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Consulado de Venezuela en París

Adrián Solano o la improvisación como carta de presentación de un país

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¿De dónde salió Adrián Solano? ¿Quién es ese atleta que desde hace dos días se mantiene como tendencia en las redes sociales? Solano es un maracayero de 22 años que antes del singular episodio de esta semana en el Mundial de Ski Nórdico de Lathi en Finlandia era un total desconocido en el mundo del deporte venezolano y más en las disciplinas de invierno. De hecho el propio Solano reconoció que jamás había visto la nieve hasta hace poco.

Nació en octubre de 1994 y en sus redes sociales expone que estudió en el colegio Trinocelis Ríos de Palo Negro y posteriormente en la UNEFA, se define como chavista, tiene fotos con el doble de «El Ché» Guevara, en la tribuna de oradores de la Asamblea Nacional, en la playa portando banderas LGBT y hasta con uniforme militar y un fusil. Una especie del «Zelig» de Woody Allen, ese que aparecía haciendo de todo.

Solano, perteneciente al club Ski Alliance y cuyo entrenador es el también esquiador César Baena, llegó a la cita mundialista de la única forma en que alguien con sus condiciones podía arribar: por una invitación.

Solano cayó en desgracia en días recientes al protagonizar uno de los peores performances deportivos en la nieve según medios internacionales como la BBC, CNN y la RAI italiana. Desde su salida en la prueba de sprint libre de 1,6 kilómetros parecía como si le hubiesen puesto unos esquíes al inspector Clouseau de «La Pantera Rosa», echaba hacia atrás para no perder el equilibrio, se cayó varias veces, quebró un bastón y por supuesto llegó de último en su eliminatoria y fue eliminado. “Se trata de la primera vez que ayudo a un esquiador a ajustar sus bastones”, señaló el director del Campeonato del Mundo, Jussi Prykari.

Pero no solo Solano tuvo un amargo papel en el sprint, sus compañeros venezolanos César Baena, Bernardo  y Donato Agostinelli, ocuparon los puestos 148, 151 y 155, respectivamente, entre 156 competidores.

“Es la primera vez que vi la nieve y fue superemocionante”, declaró Solano a la agencia AFP. “Es una experiencia inolvidable que abre las puertas de mundo nuevo”, prosiguió. «Aunque no conocía la nieve y no tuve la oportunidad de entrenar, aquí estoy dando lo mejor», explicó a través de su cuenta de Instagram. «Bueno, los más grandes un día cayeron como yo, pero se levantaron y siguieron luchando. Yo no pretendo ser la excepción».

El desempeño de Solano hizo recordar al equipo jamaiquino de bobsleigh en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988, episodio inmortalizado en el cine con la película «Jamaica Bajo Cero» y al nadador de Guinea Ecuatorial, Eric “La anguila” Moussambani en los Olímpicos de Sídney 2002. Los atletas caribeños fueron los primeros jamaiquinos en participar en una competencia con nieve, mientras que Moussambani adquirió notoriedad por tardar 1 minuto 52,72 segundos en una eliminatoria de la prueba de 100 metros libres, más del doble que sus competidores.

La otra odisea de Solano

Solano no solo pasó a la historia por su inolvidable carrera a miles de kilómetros de su natal Maracay, el atleta fue deportado de Francia en un intento por llegar a Suecia para entrenar en enero de este año. «Cuando llegué a París, el 19 de enero, expliqué que iba a Suecia a entrenar. No creían que yo practicara esquí en Venezuela», explicó a AFP. Y los oficiales de inmigración galos tenían algo de razón, Adrián entrenaba a medias, porque en vez de esquíes para nieve usaba patines.

«Por mi forma de vestir, mi cara o mis facciones me discriminaron, solo tenía 28 euros y los policías me acusaron de que iba a emigrar porque la estaba pasando mal en mi país», alegó. “La policía se rió de él, le aseguraron que el esquí en Venezuela no existe”, salió al paso Baena.

Solano la pasó mal, estuvo detenido y su entrenador debió pedir ayuda oficial para sortear el apuro. A través del Consulado de Venezuela en París consiguió un pasaje de regreso. “Perdí un mes de práctica en nieve”, se lamentó.

 

No sabrá esquiar, pero Solano es empecinado y volvió a montarse en un avión con destino a Europa, quién sabe de dónde sacó los fondos. “En la vida no puedes tenerlo todo, los franceses no tienen la culpa, pero al equipo de policías que no creyó en mi historia le digo: Adrián Solano llegó a Finlandia y compitió”, indicó. El impasse entre Solano e inmigración casi causa una ruptura de relaciones entre los gobiernos de Venezuela y Francia, la administración de Nicolás Maduro elevó una nota de protesta a través de la Cancillería. Apenas esta semana Delcy Rodríguez, sostuvo una reunión con el embajador de Francia en el país, Frédéric Desagneaux, para aclarar el tema de la supuesta discriminación de la que fue víctima el esquiador. “El embajador francés realizó las aclaratorias correspondientes, esclareciendo los procedimientos y ratificando el respeto por el pueblo venezolano así como el buen ánimo que anima las relaciones entre ambos países”, se desprende de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.  

En el país donde todo el mundo opina de cualquier tópico y de seguro ya hay varios expertos en competencias de invierno, hasta el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, se refirió a Solano y su incidente «jocoso».

Al parecer Solano no se dará por vencido, las burlas dentro y fuera de Venezuela no parecen hacerle mella porque desde ya anda gestionando su participación en los Juegos Olímpicos de Invierno del año entrante ¿De dónde sacará los recursos? No tenemos la respuesta. Lo cierto es que debe ser alguna entidad que confíe plenamente en que tendrá una mejor figuración y se preparará a conciencia.