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¿Democracia con hambre? Por Antonio José Monagas

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Desde que los griegos comenzaron a hablar de política en el siglo IV (aC), preocupados por organizar la sociedad para concienciar sus derechos y el cultivo de valores morales de categórica necesidad, el concepto de democracia empezó a arraigarse no sólo en el pensamiento de la gente. También, en el orgullo del absolutismo de gobernantes dominados por la rapacidad. Aunque su concepción degeneró por la ambición desmedida de quienes no alcanzaron a comprender que gobernar no es un problema de naturaleza únicamente fáctica. También es de carácter moralizador. Platón explicaba que “donde el mando es codiciado y disputado, no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia”.

Que la democracia en sus inicios, se haya topado con conflictos incitados por la premura de la cual se ha valido el hombre para alcanzar sus propósitos, no significaba otra cosa distinta de la zozobra que produjo entre quienes presumían que gobernar era un asunto de imposiciones. O que coartando las libertades, podía llegarse a resultados más acordes con el manejo más inmediato de las contradicciones que movilizan al hombre en su ámbito político, económico y social. Nada más alejado de tales presunciones. Sin embargo, con el discurrir de los tiempos, sobre todo de tiempos caracterizados por enfrentamientos por causa del poder político y económico, fue transfigurándose el concepto y praxis de la democracia.

Hoy día, la democracia no sólo llegó a remozarse en sus más internos fueros. También, con su excusa, se pervirtió logrando que en su nombre se cometieran los más atroces desatinos. No sólo de índole humanitario. Igualmente, de fondo moral toda vez que la corrupción consiguió en su recorrido el discurso, las oportunidades y los pretextos para transgredir sus fundamentos de manera sigilosa y encubierta. El caso Venezuela, es el ejemplo más patético, aunque desvergonzado, del cual se tenga razón para escribir otra historia. Una historia inducida por antivalores. Una historia discordante ante la que describe cómo se forjó la independencia a partir de la cual se fecundó a Venezuela el 5 de julio de 1811.

Dos siglos luego, la tragedia embargó al país convirtiéndolo en receptáculo de inquinas. De animosidades que, desde los cenáculos del poder político, lograron fracturarla en partes de difícil reconciliación. Tanto así, que las nuevas realidades que el socialismo del siglo XXI inoculó, sirvieron para trastocar y hasta borrar el temperamento que siempre caracterizó al venezolano tradicional. O sea, su condescendencia, hospitalidad, solidaridad y sencillez.

Ante todo esto, el país se extravió al dilapidar el régimen bolivariano no sólo recursos financieros en manos furtivas y en promesas incumplidas. También, lo mejor de lo que cualquier sociedad puede preciarse: su talento humano, sus capacidades y potencialidades cognoscitivas. Ahora Venezuela ha comenzado a vivir en un plano de oscuridad desde cuyo centro podría vaticinarse un furioso retroceso que lleve al país a vivir situaciones inconmensurables respecto de los adelantos económicos y políticos de naciones aledañas, Naciones éstas que en otrora se valieron de las utilidades del negocio petrolero venezolano y del populismo que ello convalidó, para subsistir y crecer entre las dificultades que incita el desarrollo.

La gobernabilidad del país, entendida como el equilibrio que debe concebirse entre las demandas de la sociedad y la capacidad de respuesta del sistema político imperante, fue ignorada. O poco o nada fue entendida y atendida. Muy lejos de tan especificas intenciones, con el cuento de la revolución “pacífica pero armada”, el gobierno concentró atención y recursos a la elaboración de una estrategia de poder cuyos escarceos apenas se tradujeron en fríos planes socialistas, programas bolivarianos y propuestas revolucionarias. Así, descuidó la estrategia de orden que requería el hecho de asumir la responsabilidad de gobernar. Por tanto, la oferta electoral y el discurso político se transformaron en desnudas promesas y letra muerta que incitó la indignación que hoy vive la sociedad venezolana. Así que frente a tantas contradicciones encubiertas, es absurdo seguir convocando a un pueblo a apoyar un régimen para el cual la acepción de democracia fue reducida a ilusorias realidades. ¿O acaso es posible gobernar un país obligándolo a soportar hondas penurias disfrazadas de falsas libertades y escuetos derechos?. Es decir, padeciendo de una ¿democracia con hambre?

Ángel Medina: El peor enemigo de Venezuela no se encuentra fuera sino en Miraflores

PJ

El Gobierno ha despilfarrado el dinero del pueblo

El diputado a la Asamblea Nacional y dirigente de Primero Justicia, Ángel Medina afirmó, este martes, que el peor enemigo del país no se encuentra fuera de Venezuela sino que se encuentra en Miraflores.

En rueda de prensa, el parlamentario sostuvo que esto se debe a que el bloqueo económico que existe hacia nuestro país es el bloqueo mental de quienes se encuentran en el poder: “El bloqueo mental del Gobierno no les permite reconocer que existe un modelo económico y que se ha tratado de instaurar en los últimos años, ha fracasado. Si no buscamos un nuevo modelo económico seguiremos padeciendo del vaivén que significa vivir exclusivamente de la renta petrolera”.

Medina reiteró que los precios del petróleo llevan 13 semanas consecutivas  cayendo excesivamente. Una caída que efectivamente esta significando un duro golpe para todos los venezolanos: “Es mentira lo que han dicho los personeros del gobierno que si aquí el petróleo llega a 0 igual seguiremos viviendo bien porque la gran verdad es que no estamos viviendo bien con el petróleo a 100 y viviremos peor si el petróleo sigue bajando”.

El dirigente de la tolda amarilla expresó que en los últimos 15 años el gobierno no ha hecho absolutamente nada para dejar de depender tanto de la industria petrolera nacional: “desde Primero Justicia queremos dejar muy claro que la última década en ese país en lugar de ahorrar  despilfarraron la plata, en vez de promover la supuesta integración latinoamericana compraron lealtades con la petro-chequera venezolana, en lugar de incentivar la producción nacional expropiaron a diestra y siniestra destruyendo todo el aparato productivo nacional”.

“Hoy queremos alertar al país de que cada vez que siga bajando un dólar en el precio del petróleo, los venezolanos padeceremos las consecuencias con mas inflación y desabastecimiento. El bloqueo no es financiero el  bloqueo es metal de quienes están en el poder, el bloqueo efectivamente se provoca cuando no se entiende que hay que tomar medidas para cambiar la realidad que vive el pueblo. Venezuela tiene de reserva 21 mil millones de dólares de los cuales el 80% está en oro y no en efectivo”.

El diputado señaló que el pueblo no ha tenido unas navidades felices: “Desde el Gobierno prometieron que todos los venezolanos tendrían unas navidades felices, pero lo que hoy estamos viendo es una navidad de mayor escasez, mayor inflación, una navidad donde no se consigue absolutamente nada y los venezolanos tienen que escoger entre si se comen la hallaca o se compran los estrenos y esta no es una navidad feliz”.

Finalmente, Medina manifestó que este tipo de cosas tienen que cambiar, y cambiarán cuando en el año 2015 ganemos las elecciones parlamentarias, le daremos al pueblo una nueva esperanza y una nueva oportunidad para vivir en un país mejor”.