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Chuck Hagel

Con la salida de Chuck Hagel, Obama inicia un revolcón

Obama

 

La historia oficial, tal como la presentó el presidente Barack Obama este lunes, es que la renuncia de su Secretario de Defensa Chuck Hagel fue un acuerdo mutuo en vista de los nuevos retos en política exterior que enfrenta Estados Unidos.

La extraoficial, y probablemente más cerca a la realidad, es que Obama le cortó la cabeza para aplacar las múltiples críticas que han surgido en el último año por el manejo que se le ha dado a la lucha contra el terrorismo, particularmente el ascenso del grupo extremista Estado Islámico (EI) en Irak y Siria.

Múltiples fuentes consultadas por este diario y otras citadas por los principales diarios y cadenas de noticias de EE.UU. sostienen que la salida de Hagel es un primer paso en una especie de remezón planeado por Obama para darle una nueva dinámica a su política exterior y al aparato de seguridad nacional.

Como se recuerda Obama fue duramente cuestionado hace algunos meses por minimizar la amenaza que planteaba el EI, hoy día en control de grandes territorios en estos dos países.

El Presidente, de hecho, dijo en algún momento no contar con una estrategia para enfrentar al grupo. Semanas después, Obama autorizaba el bombardeo de sus posiciones en Irak y Siria y ordenaba el regreso de miles de militares a Bagdad pese a reclamar como gran logro de su gobierno el haber culminado con la presencia estadounidense en este país.

Hagel, exsenador por el estado de Nebraska, no lleva ni dos años en el cargo y había manifestado en múltiples entrevistas que deseaba permanecer hasta el final del segundo periodo de Obama que culmina en enero del 2017.
Al interior de la administración Obama había

En su partida mucho jugó también la contundente derrota que le propinaron los republicanos a los demócratas en las elecciones legislativas del pasado 4 de noviembre y en las que pesó el manejo de la seguridad nacional.

Aunque Hagel es republicano (el único funcionario de alto rango en la administración Obama), no era considerado un halcón. Por el contrario, siempre se mostró partidario de acabar con las guerra de Irak y Afganistán y fue esa una delas razones por las que Obama lo nominó a su cargo.

«Cuando Chuck llegó a este cargo estábamos en una especie de transición, con reducción de tropas en Irak y reducción del presupuesto de defensa. Su rol en esto ha sido excepcional pero hace algunas semanas nos reunimos para discutir el último tramo de mi presidencia y el concluyó que este era un buen momento para partir. Se que no fue una decisión fácil», dijo el presidente al anunciar oficialmente que aceptaba la renuncia del funcionario.

Desde su llegada al Pentágono en febrero de 2013, el ex senador asumió un bajo perfil y cedió el protagonismo en los temas de seguridad nacional a los secretarios de Estado (primero Hillary Clinton y luego John Kerry), y al jefe de las Fuerzas Armadas, general Martin Dempsey.

En gran parte ese discreto rol fue consecuencia de su proceso de confirmación en el Senado donde hasta los miembros de su mismo partido se opusieron al nombramiento.

Los republicanos, especialmente los pro Israel, nunca le perdonaron su posición pacifista frente a Irán. Así mismo, que considerara ‘inflado’ el presupuesto del Pentágono y abogará por profundos recortes en el aparato militar.

Al final solo 4 miembros del partido republicano lo respaldaron dando los votes justos para lograr la confirmación.

«Al interior de la administración Obama había molestia por que Hagel no defendía la posición de la Casa Blanca en el Pentágono y por que permitía que otras voces,como el general Dempsey, mandaran la parada. Al mismo tiempo Hagel no estaba de acuerdo con el despliegue de nuevas fuerzas en Afganistán e Irak. En suma, la relación no estaba funcionando», explica Melvin Goodman, profesor en la Universidad de John Hopkins.

Hagel permanecerá en el cargo hasta que Obama anuncie a su sucesor y este sea confirmado por el Senado. Pero desde ya suenan varios nombres. Entre ellos, la ex Sub Secretaria de Defensa para asuntos Políticos, Michèle Flournoy, el ex secretario de Defensa Diputado Ash Carter y el Senador por el estado de Rhode Island, Jack Reed.