ALTO
¿LOS ASESORES?:
La pagina web de la Contraloría de Ecuador define así el término “glosa”: “es una responsabilidad civil culposa que establece un perjuicio económico contra el Estado”. Una multa pues. Los exministros ecuatorianos de Finanzas Patricio Rivera y Fausto Herrera aseguraron el pasado 2 de febrero que acudirán tanto a la vía administrativa de la Contraloría como a la vía judicial en cortes de justicia para defenderse en el tema de la glosa (multa) de $ 77,2 millones que les ha impuesto la Contraloría del Estado. Estos dos señores fungirían ahora de asesores económicos del presidente Maduro y podrían estar detrás del nuevo planteamiento financiero implementado, o en vías de implementación, por el gobierno rojo. Rivera y Herrera han estado muy ligados a un mexicano-británico, David Martínez, que tiene un fondo de mercados emergentes y mas de un billón de dólares en activos financieros. Martínez fue sacerdote de los Legionarios de Cristo, pero la vocación le duró muy poco. Los negocios terrenales privaron sobre el espíritu. Sus propiedades van desde Nueva York hasta la Patagonia. Precisamente en esas coordenadas del sur participó en la reestructuración de la deuda argentina con la hoy muy cuestionada parejita presidencial Néstor&Cristina Kirchner. (Hoy, fuera de esta área, aparecen cada día mas pruebas de todo tipo de corrupción, sobornos y millones de dólares en efectivo en negocios y concesiones en la investigación de “Los Cuadernos de las Coimas” hechas desde los diarios La Nación y Clarín en Buenos Aires ligadas al gobierno de ambos de 2003 a 2015). El financista invirtió en la destartalada economía argentina desde 1994 donde compró bonos del gobierno por $834 millones. También se anotó un “gol” cuando reestructuró la deuda del conglomerado mexicano CYDSA de químicos y textiles. En Argentina, en 2005, llegó a comprar bonos con un costo de $700 millones por tan solo $100 millones en el mercado secundario. Es un coleccionista de arte que juega duro y lo demostró cuando compró una obra de Jackson Pollock a otro millonario $140 millones en 2006. Martínez ya había ayudado al gobierno de Maduro el año pasado. Luego de la venta de los “bonos del hambre” a Goldman-Sachs –por un valor de $865 millones- los mercados financieros internacionales le habían cerrado todo tipo de financiamiento a Venezuela y fue este mago mexicano quien logró vender posiciones en bonos del gobierno al mercado. Ayer el Wall Street Journal dio cuenta de las millonarias pérdidas a los tenedores de esos papeles con los que jugaron los “halcones” convocados ese entonces. A su oficina en el 375 ParkAvenue han sido llamados diversos economistas en los últimos dos años para que participen en una asesoría al gobierno rojo-rojito tratando de conseguir un plan de estabilización creíble pero que debe contar con ayuda financiera internacional, pues no hay otra fórmula para conseguir las cantidades necesarias para reacomodar Venezuela. Sin embargo, por las restricciones políticas (falta de convocatoria electoral, solución de la crisis humanitaria, corrupción y cambios en la conducta represiva) y el seguimiento sancionatorio desde EE.UU y la UU.EE. a fondos y deudas crecientes -mas las demandas que siguen en aumento desde petroleras hasta mineras e inclusive empresas ligadas a gobiernos amigos del venezolano- se le ha hecho imposible lograrlo.
