2012
Este año ya se fue. Tenemos la mente tan puesta en el año que viene que nuestro cerebro acelerará el almanaque, ya lo verán. Hay signos alentadores: se instaló la Asamblea Nacional. Los diputados opositores tenían donde sentarse, se le hicieron sus carnets, no fueron golpeados al entrar y se les permitió hablar, solo eso es una gran avance, un triunfo. Por otro lado, la Ley de Universidades mejor lograda de la historia fue vetada, aunque ni siquiera se tuvo la cortesía de avisarle a sus “promotores” para que no la siguieran defendiendo después de defenestrada, cosas del personalismo que por algo se llama así.
Parece que en el estrechón de manos de Brasilia pasó algo, porque eso de hasta hablar en tono respetuoso de las autoridades universitarias no es normal. Hay quien dice que la Clinton tenía una especie de burundanga imperial untada en su mano y que por eso insistió tanto en saludarlo con esa sonrisota tan regalada de “femme fatale”. Otros dicen que en un momento de descuido de la seguridad cubana, o quién sabe si de complicidad (porque los imperios siempre se entienden al final), fue sustituido por un doble entrenado por la CIA y que por eso se echó también pa’tras lo del IVA.
Sea como fuere esta historia. El año ya comenzó y ya casi se fue. Venezuela tiene infinitos sótanos. En diciembre pensábamos que habíamos tocado fondo y mire usted, comienza el año y no nos sentimos tan hundidos. Yo creo que el billete, que en nuestro caso es el motor de la historia, sigue obrando milagros. De todas maneras, las normas “anti salto de talanquera” son por demás elocuentes: hay que ponerle freno a las consciencias porque pueden desatarse. Se están desatando de hecho, cada vez más. Hay temor al pensamiento autónomo, al criterio propio, pero la gente no es bolsa y siente la amenaza cada vez más cercana.
Sin embargo, una noticia viene a ensombrecer este panorama optimista de comienzo de año. Según el astrofísico Craig Kasnov, tres naves nodrizas se acercan a la tierra de más allá de Plutón y a qué no saben qué día alcanzan nuestro planeta, según sus cálculos: el domingo 4 de diciembre de 2012. Definitivamente, nada es perfecto. De todas maneras, tengamos fe, en una de esas, caen en uno de esos infinitos huecos negros que hay en la autopista de oriente y no llegan.
Igualmente, feliz año 2012.