Los femicidios: la escalada de la violencia a puertas cerradas en Caracas - Runrun
Los femicidios: la escalada de la violencia a puertas cerradas en Caracas

Lucrecia Cisneros y Guillermo Sardi

 La cantante norteamericana Tracy Chapman describe la violencia que sufren las mujeres en “Behind The Wall” (Detrás de la Pared, en español). La canción refleja el tipo de violencia al que mujeres tienden a ser víctimas: a puertas cerradas, por hombres con quienes tienen relaciones de confianza, lo que las hace ser susceptibles a ser callada o subestimada y dificulta que ellas puedan hablar al respecto o hacer la denuncia.

Monitor de Víctimas es una iniciativa conjunta de Caracas Mi Convive y Runrunes que, diariamente, registra las muertes violentas que ingresan a la Morgue de Bello Monte, en Caracas. Según los datos registrados en  2019, hubo 896 muertes violentas en el Área Metropolitana de Caracas, de las cuales 65 fueron mujeres. Esto significa que el 93% de las víctimas fueron hombres, en comparación al 6% de víctimas mujeres. En la mayoría de estos casos, las mujeres eran jóvenes, entre 15 y 44 años, residentes de sectores populares de Caracas, incluyendo las parroquias Baruta, El Valle, La Vega y Sucre.

Las mujeres, cuando son víctimas, también se caracterizan por patrones demográficos similares a los de los hombres; sin embargo, las causas no lo son. La realidad es que las dinámicas detrás de las muertes violentas de mujeres no pueden ser comparables con las de los hombres. Por lo que sus particularidades exigen un proceso de comprensión por sí mismas.

Los homicidios de mujeres son, en muchos casos, femicidios. Es decir, se trata de un acto de violencia extrema contra una mujer por ser mujer.  En la mayoría de los femicidios, las mujeres son asesinadas por hombres con quienes habían mantenido o aún mantienen una relación. En casi la mitad de los casos de mujeres asesinadas en Caracas durante 2019, existía una relación entre la víctima y el victimario, en su mayoría, hombres. Mientras que, en el caso de los hombres, solamente el 14% de las muertes violentas ocurrieron en un contexto donde la víctima conocía previamente al victimario.  

Investigaciones sociales relacionadas a violencia contra la mujer muestran también patrones similares, donde en los femicidios ocurren en contextos donde existe una relación previa con el victimario, a diferencia de las víctimas hombres. La violencia contra la mujer, además, no se limita al homicidio. De hecho, las primeras agresiones suelen pasar desapercibidas y difícilmente son observables. El contexto de sociedad patriarcal ha reforzado su invisibilización, hasta que, poco a poco, la violencia va escalando hasta ser letal. Por ejemplo, los celos son un síntoma que se presenta en las primeras etapas, que posteriormente avanza hacia las agresiones verbales y mensajes controladores que culturalmente han sido aceptados. Finalmente, la violencia contra la mujer se vuelve innegable cuando se da el homicidio o, mejor dicho, el femicidio.

Hay dinámicas que hemos podido identificar entre los testimonios recogidos por Monitor de Víctimas.

          26 años. Asesinada por su pareja en enero de 2019:

          “Su pareja la golpeaba constantemente. El 8 de enero fue brutal. La tuvieron que trasladar al hospital, donde murió 3 días después.”

 

          13 años. Asesinada por su padrastro en julio de 2019:

          “La niña denunció que su padrastro la abusaba. Luego de eso, desapareció. Hallaron su cuerpo en estado de descomposición, 22 días después. Muerte por arma blanca, determinó el forense.”

 

          41 años. Asesinada por su ex-pareja en julio de 2019:

          “Su ex-pareja tenía días buscándola. Esa noche, regresaba de una fiesta junto a su sobrina, cuando él la consiguió. Fue entonces cuando le clavó un puñal en la pierna, que acabó con su vida. Luego, atacó a patadas a la sobrina.”

 

Solo son tres historias de las 65 mujeres asesinadas en 2019. Ellas representan a las víctimas de violencia de género, abusadas de forma crónica y constante por figuras masculinas de su confianza, hasta terminar con su vida.

Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, en un intento (valiosísimo) de reforzar la lucha feminista para alcanzar la igualdad de género. La violencia contra la mujer ocurre de forma progresiva y silenciosa, por lo que los casos registrados en Caracas durante 2019 son (nada más y nada menos) que el humo que nos señala la presencia de un incendio en materia de violencia de género.

Cuando se contextualizan las circunstancias vividas por las 65 mujeres asesinadas con otras ciudades de la región, es innegable la alarma que la pérdida de sus vidas representan. Por ejemplo, Ciudad de México es casi 4 veces más grande en población que nuestra capital, sin embargo, desde enero hasta octubre de 2019 registraron menos homicidios de mujeres que Caracas, con un total de 60 mujeres asesinadas. Los femicidios no muestran a todas las mujeres que han sido agredidas o abusadas a lo largo de su vida, porque las estructuras de poder han permitido que históricamente la violencia contra las mujeres sea así: progresiva y silenciosa, hasta que es demasiado tarde.

Nuestra cultura está llena de referentes de victimarios y víctimas hombres, pero muy pocos referentes públicos de mujeres sobrevivientes. Sin embargo, si nos basamos en los datos y en las investigaciones previas, acompañadas de estas 65 víctimas, es posible deducir que existen mucho más casos de violencia silenciosa por razones de género que terminan por ser letales.

En Caracas Mi Convive creemos en la importancia de acompañar a las víctimas, mujeres y hombres, para que alcen la voz contra la violencia que viven, para que puedan organizarse, denunciar y ponerle nombre a sus agresiones y agresores.  Las mujeres merecen ponerle fin a las supuestas “muestras de cariño” bajo las que disfrazan socialmente a la violencia y el abuso. Un paso fundamental es identificar todas las formas de violencia contra la mujer para concientizar los primeros síntomas.