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La tercera era nuclear, por Luis de Lion

lidernorcorea

Corea del Norte, lo ha vuelto a hacer. El país más ermitaño del planeta, ha procedido a su quinto ensayo nuclear. La alerta fue emitida por los sismólogos estadounidenses tras detectar un sismo de magnitud 5.3 en la escala de Richter este viernes 9 de septiembre al amanecer cerca del principal sitio de ensayos nucleares norcoreanos, ubicado al noreste de dicha nación.

Enseguida Pyongyang, despejó cualquier duda sobre el origen del sismo. “Nuestros científicos nucleares realizaron un ensayo de explosión nuclear con una nueva cabeza nuclear” declaró la muy marcial presentadora de la tv pública norcoreana.

Para la vecina y principal amenazada Corea del Sur fue una explosión de 10 kilotones. Recordemos que el bombardeo de Hiroshima en 1945 fue de unos 15 kilotones.

El último ensayo nuclear de Corea del Norte, fue apenas en enero pasado, y se trató de la primera prueba de una bomba de hidrógeno, más potente que las ordinarias bombas atómicas. El primer ensayo norcoreano fue en el 2006, lo cual le valió unas pesadas sanciones de la ONU, sin que la tiranía norcoreana renunciara a desarrollar ese tipo de armas.

Hasta aquí vemos que el papel de la Comunidad Internacional a través de su Agencia Internacional se limita a alertar.

La ratificación de la capacidad nuclear norcoreana, es también la confirmación, de la proliferación de las armas atómicas particularmente en naciones políticamente inestables. Atrás quedó el cara a cara nuclear entre los Estados Unidos y la URSS, como centro de gravedad de la guerra fría.

Esta tercera era nuclear, estuvo precedida por Hiroshima y seguida en 1998 por la de India y Pakistán. En el presente podemos hablar formalmente de diez naciones con capacidad nuclear reconocida. (EE.UU., Inglaterra, Francia, Rusia, China, Israel, Pakistán, India, Irán y Corea del Norte)

Esta nueva época, está compuesta por bombas de uso regional, manejadas con fines populistas y religiosos.

Pero todo esto parece muy lejano para nuestra región, protegida por el inmenso paraguas nuclear norteamericano. No obstante, las muy buenas relaciones entre el eje La Habana-Caracas con Teherán y Pyongyang. Sin embargo, la mundialización de la incertidumbre nuclear, hace necesario interrogarse sobre el papel de América Latina en éste nuevo “orden” nuclear.

Por lo pronto, la tercera era nuclear se desarrolla en Asia, donde abundan históricos litigios territoriales y orgullos nacionales, que parecieran incontrolables.

La realidad mundial es inquietante, al tiempo que las armas atómicas vuelven a formar parte de las doctrinas militares. Esta vulgarización nuclear, podría provocar un terrorífico desequilibrio y nadie está al abrigo de la incertidumbre que genera ésta nueva era nuclear.

@ldelion

lidernorcorea

Corea del Norte, lo ha vuelto a hacer. El país más ermitaño del planeta, ha procedido a su quinto ensayo nuclear. La alerta fue emitida por los sismólogos estadounidenses tras detectar un sismo de magnitud 5.3 en la escala de Richter este viernes 9 de septiembre al amanecer cerca del principal sitio de ensayos nucleares norcoreanos, ubicado al noreste de dicha nación.

Enseguida Pyongyang, despejó cualquier duda sobre el origen del sismo. “Nuestros científicos nucleares realizaron un ensayo de explosión nuclear con una nueva cabeza nuclear” declaró la muy marcial presentadora de la tv pública norcoreana.

Para la vecina y principal amenazada Corea del Sur fue una explosión de 10 kilotones. Recordemos que el bombardeo de Hiroshima en 1945 fue de unos 15 kilotones.

El último ensayo nuclear de Corea del Norte, fue apenas en enero pasado, y se trató de la primera prueba de una bomba de hidrógeno, más potente que las ordinarias bombas atómicas. El primer ensayo norcoreano fue en el 2006, lo cual le valió unas pesadas sanciones de la ONU, sin que la tiranía norcoreana renunciara a desarrollar ese tipo de armas.

Hasta aquí vemos que el papel de la Comunidad Internacional a través de su Agencia Internacional se limita a alertar.

La ratificación de la capacidad nuclear norcoreana, es también la confirmación, de la proliferación de las armas atómicas particularmente en naciones políticamente inestables. Atrás quedó el cara a cara nuclear entre los Estados Unidos y la URSS, como centro de gravedad de la guerra fría.

Esta tercera era nuclear, estuvo precedida por Hiroshima y seguida en 1998 por la de India y Pakistán. En el presente podemos hablar formalmente de diez naciones con capacidad nuclear reconocida. (EE.UU., Inglaterra, Francia, Rusia, China, Israel, Pakistán, India, Irán y Corea del Norte)

Esta nueva época, está compuesta por bombas de uso regional, manejadas con fines populistas y religiosos.

Pero todo esto parece muy lejano para nuestra región, protegida por el inmenso paraguas nuclear norteamericano. No obstante, las muy buenas relaciones entre el eje La Habana-Caracas con Teherán y Pyongyang. Sin embargo, la mundialización de la incertidumbre nuclear, hace necesario interrogarse sobre el papel de América Latina en éste nuevo “orden” nuclear.

Por lo pronto, la tercera era nuclear se desarrolla en Asia, donde abundan históricos litigios territoriales y orgullos nacionales, que parecieran incontrolables.

La realidad mundial es inquietante, al tiempo que las armas atómicas vuelven a formar parte de las doctrinas militares. Esta vulgarización nuclear, podría provocar un terrorífico desequilibrio y nadie está al abrigo de la incertidumbre que genera ésta nueva era nuclear.

@ldelion

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Corea del Norte, lo ha vuelto a hacer. El país más ermitaño del planeta, ha procedido a su quinto ensayo nuclear. La alerta fue emitida por los sismólogos estadounidenses tras detectar un sismo de magnitud 5.3 en la escala de Richter este viernes 9 de septiembre al amanecer cerca del principal sitio de ensayos nucleares norcoreanos, ubicado al noreste de dicha nación.

Enseguida Pyongyang, despejó cualquier duda sobre el origen del sismo. “Nuestros científicos nucleares realizaron un ensayo de explosión nuclear con una nueva cabeza nuclear” declaró la muy marcial presentadora de la tv pública norcoreana.

Para la vecina y principal amenazada Corea del Sur fue una explosión de 10 kilotones. Recordemos que el bombardeo de Hiroshima en 1945 fue de unos 15 kilotones.

El último ensayo nuclear de Corea del Norte, fue apenas en enero pasado, y se trató de la primera prueba de una bomba de hidrógeno, más potente que las ordinarias bombas atómicas. El primer ensayo norcoreano fue en el 2006, lo cual le valió unas pesadas sanciones de la ONU, sin que la tiranía norcoreana renunciara a desarrollar ese tipo de armas.

Hasta aquí vemos que el papel de la Comunidad Internacional a través de su Agencia Internacional se limita a alertar.

La ratificación de la capacidad nuclear norcoreana, es también la confirmación, de la proliferación de las armas atómicas particularmente en naciones políticamente inestables. Atrás quedó el cara a cara nuclear entre los Estados Unidos y la URSS, como centro de gravedad de la guerra fría.

Esta tercera era nuclear, estuvo precedida por Hiroshima y seguida en 1998 por la de India y Pakistán. En el presente podemos hablar formalmente de diez naciones con capacidad nuclear reconocida. (EE.UU., Inglaterra, Francia, Rusia, China, Israel, Pakistán, India, Irán y Corea del Norte)

Esta nueva época, está compuesta por bombas de uso regional, manejadas con fines populistas y religiosos.

Pero todo esto parece muy lejano para nuestra región, protegida por el inmenso paraguas nuclear norteamericano. No obstante, las muy buenas relaciones entre el eje La Habana-Caracas con Teherán y Pyongyang. Sin embargo, la mundialización de la incertidumbre nuclear, hace necesario interrogarse sobre el papel de América Latina en éste nuevo “orden” nuclear.

Por lo pronto, la tercera era nuclear se desarrolla en Asia, donde abundan históricos litigios territoriales y orgullos nacionales, que parecieran incontrolables.

La realidad mundial es inquietante, al tiempo que las armas atómicas vuelven a formar parte de las doctrinas militares. Esta vulgarización nuclear, podría provocar un terrorífico desequilibrio y nadie está al abrigo de la incertidumbre que genera ésta nueva era nuclear.

@ldelion

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