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#MonitorDeVíctimas | Mueren dos jóvenes durante protestas en Las Adjuntas y San Agustín
Las FAES y la GNB son los presuntos victimarios de los jóvenes de 25 y 19 años

 

@loremelendez

EL CADÁVER DE FRANK DAVID CORREA GUTIÉRREZ, de 25 años, estaba la mañana del jueves, 24 de enero, envuelto en una sábana en la entrada de uno de los edificios de las residencias Hornos de Cal, en San Agustín del Sur, al oeste de Caracas. Le habían dejado una inscripción en el suelo: «Otro crimen de Maduro y sus esbirros». Según testigos, fuerzas de seguridad del Estado le dispararon durante una protesta que empezó en la noche del 23 de enero y culminó en la madrugada.

Correa Gutiérrez es, junto a Nick Samuel Oropeza, una de las dos últimas víctimas que han caído en Caracas durante las manifestaciones espontáneas contra Nicolás Maduro. Ambos murieron horas después de que Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se juramentara como Presidente encargado de la República durante una multitudinaria marcha que culminó en Chacao, en el área metropolitana de la capital venezolana, y que se replicó en 52 ciudades y pueblos del país.

Al caer la noche, las protestas se iniciaron en varias zonas populares de Caracas. En San Agustín, según los vecinos, todo comenzó alrededor de las 8:00 pm y continuó hasta la madrugada. Correa Gutiérrez, quien era mecánico, salió de la calle La Yerbera, donde vivía en una pensión, a comprar una botella de alcohol. En el camino, funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales lo sorprendieron y señalaron como un «guarimbero».

La víctima salió corriendo a refugiarse en la torre B de Hornos de Cal. Los uniformados lo persiguieron hasta allí mientras huía. Su cuerpo quedó boca abajo con un tiro en la espalda.

Correa Gutiérrez era mecánico automotriz y trabajaba en un taller de la zona. Nació en Caja Seca, estado Zulia, donde viven sus dos hijos. Llevaba 5 años viviendo en Caracas con una pareja que hace poco emigró.

«El FAES nos arrolló anoche», reclamó Édgar Palacios, un vecino de la zona que reclamó que ese cuerpo de seguridad entra a diario en los barrios a asesinar a sus habitantes.

A más de 15 kilómetros, en Las Adjuntas, al suroeste de Caracas, el joven Nick Samuel Oropeza, de 19 años, murió en otra protesta por disparos de la Guardia Nacional. El hecho ocurrió alrededor de las 10:00 pm, cerca del comando de ese cuerpo militar, mientras la víctima participaba en una manifestación.

El muchacho, que estudiaba quinto año de bachillerato en el Liceo Juan Lovera, recibió varios disparos. Uno le perforó el pulmón. Cuando cayó, sus compañeros lo llevaron a un Centro de Diagnóstico Integral cercano y luego al Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño, pero no sobrevivió. Una bala le perforó un pulmón.

Oropeza vivía en el boulevard Santa Cruz de Las Adjuntas. Lo conocían sus vecinos como un jugador de fútbol de la zona.

Con las muertes de Oropeza y Correa Gutiérrez ya son seis las personas que han caído durante las manifestaciones en Caracas. Las otras víctimas murieron en Cotiza, El Junquito y Catia.