Memoria y cuenta (atrás)
Quitando éste, quedan dos. Dos mensajes a la Asamblea Nacional del que te conté. Mañana por primera vez en años, Esteban tendrá que hablar frente a personas que no le son absolutamente incondicionales. Naturalmente que la bancada oficialista está en la obligación de hacer más ruido que de costumbre, aplaudir más que de costumbre y más ovaciones de pie de las de costumbre. La bancada opositora está obligada a escuchar con más respeto que de costumbre y a aguantar el chaparrón, el deslave que seguramente le caerá desde la tribuna de oradores, sin el derecho a réplica que tanto agrada al poder, cuando lo ejerce.
Pero mañana, mañana Esteban tendrá que ver caras que le son absolutamente desagradables, público que no le va a aplaudir, rostros que no van a asentir. Eso para alguien con tanto dominio del auditorio (¡nunca tan bien dicho!), es complicado. Los ojos se te van siempre para el que mira feo; hacia el que, moviendo la cabeza, muestra desagrado; al que bosteza sin taparse la boca. Mañana es un día interesante. Es el comienzo de un entrenamiento que la gente del gobierno no había hecho en años. Sentarse al lado del que piensa diferente. Escuchar al que piensa distinto. Oír argumentos en contrario de esos que te ponen a pensar, de esos que te confrontan con el “¿y no será verdad?”.
Mañana es la antepenúltima “memoria y cuenta”. Antepenúltima ya suena a final a que hay algo que termina, un límite que se acerca, un vencimiento próximo, unas maletas que hay que hacer, muchas fotografías que guardar y quizá hasta muchas cosas que ir ocultando. Quizá, ¿quién quita?, a uno de los que allí estarán sentados tendrá que colocarle la banda presidencial y darle un abrazo. Mañana comienza el entrenamiento. Aunque ya estamos acostumbrados a que más que “memoria y cuenta” el tercio nos “cuenta sus memorias”… Tribilín, arañitas, La Llorona, El Silbón… seguramente, cabrá esperar una soberana mentada de madre a Insulza y a los traidores a la Patria con medio hemiciclo de pie enardecido. Todo se ha vuelto tan predecible. Nada nuevo bajo el sol…¿Nada nuevo?…Sí habrá algo nuevo esta vez: La oposición allí presente le recordará a Esteban, que el 52% de la población (por ahora) no está de acuerdo, no acepta, no se la cala. Le recordará que el país es más que gente aplaudiéndole a rabiar todo lo que dice. Pero, sobre todo, le recordará en esta antepenúltima memoria y cuenta, que la cuenta que verdaderamente cuenta es la regresiva que para él ha comenzado. Eso su rostro no lo podrá ocultar. Quizá sea oportuno que en ciertos momentos, mientras habla, las cámaras de TV hagan como cuando toman la palabra los diputados opositores: toma fija de la pared del fondo. Así que como diría Lázaro Papaíto Candal: ¿Y mañana?….¡¡¡Aaay mañana!!! ¡No se lo pierdan, hermanos!…
Por Laureano Márquez pata Tal Cual