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Cheverito

Los Runrunes de Bocaranda hoy 09.07.2015
ALTO
GUYANA:

La improvisación e irresponsabilidad con la que el régimen se tomó el tema de Guyana, con el original Decreto 1787 del 26/5/15, para tratar de distraernos de las diarias calamidades -desde la criminalidad hasta el desabastecimiento y las colas- tuvo tal efecto negativo entre los vecinos territoriales y acuáticos que tan solo once días después  tuvieron que modificar algunas coordenadas de sus erradas pretensiones. Tras esas dos versiones del mismo decreto, el efecto bumerán siguió arropando al gobierno de tal forma que tuvo el propio Maduro que recular, al final de su arenga patriotera, ante el descalabro que para nuestros justos reclamos produjo la torpeza de la cancillería y sus asesores ¿militares?.  Ya el diplomático, experto en el tema pues ha participado en comisiones delimitadoras, Emilio Figueredo escribía en Analítica.com: «En todo caso sea cual fuere la intención detrás del decreto lo cierto es que pone en dificultad la política exterior de nuestro país al aparecer, justificadamente o no, como violador de las normas del derecho internacional aplicables  a la delimitación de áreas  marinas y submarinas entre Estados vecinos y que poseen espacios marinos comunes que deben ser resueltos a través de la negociación bilateral o en su defecto por un arbitraje internacional o por la Corte Internacional de Justicia. Llevar los asuntos pendientes de soberanía solo al campo de los mares olvidando los múltiples asuntos no resueltos en materia de demarcación, de cuencas hidrográficas compartidas, y de concesiones y explotaciones de recursos naturales efectuados en zonas bajo reclamación es lo menos que pueda decirse, una hipocresía».

Cuando el presidente Juan Manuel Santos felicita el uso de la diplomacia para lograr el cambio de las coordenadas y la canciller Holguín introduce la discusión sobre el Golfo de Venezuela podemos advertir que -lamentablemente por el «gaffe» de nuestra cancillería- se vuelve a «golfizar» el tema que el propio Chávez había «desgolfizado» en los encuentros con los presidentes Pastrana, Uribe y Santos. La creencia chavista (Fidel dixit) en que con la ayuda de PetroCaribe los votos todos de Caricom estarían prestos a cualquier pedido de Venezuela -como fueron para buscarle el puesto en el Consejo de Seguridad en la ONU o para apoyarlo en la OEA o la CELAC- se derrumbó cuando vieron «carajeado» a uno de sus miembros. La estupidez venezolana de echarle la culpa de todo a la EXXON-Mobil (¿aún rabiosos porque le ganó una demanda mil millonaria a la roja Pdvsa defendida por una familia rojita?) como si en el negocio guyanés no estuviera Nexen Petroleum Guyana Limited, propiedad de China National Offshore Corporation (CNOOC), socia de PDVSA en la Faja del Orinoco y en el proyecto de gas costa afuera Mariscal de Ayacucho, como aquí lo escribimos el 11/6/15 y lo detallamos en profundidad en www.runrun.es, es otra hipocresía.

Acostumbrado Maduro y su régimen a elucubrar y acusar sin pruebas a tantos venezolanos de cualquier cosa que no les convenga hacerlo con el presidente de Guyana como «pagado por la Exxon-Mobil» es un costoso atrevimiento. Con que solo cuenten que durante sus seis años de canciller y sus dos de presidente les dejó hacer lo que Chávez concertó en La Habana con Fidel Castro y Bharrat Jagdeo  en 2006 al congelar el diferendo, sin mencionar el petróleo «vendido a futuro», ya será suficiente para que se le caiga la pregunta lanzada el lunes sobre si tiene o no la fuerza el presidente David Granger para dividir al Caribe. Ya está dividido en dos partes: ellos juntos y Venezuela sola. Por más que quieran vendernos esta nueva guerra le pasará como con el fantasma de la guerra económica: cero credibilidad. Lamentable por lo que nos significará a futuro en las dos fronteras del este y el oeste. No pegan una los rojos…

MEDIO
¿VACACIONA CHEVERITO?:

playa_circulo_militar-Margarita

 

Comienza el período vacacional para la familia venezolana y escribo con pena ajena. No nos merecemos tanta desdicha. El Foro Económico Mundial elaboró y presentó el Índice de Competitividad en Viajes y Turismo de 2015, en el cual se evaluó el potencial  de 141 países y sus estrategias sociales y económicas a través del sector de viajes y turismo sostenible. En ese total Venezuela ocupó el penúltimo puesto en toda América Latina (solo superamos a Paraguay y nos acompaña Guyana) y el 110 a nivel mundial. Es decir, que solo 31 países de todo el globo terráqueo están en peores condiciones que nosotros para la promoción de sus destinos turísticos. En dicho informe, en nuestra región destacaron 10 destinos, en este mismo orden: Brasil, México, Panamá, Costa Rica, Barbados, Chile, Puerto Rico, Argentina, Perú y Colombia, luego de analizarse 14 diferentes factores que inciden en la promoción del turismo a un país o región. Y no estamos hablando de imperialismos o apátridas, de conspiradores o enemigos del pueblo soberano ni nada similar a tan ramplona leguleyería. Nos estamos refiriendo al Foro Económico Mundial, una fundación sin fines de lucro, con sede en Ginebra, y con oficinas regionales en China y Estados Unidos, no ligada a intereses políticos, partidarios ni nacionales, que además de producir estudios y documentos de alto valor para la humanidad reúne a los principales líderes empresariales, políticos, periodistas e intelectuales para exponer anualmente diagnósticos y soluciones a los problemas más relevantes de la humanidad. ¿Sabremos alguna vez quiénes son los actores clave detrás de los mil millonarios gastos sin resultados que han representado Cheverito y esa entelequia llamada MPP para el Turismo? Los llanos están tomados por el hampa. En Guayana las etnias tuvieron que “tomar” el aeropuerto de Canaima. En Margarita los taxistas hicieron paro por tres días ante el crimen reinante sin que el gobierno aportara solución de fondo. El aeropuerto de Barcelona da pena ajena. En el Parque del Este, en plena Caracas -algo insólito- si estas tomando fotos con una cámara profesional te preguntan para qué lo haces y te exigen un permiso. Hace pocas semanas, un colega subía por Barinitas hacia Mérida y en ninguno de los tradicionales y afamados puestos de venta de carne en vara no encontró la siempre tan buscada oferta, solo pollo. ¿Será posible tanta indolencia acompañada de incapacidad y desconocimiento? ¿Y los ex-ministros, algunos supuestamente millonarios en divisas y con propiedades en el exterior, que le dicen al país?.¿Y los créditos blanditos?…

BAJO
ROJOPINTAS:

NicolásMaduro15

 

Algo bueno del discurso fue que por primera vez en 16 años se reconoció que hubo una república civil antes de Chávez quien se empeñó en vender que nuestra historia pasó de Bolívar a él en 1999. Reconocimiento implícito -aunque les duela- a los ex presidentes Betancourt, Leoni, Caldera, Pérez, Herrera y Lusinchi y sus cancillerías …

 

Tamoa Calzadilla Dic 17, 2014 | Actualizado hace 9 años
Margarita sí es una lágrima

margarita

@tamoac

Sería otra crónica la de cómo conseguir pasaje aéreo y sus costos. Esta empieza en el aeropuerto de Maiquetía, ese terminal que grita a primera vista que ya no se da abasto. Es jueves y parece que hay días peores, y en adelante cualquier queja que tengas se estrella contra el muro: “y no has visto nada”. En la cola de la aerolínea tres pasajeros con el vuelo 304 teníamos horas distintas de despegue hacia Porlamar: 12:25; 12:55; 13:05. Pero una vez confirmado hubo una buena noticia de parte de esa empleada con cara amarrada, hastiada, que murmulló “pero usted se va en el 302 que sale en 10 minutos, a las 12:15. Embarque ya”. Imprimió una especie de factura paupérrima, que es en lo que se convirtió el boarding pass. Carrera, cédula, permisitoqueyamevoy, revisión, baño full y cola, una inmensa cola junto a pocos asientos desocupados y una columna repleta de cargadores de celulares que se “enchufan” literalmente por horas, sin importar que alguien más necesite recargar para lo que viene. Pensar en el destino, el sol, el mar, funciona como terapia. “Aeropostal se sorprende de la salida de su vuelo…” sobre las 3 y 30 de la tarde.

Aterrizaje

Llegar a Porlamar es plácido, la brisa de la isla, el olor, lo que viene… ¡No! La fila de hombres, mujeres, niños y coches se paraliza frente a una puerta que promete aire acondicionado y un afiche inmenso donde Chávez y Maduro se dan la mano, Chávez y Maduro ríen, Chávez y Maduro… todo sobre mucho rojo y tricolor nacional. Bolivariana. Patria. Revolución y el paso tan lento para un sol tan inclemente. Dos señoras tras máquinas con captahuellas esperan, reciben cédula por cédula, que ponga el dedo índice aquí. El Saime. “¿Para qué es esto, señora? ¿Es nuevo?” “Es para control, quién entra y quién sale a la isla… no, es viejo, ya tiene como 5 años”. ¿Habrá resuelto el problema de inseguridad o algún otro el burocrático sistema? No importa, la cola se terminó y la maleta lleva rato dando vueltas sola en la correa.

El aeropuerto no es el de otros tiempos, por fuera está remozado y las vitrinas son otras: unas cholas en Bs.800 y 1.000; relojes en Bs. 40 mil; una bolsita del popular chocolatico importado entre Bs 540 y 800, dependiendo de la cantidad y el tamaño. ¿y el queso de bola? De ese no hay hace rato “pero te tengo el nacional, que está en Bs. 700”, dice el menos aburrido de los vendedores. El jabón en gel, ese que huele exquisito, cuesta Bs. 1800. Bodegones con poca oferta y botella de güisky importado en Bs. 5.400, y de ron nacional en Bs. 600.

Estancia

Salir del hotel implica pagar una carrera a Bs.500 hacia zonas céntricas muy conocidas, para un par de días la decisión de someterse al brazalete del todo incluido es válida. Comida por debajo de lo regular, con algunos “aderezos” extraños en las ensaladas mal lavadas que se preparan en masa, y un servicio que pasa por la escasez de agua en baños públicos, no hizo tanta crisis como la excusa de que “no llegó el camión” con las cervezas que prometieron incluidas en el paquete. Los cocteles y bebidas son preparados con líquidos de dudosa calidad y procedencia, que a la mañana siguiente hacen de las suyas en el organismo. Hay esmero en dar los buenos días y buenas tardes y, como siempre, la calidez entrañable de los margariteños que atienden se agradece. Ahora comparten trabajo de salvavidas y vendedores con colombianos de distintas regiones (especialmente de la costa y Barrancas).

Niños que venden, niños que piden, niños que corren descalzos por la arena, los hay. Souvenirs dolarizados, incluso los que se hacen con conchas marinas y cueros; collares de “perlas” artesanales que no bajan de 1.500 bolívares (Bs. 2 mil en el aeropuerto), hacen vida frente a lo que debe ser una de las mejores playas y paisajes del mundo. Una paradoja dolorosa, la de ese mar y lo que tiene que ver. “Aquí ya no hay nada, eso de puerto libre pasó al olvido”, comenta un baquiano interrogado. “Tienen que importar a dólar libre y ya no llegan los barcos con mercancía, lo que hay es carísimo, ‘muchiacha’, esa época ya pasó”, apunta otro.

Familias enteras colombianas entran y salen, se chequean, preguntan en el lobby del hotel. En la zona VIP, las habitaciones tienen problemas para cerrar las puertas del baño, la discoteca vibra todas las noches después del espectáculo de luces y bailes nocturnos y de día hay una piscina, en la que las actividades no dejan oídos quietos.

Aun así, los pasajes y cupos para diciembre 2014 escasean. Al regreso, la aerolínea vuelve a sorprenderse de la salida de su vuelo dos horas después, “no has visto nada, yo estoy aquí desde las 4 de la mañana y no sé si me voy”, dice un muchacho y arrastra sus pasos como si busca hacer un surco en el pasillo. Atrás quedó un grupo de estudiantes de Barinas que no consiguieron montarse. Es domingo. “Nos dicen que para el miércoles”.

Apaguen sus celulares, que vamos a despegar. Pero en breve, la voz recuerda que la medida es necesaria para la seguridad del vuelo. Una sigue chateando y dos filas más adelante otra mira por su ventana y atiende: “Aló, aló, sí, espéranos ahí, llegamos en 30 minutos”.

En media hora, Maiquetía cuenta historias de extranjeros que se quedaron varados, que no entienden, que usan baños «de carretera» y se acomodan en las esquinas. El aeropuerto es un hervidero ¡Taxi!¡Taxi! Algunos se abalanzan sobre las maletas de los turistas, que llegan mirando hacia arriba, a los lados, sonrientes, a este sálvesequienpueda.