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3 x 3 | Posible reconocimiento a González Urrutia no viene con elección de Harris o Trump 

A juicio de analistas, el que resulte electo presidente de los Estados Unidos en los venideros comicios de este 5 de noviembre no tiene previsto, por el momento, llamar presidente electo al candidato de la Plataforma Unitaria Democrática exiliado en España. El tema migratorio será lo más relevante de la agenda con Venezuela

Estados
Redacción Runrun.es
Hace 1 mes

Ya los nervios y la tensión se sienten, no solo en Estados Unidos, sino en el resto del mundo a pocos días de la elección que seleccionará por los próximos cuatro años al presidente de la considerada nación más importante del mundo, o al menos, del continente.

Aunque mucha gente ya votó, incluyendo el mandatario saliente Joe Biden, el 5 de noviembre será el día en que los estadounidenses elijan por una tendencia demócrata con la actual vicepresidenta Kamala Harris o republicana, con el expresidente Donald Trump.

A escasos días de la elección, el fantasma del asalto al Capitolio el pasado 6 de enero de 2021 se cierne sobre el pueblo americano en vista de lo ajustado de las encuestas y del ambiente polarizado.

De acuerdo con la página Fivethirtyeight, apenas este viernes 1 de noviembre, la candidata demócrata superaba a su rival por 1,2% puntos porcentuales con un 47,9% de la preferencia contra un 46,8% del empresario.

A horas de la elección, ambos candidatos han emprendido un vertiginoso remate de campaña. Trump llevó a cabo mítines en Henderson, Nevada y Glendale, mientras que Harris hizo lo propio en Phoenix, Reno y también Nevada.

Mientras estrellas como Jennifer López acompañaron esta semana a Harris en sus alocuciones, Trump ha recibido el apoyo de estrellas de Hollywood como Mel Gibson y Jon Voight.

Recientemente, Harris declaró a los medios de comunicación que descarta una intervención militar para recuperar el hilo democrático en Venezuela, mientras que Trump continúa con su hipótesis de que el régimen madurista exporta delincuentes a los Estados Unidos y, por ende, “Venezuela se ha convertido en un país y la gente puede caminar tranquilamente por las calles de Caracas”.

A fin de descifrar el venidero proceso electoral, Runrun.es conversó con tres especialistas: los internacionalistas Mariano de Alba y Elsa Cardozo y el analista político, José Alfredo de Bastos.

¿Cuál es su pronóstico para estas elecciones tomando en cuenta lo estrecho de las encuestas y la polarización?

Mariano de Alba: Coincido en que luce una elección sumamente cerrada, la mayoría de las encuestas reflejan un empate técnico dado el margen de error porcentual de cada encuesta. Así que es probable que la elección se defina por unos pocos votos en los estados claves. Ciertamente, ante un escenario tan ajustado, eso acrecienta el riesgo de que el perdedor de la elección no reconozca la victoria de su contrincante, que haya un periodo de incertidumbre y recursos judiciales que no permitan determinar quién ganó y por ende esas emociones políticas desemboquen en episodios lamentables como el del asalto al Capitolio. Es un riesgo latente y clarísimo que está ahí y habrá que ver si a pesar de las encuestas, puede surgir un vencedor claro.

Elsa Cardozo: De lado de Kamala veo continuidad, del lado de Trump una mezcla de cambios y continuidad, pero no el regreso a la retórica de todo las opciones están sobre la mesa y de la máxima presión. Es probable que Harris busque una especie de consenso entre países de la región. El otro tema que llama la atención es el petrolero ¿Que tan dispuesto está el gobierno de Estados Unidos a presionar en materia de sanciones? Me imagino que viene una evaluación del impacto que las sanciones han tenido, de lo que se firmó en Barbados el año pasado, del desarrollo de las elecciones en Venezuela. Del lado de Trump hay un tema que pesa y es de la migración, el candidato ha criminalizado a los migrantes. Del lado de Trump hay un tema que pesa que es el migratorio, la criminalización de la migración, amenazas de deportaciones, la posibilidad de eliminar el parole y el CBP One, eso es algo que es previsible y ver hasta donde lo va a ejecutar. Hay dos factores que hacen pensar en una política incoherente de parte de Trump, su interés por los mercados energéticos como Venezuela y admiración por los hombres fuertes con perfiles despóticos y autoritarios. Creo que con la llegada de Trump se perdería la coordinación con otros países por el modo como se ha referido a América Latina y la propia OTAN. Pareciera que el slogan de America First (America Primero) significa un distanciamiento con los socios.

José Alfredo de Bastos: Por la complejidad del sistema, las reglas son distintas por cada estado, todo indica que la elección va a ser muy cerrada, ya tuvimos una que la diferencia fue de 20 000 votos en un universo de 6 millones de habitantes, eso es lo que pasa con algunos estados y esos estados son los que van a definir la contienda nacional. Yo doy el ejemplo de Pennsylvania, que todo indica será el más importante, los votos por correo se tardan en contar  más, porque llega una carta y las autoridades tienen que confirmar que es esa persona y específicamente Pennsylvania no le permite a las autoridades procesar esos votos el día de la elección. Por diseño va a ser prácticamente imposible que esa noche se sepa quién ganó, aunque tengan una proyección, no se va poder. Además se permite que se sigan contando votos luego del día de la elección, si uno manda un voto el 5 y llega después, igual se debe contar. Allí los actores tienen que ser responsables y llamar a la calma y decir que es normal. Si los resultados no están favoreciendo a Trump es posible que el mismo empiece a hablar de irregularidades, denuncias de fraude y eso puede crear protestas. Creo que u n asalto al Congreso no vamos a ver porque las autoridades están prevenidas, pero si este escenario se mantiene es probable que veamos protestas alrededor de los centros donde se cuentan los votos

¿Cuál puede ser la política de cada quien con respecto a Venezuela?

Mariano de Alba: Cada candidato supone dos posibles escenarios. En el caso de Kamala Harris, lo más probable es una continuación de lo que ha sido la política de la administración Biden, aunque ciertamente la presión política interna estadounidense está llevando a políticas de inmigración más restrictivas. El otro escenario con Harris es mayor atención y proactividad con respecto a la crisis de Venezuela y sus migrantes, pero eso dependerá del resto de la agenda internacional y si su gobierno tiene el espacio para centrar la mirada en Latinoamérica, lo que de entrada no parece altamente probable. En el caso del expresidente Trump, el primer escenario es una vuelta a lo que fue su política durante su primera presidencia, fundamentalmente sanciones económicas y una retórica altisonante. En esto jugará un rol fundamental quienes serán finalmente parte de su equipo de gobierno. En cualquier caso, es evidente que durante el gobierno de Trump la política migratoria estadounidense se va a endurecer mucho más y eso va a impactar claramente a los venezolanos y a las otras nacionalidades. El escenario alterno es una segunda presidencia de Trump mucho más transaccional de cara al gobierno de Venezuela, que de prioridad a los acuerdos petroleros y gasíferos para empresas y empresarios estadounidenses y al mismo tiempo tienda puentes con el gobierno de Nicolás Maduro para facilitar la deportación de migrantes y refugiados venezolanos.

Todavía es pronto para definir con claridad lo que será la política de cada uno con respecto a Venezuela y buena parte dependerá de con quienes se rodee para gobernar. Pero los escenarios base son continuidad con Harris y un posible regreso a la máxima presión con algunos bemoles con Trump.    

Elsa Cardozo: Por lo que cabe anticipar a partir de lo que se conoce de los dos candidatos (más por sus  perfiles políticos que por sus discursos y sus plataformas electorales) es un asunto que sería atendido con diferentes acentos. Ya Trump ha anunciado su ofensiva contra la migración, con generalizaciones que la criminalizan, en las que ha incluido referencias expresas a Venezuela y anuncio de deportaciones masivas y, como resultado, la exacerbación de un ambiente de rechazo a los inmigrantes en cualquier condición. Desde la continuidad que se espera de Harris, sin la retórica y actitud ofensiva de Trump,  le tocará trabajar con más eficiencia sobre el tema migratorio haciendo un complicado balance entre aumentar los controles de seguridad, negociar repatriaciones y buscar acuerdos con terceros países para la contención del flujo de migrantes ilegales. El tema petrolero, por razones económicas y geopolíticas, tiene y seguirá teniendo importancia en la relación con Venezuela y en el manejo del régimen de sanciones y licencias. En esa ecuación, no cabe esperar giros mayores en lo inmediato (antes del 10 de enero), lo que en adelante dependerá de los cambios en el mercado petrolero mundial y de la presión o persuasión a administrar ante la evolución de la situación política venezolana. Ante la juramentación de Maduro, podrían en ambos casos aumentar la presión mediante sanciones personales (coincidiendo con la previsible prórroga de las europeas el 10 de enero) y, de más cuidadosa consideración estratégica, la suspensión de licencias y permisos que alivian al sector petrolero. Una diferencia importante sobre la atención a la situación venezolana es que mientras con Harris continuaría la concertación con Europa y el aliento a posiciones latinoamericanas comunes, con Trump se debilitaría esa coordinación. 

José  Alfredo de Bastos: Ningún candidato tiene una política específica sobre Venezuela y América Latina, si vimos a Kamala criticar el pronunciamiento de Maduro como presidente, Trump ha hablado de los migrantes venezolanos y criticó la actuación de Biden en los Acuerdos de Barbados, pero no se refirió específicamente a Maduro. El nuevo presidente va a tomar posesión el 20 de enero, solo diez días después del 10E y si Maduro se juramenta, al menos en 2025 van a mantener o incrementar las sanciones tal vez no demasiado porque ya hay bastantes individuales y sectoriales. Creo que Harris seguiría la línea de Biden de buscar negociaciones, quizás aliviar sanciones y buscar la liberación de algunos presos políticos. Trump puede que decida pasar la página y acercarse a Maduro, porque no es un secreto que ha mostrado admiración por los dictadores alrededor del mundo. A Trump no le gusta perder y Venezuela fue una derrota en su anterior mandato. Necesita la ayuda del gobierno de Maduro para que el chavismo reciba a los migrantes deportados  

¿Podría haber un reconocimiento del próximo president@ de los Estados Unidos a Edmundo González Urrutia?

Mariano de Alba: El próximo presidente de Estados Unidos tendrá que tomar una decisión en los primeros días de su gobierno sobre si reconoce o no a González Urrutia. Para ello, tomará muy en cuenta cuál es el panorama en el país a partir del 10 de enero. El precedente de Guaidó sigue pesando y en este momento creo que la mayoría de los países y gobiernos están de acuerdo con no reconocer a Maduro, pero tampoco quieren reconocer a una persona que estaría fuera de Venezuela y que no tiene ningún control sobre las instituciones del Estado. Si el nuevo inquilino de la Casa Blanca decide reconocer y tratar de reeditar el esfuerzo que ya se hizo con Guaidó, eso podría llevar a otros países de occidente a unirse a ese camino.

Elsa Cardozo: En ambos casos se mantendría la posición de no reconocimiento de Maduro como presidente electo, de modo que recibiría el trato de presidente de facto, pero ese desconocimiento no conlleva en principio el reconocimiento de Edmundo González quien, sin embargo, ha recibido y posiblemente seguirá recibiendo el reconocimiento de presidente electo por parlamentos de países democráticos. Digo en principio, porque esa situación podría cambiar en la medida en que gobiernos del mundo en disposición democrática, percibieran que nacionalmente se despeja el camino de la transición y contribuyeran a facilitarlo. Podría ser así con Harris o con Trump, excluido en ambos casos plan alguno de intervención militar, pero en el segundo con la incertidumbre (de mantenerse los obstáculos a la democratización) sobre los alcances y riesgos de la inclinación a transar con gobiernos de fuerza. Finalmente, es cierto que son fundamentales las atribuciones de los presidentes de Estados Unidos en política exterior, pero también el Congreso cuenta y, sea cual sea el resultado de la elección de un tercio de los senadores y todos representantes que también se hará el 5 de noviembre, se mantendría el consenso bipartidista en torno a la recuperación democrática de Venezuela. 

José Alfredo de Bastos: Lo primero es que van a evitar un segundo gobierno interino, no creo que reconozcan formalmente a EGU y tampoco al gobierno de Maduro. El trato hacia EGU irá perdiendo la relevancia con el respeto que se merece el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática, es posible que lo reciban, pero es poco en líneas generales lo que puede hacer la oposición con un supuesto presidente electo en el exilio. Si comparamos la situación actual con enero de 2019, Estados Unidos tiene otras preocupaciones en otras partes del mundo. La agenda del nuevo presidente en materia internacional estará concentrada básicamente en Ucrania, Israel y Palestina, el trato con Venezuela se va a concentrar en la migración, para frenar un poco la llegada de migrantes a Estados Unidos e incluso promover planes de deportación.

 

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