Hasta 30 mil millones de dólares podrían recuperarse en Venezuela en apenas seis meses, de aplicarse el Plan Rescate que Vente Venezuela presentó al país. Así lo expresó su coordinadora nacional, María Corina Machado, «una cifra que equivale a cinco años de inventario en alimentos y medicinas y al total de ingresos que tendrá el país el 2016 por concepto petrolero». Pues con arreglo a hacer lo políticamente correcto, no dudo que habiendo Cadivi y Cencoex asignado irregularmente la bicoca de 845.191 millones de dólares, así como recursos destinados a contrataciones directas del Estado y PDVSA, exista iniciativa mejor concebida en materia de rescate material y moral de la nación, que la presentada por Vente.

Se dice fácil. Pero al revisar las cifras que se han dilapidado por corrupción y que hoy se exhiben en extravagancias y derroches en las principales ciudades del mundo, entre mansiones, gulfstream (el avión preferido de los bolichicos), ferraris y potros pura sangre al más puro estilo GATSBY, lo dicho por el presidente de la Comisión Permanente de Contraloría de la AN, Dip. Freddy Guevara, no es ninguna friolera: «La corrupción es la causa de la crisis humanitaria del país«. Agregaría: el origen de la más profunda desmoralización que haya conocido la República. Ni Guzmán Blanco, Cipriano Castro o el mismo Benemérito, fueron tan creativos, rapaces y audaces, en el proceso de apropiación y despojo-país, como lo ha sido el ciclo Chávez. Las cifras de desfalco vienen seguidas de tantos ceros que uno tiende a «normalizarlas». Con un tercio de lo administrado en 17 años de revolución (1.3 trillones de dólares), se levantó una ciudad entera como la moderna Dubai (en 10 años); hubiésemos tapizado de redes ferroviarias y autopistas todo el país; construido cientos de escuelas, universidades, canchas deportivas y hospitales; adquirido miles de patrullas, instalado cientos de módulos de seguridad y restablecimientos penitenciarios; actualizado el sistema eléctrico más nuestras represas, puentes, y en fin, hubiésemos conservado nuestras reservas de oro y líquidas en ascenso, y las morales intactas. La corrupción (impune) se lo llevó todo, gracias además a un modelo celestino, vampirizo e insaciable, diseñado Prêt-à-porter para corromper y corromperse. Pero podemos traer mucho de vuelta…

El Plan Rescate está enmarcado en el Programa Estratégico de Vente para el Arranque Económico, llamado Plan Arranque. Fue entregado a la directiva de la AN y de él  se desprenden 174 medidas para hacerle frente a la crisis humanitaria que atraviesa Venezuela. Entre ellas: i.- La racionalización del presupuesto nacional; ii.-La reestructuración de los costos de Pdvsa, y iii.- El Plan Rescate para la recuperación de los fondos robados a la nación…»Con elPlan Rescate Venezuela tendría una posición sólida» dijo María Corina. «Aquí el que se tiene que apretar el cinturón es el régimen, no la gente», indicó la exdiputada. De esos casi 900 mil millones de dólares, el Plan Rescate propone la recuperación de hasta 55 mil millones, de los cuales 18 mil millones ya se han localizado. La ubicación de ese dinero se ha hecho a través de acuerdos internacionales como el Programa Star del Banco Mundial y la ONU; el programa de recuperación de activos robados que depende del Banco Central Europeo, el Arin de Asia y el Fincen estadounidense. Acciones similares se han ejecutado en países como Irak, Libia y Nigeria, y recientemente aprobado en Brasil, con el plan de repatriación de blanqueo de capitales no declarados y enviados al exterior.

La agenda parlamentaria sigue su proceso y asentamiento. Sabemos que no puede ejecutarse con la rapidez que quisiéramos. Pero el reposicionamiento institucional de la AN es una tarea imprescindible. Aunque luzca descolocado, algunas medidas protocolares cómo debatir acerca de la situación universitaria del país, exigir acatamiento a las medidas de órganos internacionales sobre DDHH en Venezuela, reunirse con representantes de los medios de comunicación, abrir las puertas del Salón Miranda a sectores vecinales o pronunciarse en memoria de las víctimas del holocausto, comportan horas de disertación necesarias para restituir su peso y seriedad como poder autónomo, y la fuerza legitimante para ejecutar alianzas como el Plan Rescate.

El tema no es saber dónde están los reales. Lo sabemos. En un mundo globalizado y digitalizado, la traza de capitales negros está a la vista.24 Está en el Moët & Chandon que beben los «conejos» prófugos y en sus improntas de Andorra, Suiza o Panamá.  Como dijo un almirante a la Venezuela decente que no pertenece al Pranato: «eso [la manifestación de los reos en el penal de Margarita] no es normal» Pues nada. No es normal que cientos de «conejos» sigan libres saltando a barriga llena y corazón alegre, con los dineros saqueados al Estado, por lo cual no hay medicinas o perdemos la vida -literalmente- a quemarropa. El plan rescate de Vente es inobjetable. Un martillo de autoridad que doy por descontado implementará la nueva Asamblea Nacional.