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Reuben Morales Jun 11, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Las gracias de dar gracias

@ReubenMoralesYa

¿Quiere saber el secreto del éxito? Ya le digo. No es estudiar. Tampoco es tener buen olfato para los negocios. El verdadero secreto del éxito hoy en día es “ser agradecido”. Según dicen, si solo das gracias por todo lo que te sucede y rodea, te llenarás de lujos, parejas hermosas y mucho relax. Yo de hecho lo puse a prueba y les quiero contar.

El experimento comenzó cuando esperaba el ascensor para salir a hacer unas diligencias y nada que llegaba. Cuando comencé a desesperarme, porque tenía cinco minutos sin llegar, recordé: “Hay que ser agradecido”.

Entonces di gracias por tener ascensor. Pudiese estar bajando escaleras todos los días y dañándome las rodillas, ¡pero no! Tengo ascensor. Además, el ascensor me permite ver gente y socializar. Y tras tanto agradecer saben qué pasó. Inmediatamente se abrió la puerta del ascensor y adentró había dos vecinos.

Me monté y dije “¡Buenos días!”. Nadie respondió. Pensé en darles un regaño a los dos, pero recordé: “Hay que ser agradecido”. Entonces di gracias por tener vecinos. Ciertamente pude haber nacido esquimal y vivir en medio del Ártico sin nada ni nadie alrededor, pero no. Al menos tenía gente que me veía mal y como sabemos: “Malos ojos son cariño”.

Cuando llegué a la entrada del edificio, abrí la puerta, salí a la calle y de inmediato pisé algo pastoso en medio del concreto. Cuando vi: un bello presente de un perro. Me sentí tentado a mentarle la madre al perro y a su dueño, pero mi mente rápidamente disparó: “¡Hay que ser agradecido!”. Y en ese momento di gracias por haber pisado eso. Ahora me vería obligado a lavar los zapatos que hace un año no lavaba. Además de que me ayudaría a contribuir con el ciclo de la vida, pues acto seguido restregué el zapato contra un jardincito que había cerca. Así le di abono a esas plantas para que siguieran transformando el dióxido de carbono en oxígeno y gracias a eso me convertí, sin querer, en un activista anticalentamiento global.

Luego de limpiarme, seguí caminando hacia la parada de los autobuses y de repente pasó un carro a toda velocidad por un charco de agua y me bañó. No me aguanté y con toda mi rabia le grité: “¡HAY QUE SER AGRADECIDO!”. Claro, él no lo sabía, pero con esa ducha de agua empozada me estaba llenando de anticuerpos que me ahorrarían unos gastos en medicinas y hasta una consulta con el médico. ¡Gracias, carro!

En este estado, pues no me quedó más que devolverme a la casa. Caminé hacia el edificio y apenas crucé la puerta, el vigilante me gritó: “¡No te me vayas a montar en el ascensor así!”. ¡Qué fortuna! Hay que ser agradecido de contar con alguien que vela por la seguridad y el orden del edificio, ¿no? Además, ahora tendría que subir hasta mi apartamento por la escalera y quemar calorías. ¡Gracias, vigilante!

Tras subir diecisiete pisos, llegué a mi apartamento. Metí la llave en la cerradura y cuando la giré, ¡plac!… se partió. Me quedé afuera y ahora no tenía cómo entrar. ¡Gracias, llave! Hay que ser agradecido. Venía con un ritmo de estrés agotador y ahora gracias a ti, tendría un rato a solas y de paz frente a la puerta de mi apartamento. ¡Gracias!

Fue tan pacífico el momento, que me quedé dormido contra la puerta de mi apartamento. Sin embargo, de repente sentí que me despertaban. Abrí los ojos y cuál sería mi sorpresa. La vecina de al lado, la millonaria que está buenísima, quería saber qué me había pasado. Le conté lo de la llave y me dijo: “¡No, vale! Despreocúpate. Pasa la noche en mi casa y ya mañana llamamos a un cerrajero”. ¡Dios mío, gracias! ¡No sabes cuánto había esperado este momento! La vecina me prestó ropa, me bañé en su baño, me compró una pizza y me invitó a ver una película… (¡en su cuarto!).

¿Ven lo que les digo? ¡Es verdad! Hay que ser agradecido. Las cosas no son casualidad. Son causalidad. Gracias a este hermoso día, encontré el verdadero secreto del éxito. Ahora estoy rodeado de los lujos de mi vecina, viendo películas en su cama y créanme… con muuuuucho relax.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

No debemos convertir la gratitud en un ‘commodity’ corporativo sin valor por Luis E. Romero

Gratitud

 

En las palabras de William Arthur Ward, “Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no entregarlo”. En este sentido, la gratitud es la expresión sincera de agradecimiento a todos aquellos con quienes compartimos nuestras vidas por su compañía y apoyo.

En mi condición de perfeccionista en proceso de recuperación, he tenido que trabajar en mi capacidad de ser agradecido. Los perfeccionistas sufren de lo que yo llamo el Síndrome de Compulsión por el Desempeño, que tiene sus raíces en el hábito de enfocarse en lo negativo para arreglarlo. Aunque esta actitud tiene efectos positivos iniciales en nuestra capacidad de lograr nuestros objetivos, tiene efectos negativos a largo plazo en nuestra capacidad de pensar creativamente, resolver problemas complejos y alcanzar el éxito sostenible.

Con base en lo anterior, he desarrollado un método sencillo de cinco pasos para ayudarme a mí mismo a conectarme con los aspectos positivos de mi vida. Este método no sólo me ha ayudado a sentir y expresar agradecimiento, sino que también ha ayudado a muchos de mis clientes de coaching a hacer lo mismo. El método es el siguiente:

  1. Haz un inventario de tus bendiciones actuales y pasadas (salud mental, salud física, cónyuge, hijos, padres, hermanos, amigos, posesiones materiales, etc.).
  2. Recuerda las cadenas de acontecimientos que han llevado a las bendiciones de las que hoy gozas.
  3. Recuerda a cada persona que haya contribuido positivamente en tu vida.
  4. Reconoce las virtudes que posees (paciencia, voluntad de trabajo, empatía, amor, humildad, etc.) que han sido cruciales para que cuentes con dichas bendiciones.
  5. Reconoce la existencia de lo inexplicable. Al pasar por este ejercicio, te darás cuenta de que muchas de tus bendiciones tienen orígenes muy claros. Sin embargo, inevitablemente también llegarás a la conclusión de que muchas otras son, en última instancia, milagros inexplicables.

Después de completar este ejercicio por primera vez, es muy posible que sientas una gratitud casi abrumadora. También es posible que te den ganas de llorar por la felicidad repentina que te embargará. De hecho, lo mismo puede ocurrirle a aquellos a quienes les manifiestes tu gratitud. Esto se debe a que la misma introduce un cambio fundamental en nuestra visión de mundo. En particular, la gratitud puede tener efectos casi mágicos en el trabajo, razón por la que los líderes deben tomarla muy en serio.

La gratitud y el liderazgo

Hay dos formas principales de expresar gratitud en el trabajo. Por un lado, se puede expresar de manera informal a través de la cortesía diaria y gestos apreciativos con los compañeros de equipo, clientes, etc. Por otro lado, se puede expresar formalmente a través de programas de reconocimiento a los empleados. Los líderes organizacionales son responsables de promover ambas formas de gratitud, ya que ambas tienen consecuencias positivas en la cultura organizacional, el ambiente de trabajo y el rendimiento del negocio. Sin embargo, a continuación nos enfocaremos en los programas de reconocimiento a los empleados dada su visibilidad.

Un estudio realizado por Bersin & Associates en 2012 muestra que las organizaciones cuyos líderes se involucran frecuentemente en programas de reconocimiento laboral tienen 12 veces más probabilidades de lograr y superar sus objetivos de negocio. Este es un hallazgo muy lógico ya que la gratitud también se ha vinculado científicamente con mejor salud, mayor espiritualidad y mayor felicidad, todo lo cual impacta positivamente el entusiasmo, el compromiso y el trabajo en equipo. Sin embargo, el reconocimiento a los empleados es un tema delicado y debe ser tratado con madurez y profesionalismo. Interpretaciones engañosas de la gratitud y el reconocimiento pueden fomentar una cultura de conformidad y, ultimadamente, de mediocridad.

El énfasis actual en los programas de reconocimiento laboral ha introducido desafíos específicos. Por ejemplo, hoy día vemos cómo muchas personas tratan de justificar su mediocridad, negligencia y absoluto desinterés por la excelencia apelando a una supuesta «falta de reconocimiento» por parte de los líderes de la empresa. Otros esperan ser felicitados por tareas básicas y poco desafiantes como la puntualidad, la entrega oportuna de asignaciones o el no ausentarse del trabajo. Algunos otros optan por mostrar agradecimiento compulsivamente a todo el mundo en un extraño intento de evitar ser criticados por su pobre desempeño. Demás está decir que todas estas distorsiones causan un ruido organizacional tremendo y tienen efectos negativos en la cultura, el clima y los resultados del negocio.

Los programas de reconocimiento a los empleados deben basarse en la meritocracia; no en la auto-titulación ni los delirios de grandeza ni las expectativas infundadas de algunos colaboradores. La gratitud es una forma sublime y poderosa de relacionamiento. Algunos dirían, incluso, que es una de las mayores virtudes humanas. Por lo tanto, no debemos devaluar la gratitud en el trabajo convirtiendo los programas de reconocimiento a los empleados en una mercancía corporativa sin valor sólo para evitar las quejas de algunos facilistas y aprovechadores.

En mi propio proceso de desarrollo personal, he aprendido que el poder y la belleza de la gratitud provienen del hecho de que la sentimos cuando alguien ha marcado una diferencia positiva en nuestras vidas. Por lo tanto, si manifestamos gratitud indiscriminadamente a todo el mundo, incluso a aquellos que no marcan diferencia alguna, entonces la estaremos convirtiendo en un gesto inútil. Especialmente en el trabajo debemos recordar que, si bien la cortesía se la debemos a todos, el reconocimiento se lo debemos a aquellos que marcan la diferencia.

¿Qué opinas?

¿Hay pensamientos o sentimientos que disminuyen tu capacidad de ser agradecido? ¿Qué te provoca la mayor gratitud en tu vida? ¿Cómo mejora la gratitud tus habilidades de liderazgo? ¿Cuáles son los errores más comunes que llevan a algunas personas a abusar de la noción de gratitud para justificar la mediocridad? ¿Hay algún programa de reconocimiento de empleados en tu lugar de trabajo? De ser así, ¿está dicho programa basado en el mérito? ¿Cómo se sienten los empleados después de ser reconocidos públicamente como resultado de dicho programa?

@LuisRomeroINTL

*Artículo publicado originalmente en inglés en Forbes aquí. Artículo también disponible en el sitio web de Luis E. Romero aquí.