La ola de venezolanos que salen del país en busca de nuevos escenarios en los cuales desarrollar su proyecto de vida está generando toda clase de retos y sentimientos en los países receptores. Ya no cabe duda que se trata de una crisis humanitaria como nunca antes se había visto en América Latina; y lo más paradójico es que se produce en el país que hasta hace poco menos de 20 años, era el mayor productor y vendedor de petróleo de toda la región. La avalancha de venezolanos ha sido de tales proporciones que, en Colombia, Brasil, Ecuador y Perú, ha habido dramáticas situaciones de violencia y xenofobia por parte de los habitantes locales.
Por su parte, ya la Organización de Naciones Unidas ha hablado de 2.3 millones de emigrantes venezolanos desde el año 2014, y ha pedido a los gobiernos de los Estados receptores garantizar un trato digno a quienes lleguen desde la atribulada Venezuela. El portavoz de esa organización dijo textualmente que: “Es importante que aquellos que escapan de la violencia y que aquellos que huyen para salvar sus vidas reciban sus derechos y sean tratados con dignidad».
Otra cifra alarmante es la de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), quien sostiene que, entre 2015 y 2017 la cantidad de venezolanos en el exterior pasó de 700.000 personas a más de 1,5 millones distribuidas por el mundo; ubicando casi un millón de ellos en América Latina; alrededor de 308.000 en Norteamérica, casi 80.000 en Centroamérica y más de 20.000 en países del Caribe.
Sin dudas una cifra alarmante que refleja claramente la gravedad de la situación interna venezolana y la poca esperanza que existe acerca de una mejora en el corto plazo. Además, vale la pena destacar que, en un principio, emigraban básicamente jóvenes con ciertas posibilidades económicas; mientras que, en la actualidad, los migrantes representan grupos sumamente variados, no solo en su condición socio económica, sino en edades, sexo y formación académica. De hecho, se ha convertido en una pregunta recurrente en cualquier grupo de personas, aquella de: ¿y tú? ¿No piensas irte de Venezuela?
Giovanna De Michele I.
Internacionalista
@giovdemichele
*Esta columna fue censurada por Últimas Noticias.