efecto de los fuertes ajustes propuestos por Maduro es una aceleración de la inflación en las próximas semanas a niveles nunca antes alcanzados, para comenzar a ceder si el Gobierno cumple con lo anunciado y es mucho mas austero en su gasto, cosa que luce muy poco probable. Es decir, el escenario que por ahora luce mas probable, es que los Venezolanos vamos a sufrir de un fuerte incremento de la inflación en las próximas semanas sin los beneficios de la estabilización, ya que no vemos al gobierno manteniendo la disciplina en el gasto de manera de evitar el financiamiento con el Banco Central de Venezuela. Veamos los números.

Como dijimos anteriormente, para detener la inflación es necesario llevar el financiamiento monetario a cero. Es decir que los ingresos mas un sano financiamiento cubran el 100% de los gastos. Los cálculos que hemos hecho en Ecoanalítica es que el déficit fiscal está en el orden de 18.8 puntos del PIB. Es decir, un plan de ajuste que detenga el financiamiento monetario tiene que cerrar la brecha entre ingresos y gastos en alrededor de USD 16 mil millones.

Las medidas propuestas, de llevarse a cabo generarían incremento en los ingresos por 1) USD 6.400 millones si incrementan el precio de la gasolina a precios internacionales y reparten el 25% de esos ingresos en subsidio a la población, 2) USD 2.000 millones por el incremento del Impuesto al Valor Agregado 3) USD 1.000 millones por el Impuesto a las transacciones financieras y 4) USD 800 millones por el adelanto del Impuesto Sobre la Renta. Es decir todas las medidas anunciadas por el lado del ingreso generarían en el mejor de los casos USD 10.200 millones[3]. Pero al mismo tiempo los anuncios generan incremento del gasto en 1) USD 2.000 millones por el incremento del salario Mínimo y la readecuación de todo el sistema salarial del sector público y 2) USD 120 millones por el anuncio del bono solidario. Es decir el incremento neto de ingresos del “plan Maduro” es de USD 8.000 millones o de tan solo la mitad del monto necesario para cerrar la brecha fiscal. Por ende, Maduro volverá a caer en el financiamiento monetario y la Híper-Inflación continuará afectando a los venezolanos.

El “Plan Maduro” es un duro golpe al sector privado.

Como se pueden imaginar, el incremento de los ingresos del gobierno al final se traducen en un incremento en el gasto de las empresas por el pago de Impuestos. Sin embargo, es difícil calcular que proporción del incremento de la gasolina lo van a terminar pagando las empresas y cual el ciudadano común. Si suponemos que un tercio del consumo energético proviene en el transporte de mercancías tenemos que para las empresas el incremento en los gastos sería de 1) USD 3.800 millones por el pago de todos los impuestos (IVA, ISLR, ITF) 2) USD 2.200 millones por el incremento en el precio de la gasolina y 3) USD 4.000 millones por el incremento del salario mínimo, tan solo considerando el sector formal de la economía. Luego de casi 5 años de recesión económica donde se ha perdido casi el 60% de la producción, pedirle un sacrificio al sector privado de USD 10.000 millones, en un ambiente hostil y de alta regulación, luce fuertemente cuestionable, por decir lo menos.

Menos dólares entrarán en la economía.

El fuerte ajuste que impone el “plan Maduro” se podría transformar en expansión, si el gobierno hubiese dejado a un lado el dogmatismo y levantara financiamiento internacional con los multilaterales. Si Venezuela llegase a un plan de estabilización con el Fondo Monetario Internacional, los multilaterales podrían llegar a financiar hasta USD 50.000 millones, con lo que se podría llevar a cabo una expansión del gasto fiscal, que produzca crecimiento y recuperación del poder de compra de los venezolanos.

Si a la falta del financiamiento multilateral le sumamos un colapso en el sector petrolero, con una caída en la producción de mas de 1.600.000 b/d. que hasta ahora no da señal de detenerse, y el incremento de las probabilidades de embargo de muchos de los activos de la nación por causa de la cesación de pagos de la deuda externa, la caída en la oferta de dólares difícilmente podrá estabilizar la moneda, y los venezolanos seguiremos padeciendo de la devaluación de la moneda.

En conclusión, el “plan Maduro” llega tarde, buscando traspasar todo el ajuste en el sector privado, sin capacidad de generar divisas, y sin poder cerrar la brecha fiscal. Expuesto de esta manera, lo que nos viene en Venezuela es un incremento aún mayor en el ritmo de crecimiento en los precios, cierre de empresas y mayor contracción del producto y por ende caída en el poder de compra de todos los venezolanos.

 

@agrisanti

Director de Ecoanalítica

 

 

[1] Para que la devaluación pueda beneficiar al fisco, es necesario que el gobierno venda parte de las divisas que produce el sector petrolero al sector privado. En esto el gobierno esta muy dividido.

[2] Muchos venezolanos no estamos dispuestos a sacarnos el carnet de la Patria, ya que el mismo ha sido utilizado como un mecanismo de movilización electoral para beneficio del partido gobernante.

[3] Diferentes voceros del gobierno han manifestado su reticencia a que el Estado venda parte de sus divisas al sector privado. Si asumimos que el Estado no vende dichas divisas, el incremento de ingresos por devaluación sería cero.