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Venezuela y Alemania: Breve reflexión económica sobre los 60 años transcurrido desde la fundación de CAVENAL (1954-2014) por Orlando Ochoa

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Cuando se fundó la Cámara de Comercio e Industria Venezolana-Alemana, CAVENAL, en 1954, ambos países venían de circunstancias y trayectoria muy distinta, pero ambos gozaban, cada uno en su contexto, de nuevas bases de  prosperidad. Alemania bajo el gobierno de Konrad Adenauer y la bien concebida y ejecutada política económica de Ludwig Erhard, iniciada en 1948, habían creado el llamado milagro económico alemán; el cual fue impulsado también por el Plan Marshall, diseñado por los Estados Unidos para dar apoyo a la reconstrucción de Alemania y otros países europeos, en medio del fuerte antagonismo de posguerra con la Unión Soviética. Como lo narra Adenauer en sus memorias “teníamos que inclinarnos a un lado o a otro si no queríamos ser aplastados”. Hace 60 años, Alemania Occidental estaba en un proceso de recuperación de la devastación de la guerra y regresaba al escenario internacional, con su diplomacia y la promoción de su poderosa industria reconstruida. Es entonces cuando se crea CAVENAL. Por otro lado, Alemania Oriental se sumergía en el experimento comunista, el cual colapsa en 1989.

Venezuela para 1954 también venía de gozar de un período de avance económico iniciado en los años veinte con el rápido desarrollo de su industria petrolera, con el bolívar reconocido como una de las monedas más fuertes del mundo y unas finanzas públicas saneadas desde los años de la Primera Guerra Mundial.  Es notable que en el período de 1950-73, la inflación venezolana en promedio fue 1,72 por cierto, muy inferior a la tasa media de inflación de Europa Occidental de 4,3 por ciento; y menor a la inflación de Estados Unidos y Alemania, ambos países con una tasa promedio de 2,7 por ciento, las más bajas tasas en economías avanzadas en ese período. Venezuela era el tercer productor y primer exportador de petróleo del mundo y atraía la inmigración de europeos en búsqueda de un mejor futuro. Luego de una transición iniciada con la muerte del General Juan Vicente Gómez en  diciembre de 1935, tuvo dos alzamientos militares, en 1945 y 1948. Este último se convirtió en una dictadura militar de una década, pero la democracia era la aspiración de grandes sectores de aquel país, que aunque en vías de desarrollo, ya había superado el atraso socioeconómico de principios del siglo XX, legado de un siglo XIX cargado de conflictos internos entre caudillos. El sistema democrático instaurado en 1958 fue una nueva etapa, en la cual las relaciones entre Alemania Occidental y Venezuela pasaron a ser más estrechas.

Venezuela logró grandes avances institucionales, económicos, políticos y sociales desde los años veinte hasta los años setenta del siglo XX. Fue medio siglo de políticas económicas en esencia responsables, estemos o no de acuerdo con los actores políeticos y sus objetivos en cada gobierno; se mantuvo por décadas la disciplina fiscal y monetaria, un régimen cambiario estable, baja inflación y un alto crecimiento del ingreso medio por habitante y del salario real; Logros nada comunes en la América Latina de aquellas décadas. Muchos atribuían esos logros de Venezuela al petróleo, pero no era así; fue debido a buenas instituciones fiscales y monetarias que propiciaron la estabilidad económica por décadas. El talón de Aquiles fue que no se pudo disminuir la dependencia petrolera al no diversificar la base productiva y exportadora, lo cual en si mismo exigía mayor inversión social e instituciones económicas más abiertas a la economía mundial. Aunque hubo grandes esfuerzos gubernamentales, el país padeció de una gran desigualdad en el acceso a la educación y la salud pública, con una persistente mala distribución del ingreso, lo cual mantuvo a Venezuela atrasada respecto a su gran potencial.

De haber logrado Venezuela esa integración más amplia de su incipiente base industrial, y su buena pero todavía subdesarrollada base agrícola, a la economía mundial de entonces, hubiese podido iniciar un proceso de transformación económica y social profunda. Algo que la hubiese puesto en una trayectoria, aunque desde un punto de partida más modesto y con menos de 6  millones de habitantes, parecida a la Alemania Occidental de posguerra. No hay mejor plan de inclusión social de largo plazo que una economía con crecimiento económico de amplia base, con generación de empleos productivos, acompañada de un sistema de educación y salud pública de calidad. Ese es el gran ejemplo de Alemania para Venezuela, antes y ahora; la libertad política y económica, con una base de acceso real a la educación y a la salud de calidad para todos sus ciudadanos, lo cual permite a todos realizar sus distintas aspiraciones y vivir mejor.

El contraste del éxito económico y social de Alemania Occidental versus los limitados avances de Alemania Oriental (la economía más avanzada del bloque comunista), fue central en promover la caída del Muro de Berlín hace 25 años, en 1989. El mundo entero observó y se benefició después de dichas experiencias comparadas. Luego la Unión Soviética se disolvió y China continuó su camino de abandonar la economía de planificación central y las empresas socialistas propensas a la corrupción por falta de la transparencia en los mercados. Hay capítulos de la historia política alemana que deben servir de referencia a la Venezuela de 2014, cuando las dificultades económicas abruman a sus ciudadanos y se requiere nuevamente de grandes cambios para desarrollar el potencial del país.

La sensata regulación de los mercados y la alianza de empresarios y trabajadores, fue un componente esencial en la equilibrada y exitosa concepción de la Economía Social de Mercado, promovida por Adenaur y Erhard en Alemania a partir de 1948. Un modelo económico que surge de una situación política y social dramática en aquellos años de posguerra, que no se puede emular de modo simplista en la Venezuela de nuestro tiempo. Pero sí se puede aprender de la capacidad de un gran dirigente alemán y de un pueblo, en su esfuerzo por cerrar las grandes heridas del pasado, zanjar divisiones ideológicas en medio del mundo de la Guerra Fría y seguir un camino de reconstrucción con una democracia ejemplar, que luego llevó a la unidad de una nación. Creo y siento que que su ejemplo provee una gran inspiración para la Venezuela de finales del 2014.

Venezuela desde los años veinte hasta los setenta, en dictadura y en democracia, fue bien conducida en el plano de la estabilidad económica (precios y régimen cambiario), aunque la historia de las libertades política haya sido muy distinta durante esas décadas; las necesidades y problemas sociales fueron atendidos infinitamente mejor en democracia que en dictadura. Al iniciarse el declive económico a partir de 1978, con serios desajustes en las cuentas fiscales y externas, luego del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-79) y la falta de voluntad política en los gobiernos sucesivos para restablecer las bases de la estabilidad económica, la democracia venezolana perdió gran parte de su capacidad de ofrecer mejor calidad de vida y se inició un proceso de empobrecimiento, el cual, al final, llevó al abandono del apoyo electoral a los grandes partidos tradicionales en la contienda presidencial de 1998. En 1999 comenzó otro proceso político, guiado por Hugo Chávez, el cual a los pocos años volvió a caer en grandes problemas económicos, sociales y políticos. En 2014 Venezuela debe repensar su futuro, reconsiderando las exigencias de la libertad y la equidad en una democracia que ha tenido grandes fallas, pasadas y presentes.

Creo que la experiencia alemana de reconciliación nacional y de sentar bases sólidas para su progreso económico, con equidad social e instituciones fuertes y respetadas, para participar en una economía mundial competitiva, son un gran ejemplo y una inspiración para Venezuela. CAVENAL, con un nutrido grupo de empresarios alemanes y venezolanos,  una larga trayectoria de buenas relaciones entre los dos países por 60 años, es un puente natural de intercambio entre nuestros países y sus empresas. En nuestro país debemos rescatar lo que supimos hacer bien antes, incluso mejor que el resto de América Latina, por varias décadas; y esta vez, en el siglo XXI, debemos lograr reducir la dependencia del petróleo, a través de la ampliación de la capacidad productiva nacional, acompañada de una renovada política educativa que creo debe también inspirarse también en el sistema dual alemán, aprendizaje en instituciones educativas y en empresas. Soy optimista sobre el futuro de Venezuela. Todos los países, al igual que los individuos, aprendemos de nuestros aciertos y errores.

 

 

@orlandoochoa

¡Hey! Los del gobierno… ¡El Muro de Berlín cayó hace 25 años! por Damián Prat

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El domingo próximo, 9 de noviembre, se cumplirán 25 años de una histórica rueda de prensa en la que el ministro-vocero del gobierno comunista de la RDA (República ¡DEMOCRÁTICA! Alemana o Alemania Oriental) Gunter Schabowski se “equivocó” (Si, Luís) al anunciar frente a los corresponsales extranjeros pero también ante la TV y la radio oficial (única que existía) que “de inmediato” entraba en vigencia una ley nueva que permisaba a los ciudadanos de ese país a trasponer libremente los puntos de control del Muro de Berlín y pasar las fronteras.  ¿De inmediato?  ¿No iba a ser algo progresivo y controlado con cupos y permisos especiales tras una incorregible e inmanejable crisis económica que ya la URSS no podía subsidiar y tras el inocultable malestar popular?.

Nadie lo podía creer. Ni los periodistas extranjeros, ni los 12 mil militares a cargo del Muro, los que por 20 años tuvieron la orden (y la cumplieron a rajatabla) de disparar a matar a quien intentara saltar el Muro para huir del “mundo feliz de la RDA”  hacia el malvado y explotador oeste capitalista.  Tampoco lo podían creer los atónitos ciudadanos que, sin embargo, decidieron correr el riesgo y en sucesivas oleadas de cientos, de miles, de decenas de miles, corrieron hacia el “Charlie checkpoint”, el mas relevante punto de control o puerta de entrada y salida del Berlin Este y el Berlín Oeste.   Los relatos de los soldados de guardia aquel día son impactantes.  ¿Qué hacemos?  ¿Disparamos?  ¿Es verdad que el ministro dijo que se podía pasar al otro lado?   Cuentan que finalmente un asustado coronel dijo que si, que abrieran. Y que no, que no dispararan.

En pocas horas comenzó a caer, derribado aquí o allá, el Muro de hormigón y concreto armado que se extendía a lo largo de 155 kilómetros, de casi 4 metros de alto y 45 mil secciones independientes de metro y medio de ancho, con sus alambradas de púas, sus 600 perros cazadores, sus profundas fosas con afiladas cabillas y sus 186 torres de vigilancia.

El mundo no lo podía creer.  Las televisoras de la Alemania Oeste y de todo el mundo corrieron a registrar el asombroso hecho histórico.  Decenas de miles de familias comenzaron a reencontrarse.  Los abrazos, la música, los conciertos.  La incertidumbre.  Los ojos que descubrían un mundo diferente, con luces y variedad.   El “gobierno” de la RDA se apresuraba a prometer “elecciones y prensa libre”. En pocas semanas ya no existirían como institución gobernante. En la RFA (República Federal Alemana) el gobierno, el parlamento y los partidos entraban en shock.  ¿Qué hacer?  ¿Cómo asumir el drama de esos centenares de miles, millones, de “nuevos ciudadanos”  a los que debía proveerles servicios, ¿empleo?.   Tanto que lucharon por ese momento y ahora se topaban de frente y “sin anestesia” con el espinoso asunto de la reunificación.

Ya antes los obreros polacos del sindicato Solidaridad habían derribado la dictadura militar del “Partido Obrero Unificado” (¿?) de la República “Popular” de Polonia.   Y algo similar ocurrió en Hungría.  Pronto, tras la caída del Muro de Berlín, vendría la “revolución de terciopelo” en Checoslovaquia, 20 años después que los tanques y tropas soviéticas invadieran y aplastaran a sangre y fuego la “Primavera de Praga”.  Finalmente, en  1991, la desaparición de la Unión Soviética.  Algunos años mas tarde, el reformista Deng Xiao Ping tomaría el control del partido comunista y el gobierno de China para poner fin al modelo económico maoísta aunque manteniendo la dictadura del partido único.  Las reformas también se impusieron en Vietnam.  Solo quedaron dos dinosaurios:  Fidel Castro y Kim Il Sung, controlando policial y militarmente a Cuba y Corea del Norte. El primero daría en herencia el gobierno a su hermano Raúl y el segundo a hijo Kim Jong Il y éste luego al nieto Kim Jong Un. Dinastías hereditarias cual reyes absolutistas de la Edad Media.

Este relato hay que hacerlo porque en el gobierno de la “involución” venezolana, muchos no se han enterado que ya no existe el Muro de Berlín.  Ni la URSS.   Uno los escucha con toda la arrogancia de los que hablan “en nombre de la historia” decir que su “modelo”, el del estatismo salvaje, la economía totalmente controlada por la burocracia estatal, el país del “partido único, el hombre nuevo y la suprema felicidad” es un hecho inevitable de la historia humana” y no queda mas remedio que pensar:  ¿Será que no han leído la noticia de la caída del Muro de Berlín?.   Este domingo se cumplen 25 años aunque en VTV ni en el resto del latifundio de medios del gobierno, no le dediquen ni un minuto.

TIP  1:  Los “patriotas cooperantes”, es decir, los “sapos cooperantes”, deberían mirar la película “La vida de los Otros”, la que en Cuba, con chistes en voz baja llaman “La Vida de NOSotros”.  Prestarse al trabajo sucio de ser “sapos”, delatar a sus familiares y vecinos es una porquería aunque se los disfracen con fanatismos “en defensa de la revolución”.  ¿Cómo harán después?  ¿Creen que el poder y la impunidad son eternos?  ¡Si cayó el todopoderoso Muro de Berlín!.

TIP  2:  Además,  ¿cuál revolución?.  ¿La que nos tiene importando petróleo, gasolina, acero, aluminio, café, leche, etc tras la ruina económica del “modelo”?  ¿La de ministros privilegiados usando aviones de Pdvsa para que viajen sus familiares y empleadas domésticas?  ¿La del cadivismo rojo y los 30 mil millones de dólares birlados a empresas de maletín de socios y testaferros boliburgueses?  ¿La que nos tiene con inflación de 70% y “aumento” (¿?) de salario mínimo de 15%?.

TIP  3:  Importante.  Muy importante.  El cambio que se observa en los organismos internacionales como la ONU.  La sesión de ayer del Comité contra la Tortura de la ONU fue de impacto.   Las duras y claras preguntas de los expertos demuestran que saben de lo que ocurre en Venezuela.  El gobierno tuvo que “esconder” a la ministra Varela y enviar al hijo de JV Rangel para suavizar el reproche.  Sigan los informes de las ONG como Espacio Público, CDH Ucab y Provea.   Miren los reclamos de Amnistía Internacional.

TIP  4:  José Ignacio Acevedo.  Va por aquí también nuestra palabra de solidaridad y aliento a familiares y amigos de José Ignacio, personaje de tesón amigable y conciliador, cuyo rol los últimos años en la Unidad Democrática fue muy valioso, además de las funciones como servidor público a lo largo de su vida.    Además de todo eso que es público y notorio, nosotros le conocimos y compartimos con él cuando actuó como directivo de aquel Tucanes de Guayana del béisbol profesional de la Liga de Verano que tantas satisfacciones nos brindó en la región los años que duró.

 

Damián Prat

depece54@gmail.com

@damianprat 

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