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Buscando soluciones al problema penitenciario

@cnietopalma

Para muchos, el problema penitenciario parece no tener solución. A medida que pasan los años, la situación se agrava, la corrupción aumenta y la indolencia hacia las personas privadas de libertad crece cada día.

Soy de los que piensa que el desastre que se vive en las cárceles y centros de detención preventiva de Venezuela sí tiene solución. Solo falta voluntad política para eliminar el gran negocio que las mismas representan.

Si hay algún sitio donde la corrupción funciona de manera galopante es en el sistema penitenciario venezolano, negocio que produce mejores dividendos mientras peor funcionen estos recintos.

Siempre que toco este tema recuerdo a mi maestro Elio Gómez Grillo, que decía que las cárceles eran un negocio tan productivo como PDVSA, eso por supuesto era antes que la revolución la destruyera.

El artículo 272 de la Constitución plantea soluciones

Indudablemente que la solución al problema penitenciario no es asunto de un día. Llevará tiempo la reconstrucción del devastado sistema penitenciario venezolano; estamos ante un monstruo de mil cabezas, que hay vencer poco a poco. Pero con buena voluntad, un plan realista y un equipo de verdaderos conocedores del tema se puede lograr.

Ya la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada en 1999, nos da un panorama de cómo debe ser nuestro sistema penitenciario en el artículo 272. Este consagra la descentralización del sistema penitenciario, la conducción del mismo por penitenciaristas profesionales con credenciales académicas universitarias, asistencia pospenitenciaria a reclusos liberados, establecer modalidades de privatización y otros puntos importantes, que hasta ahora no han sido tomados en cuenta por el régimen.

Nos adelanta un poco el trabajo legislativo. Igualmente desde 28 de diciembre de 2015 está en vigencia el Código Orgánico Penitenciario, que aunque a mi parecer requiere de unas importantes reformas para adaptarlo a la Constitución Nacional, ya es un avance.

Mafias carcelarias, el peor flagelo

El verdadero problema de nuestro sistema penitenciario, más allá de lo legislativo, que como antes dije, ya está bastante adelantado, lo constituyen las mafias carcelarias que, con la anuencia de la dictadura, se han adueñado de nuestras cárceles y calabozos policiales.

Estas mafias, como siempre he dicho, no está compuesta solo de pranes y su equipo, sino que la forman funcionarios penitenciarios y de los cuerpos encargados de su custodia, bien sea del Ministerio para el Servicio Penitenciario o de los cuerpos policiales en el caso de presos que se encuentran en centros de detención preventiva.

Después de esto, se requiere atacar los principales flagelos que afectan al sistema carcelario venezolano, como son el retardo procesal, el hacinamiento extremo, así como los problemas de salud y desnutrición que viven nuestros reclusos.

A pesar de los planes que han surgido desde el Tribunal Supremo de Justicia y el Ministerio Público, legítimas o no estas instituciones, ninguno ha solucionado el retardo procesal. Aun y cuando no hay cifras oficiales, se calcula que un 70 % de los presos venezolanos no tienen una sentencia definitivamente firme, esto significa que 7 de cada 10 reclusos son presuntamente inocentes al no haberse demostrado su culpabilidad.

Hacinamiento extremo en los calabozos

Por otra parte está el problema del hacinamiento extremo, que convierte los centros de detención preventiva o calabozos policiales en las nuevas cárceles de este siglo. Estos, concebidos en principio como espacios donde los presos deben estar un máximo de 48 horas, devinieron hoy en depósitos de seres humanos, alojando a más del 60 % de la población reclusa venezolana. Solucionar el problema de hacinamiento sería el primer paso para remediar los graves problemas de enfermedades y desnutrición que azotan a nuestros presos.

Comenzando a darle solución a estos problemas, podremos tener un sistema penitenciario que, como dice el artículo 272 de la Constitución nacional, asegure la rehabilitación o reeducación del interno y el respeto a sus derechos humanos.

Instagram: @carlos_nieto_palma

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Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad. Y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Carlos Nieto Palma Jun 19, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Mafias carcelarias en Venezuela

@cnietopalma 

Siempre he pensado que las cárceles venezolanas se han convertido en un problema que pareciera no tener solución. Esto, sin dudas, guarda relación con el gran negocio económico que representan.

Mi maestro Elio Gómez Grillo solía decir que “las cárceles eran un negocio tan productivo como PDVSA (industria petrolera nacional)”. Por supuesto que lo comentaba hace muchos años, cuando era una de las principales industrias petroleras del mundo y no una empresa en quiebra, como lo es en la actualidad.

Aunque muchos no lo crean, las cárceles, y todas las actividades ilícitas que en ellas se producen, no solo es un asunto de pranes (nombre que se les da a los líderes negativos de la población reclusa). Se trata de un negocio en el que participa mucha gente inescrupulosa. Y que integra a funcionarios de todos los niveles del Ministerio para el Servicio Penitenciario y de la Guardia Nacional Bolivariana, entes encargados de la custodia interna y externa de las cárceles, respectivamente.

Para que un negocio de esta magnitud funcione, es necesaria la confluencia de todos los actores que lo integran. Están los presos a través de los pranes, los funcionarios que allí trabajaban y que se encargan de la custodia interna y externa de las cárceles. Y algunos agentes externos, que son de gran apoyo.

Esta trilogía, que yo llamo mafia carcelaria, es necesaria para que el negocio funcione de manera perfecta.

Todos reciben su tajada por los hechos ilícitos que en las cárceles se cometen. Una gran mafia que ha hecho y sigue haciendo millonarios a muchos sujetos que se lucran delinquiendo a través del servicio penitenciario venezolano.

En mi época de estudiante universitario, hace casi cuarenta años atrás, comencé a conocer el sistema penitenciario venezolano. Entonces el negocio era más discreto. Pero igualmente lo había. En ese tiempo me llamaba la atención ver a directores de cárceles, que ganaban unos sueldos miserables, con unos carros que ni con 2 años de su sueldo ahorrados hubieran podido tenerlos. El negocio era otro, estaba más relacionado con la comida, privilegios especiales a algunos presos y otros más sencillos, aunque igual de repugnantes.

Los negocios de las mafias carcelarias cada día van en aumento. Mientras peor funciona un recinto carcelario o un centro de detención preventiva, que son las nuevas cárceles de esta época, más lucrativo resulta el negocio.

Hoy son más lucrativos y realizados sin ningún tipo de escrúpulos. Ni disimulo. La comida sigue siendo un negocio, pero también las drogas, el ingreso de armas, de teléfonos celulares, visitas, prostitución, secuestros y extorsiones planificadas desde las cárceles y pare usted de contar. Todo, con absoluta impunidad y con la conchupancia de todos los integrantes de las mafias.

Las mafias carcelarias han destruido el sistema penitenciario venezolano. Cuando se decida solucionar el grave problema carcelario que vivimos en Venezuela, combatir estos grupos delincuenciales, unos con uniforme y otros sin ellos, será otra de las muchas tareas pendientes a solucionar.

cnietopalma@gmail.com

 

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Iris Varela advirtió aplicarán “severas medidas” contra mafias carcelarias

Varela

La ministra de Servicios Penitenciarios, Iris Varela, se reunión con todos los directores de las 42 cárceles del país en las instalaciones de Uribana

Todos los directores de las 42 cárceles del país sostuvieron ayer una reunión en el Centro Penitenciario “David Viloria”, ubicado en lo que fue la antigua cárcel de Uribana (Lar), reveló una fuente gubernamental.

La reunión fue convocada por la ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, quien informó a través de un comunicado que 12 custodios de Uribana serán presentados ante el Ministerio Público toda vez que confesaron “que estaban traficando armas, teléfonos y droga con los privados”.

Respecto al encuentro con los directores de cárceles, trascendió que el propósito fue advertirles sobre el cumplimiento de las medidas necesarias para evitar que “las mafias infiltren a los penales del país”, explicó el informante.

Dicha advertencia se origina en los hechos violentos ocurridos en el David Viloria el lunes 24 de noviembre. Ese día un grupo de custodios al parecer le abrió las puertas a los privados de libertad de los módulos 7 y 8, donde están recluidos los de mayor peligrosidad, y les dijeron que salieran a protestar contra el director del penal. Las primeras investigaciones indican que esa acción de los custodios se debió a que un comisionado de la ministra Varela descubrió las presuntas irregularidades cometidas por ellos, como otorgarles privilegios a ciertos presos que cancelaban una cuota, alquilarles celulares y permitir el ingreso de droga, entre otros.

En medio de esa revuelta, un grupo de presos destrozó las áreas administrativas y de enfermería. En este último sitio aprovecharon para preparar un coctel con anestesia, alcohol absoluto y otros fármacos, que causó la muerte de 41 reclusos.

En la reunión con los directores de las cárceles, Varela expuso tal situación y les alertó que tomará “severas medidas” contra los funcionarios (custodios o directores) que permitan el ingreso de celulares, drogas u otros objetos prohibidos. Les alertó sobre factores externos interesados en alborotar las cárceles, indicó la fuente.

Por ello les recordó que el Ministerio Penitenciario debe velar por el diseño y la ejecución de “políticas que garanticen la seguridad y custodia de los procesados y penados, adolescentes en conflicto con la ley penal, con estricto apego a los derechos humanos”.